Inconforme

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Finalmente aquel día había llegado. Era sábado y al fin tendría mi esperada cita con Noemí.

En realidad no era una cita como tal ya que no estaríamos solos, junto a nosotros habrían muchas personas incluyendo a Ingrid. Ella también me había invitado el día antes pero le inventé un pretexto ya que no quería verla.

Estuve largo rato tratando de combinar mi camisa con la corbata y el peinado, obviamente iría con traje ya que me veía realmente bien con el. Además debía hacer la hora por mientras que Diego me llamaba para que nos juntáramos en aquel lugar acordado.

Diego era un amigo de la iglesia con el cual nos arreglamos cuando volví a esta ya que estuvimos por un largo tiempo enojados por una muy buena razón.

Ya estaba listo cuando de pronto sonó mi celular. Ya llegó el momento de salir de casa.

Justo camino al paradero de autobús se pusó a llover. ¡que fastidio! Exclamé mientras me comenzaba a enojar ya que había tardado 30 minutos peinando y perfumandome y ahora una simple lluvia iba a estropear todo ya que no tenía nada para cubrirme.

Finalmente ibamos con Diego ya en el bus camino al lugar del evento.

Diego me expresaba sus nervios ya que al igual que yo iba por alguien en particular, ya se habían visto antes con aquella chica pero esta junta sería diferente para él, ya que se le iba a declarar, iba por su primer beso.

Yo lo escuchaba atentamente mientras esperaba mi turno para contar lo mio. Ese turno nunca llegó por lo cual lo interrumpí para contarle lo mío. Su actitud de envidia y algo de incredulidad no se hizo esperar.

A pesar de ciertos momentos incomodos a lo largo del viaje a diferencia de las ultimas veces que nos habíamos juntado pudimos estar civilizadamente hablando, sin insultos sin nada.

Diego y yo habíamos sido amigos por varios años. Mi papel en esa amistad era el "sirviente" lo que él quería que hiciera hacía, a veces bromeábamos en clases y era yo quien salía castigado, a veces lo acompañaba a hablar con chicas pero estaba ahí realmente para darle seguridad a Diego ya que nunca ninguna chica se fijó en mi por mi apariencia, Diego era "el bacan" el "atractivo" y el exitoso mientras que yo era " el gordito feo" el "tímido" el insignificante.

Justo antes de pelearnos mi cuerpo comenzó a cambiar y con ello mi apariencia. Ya estaba delgado, alto y estaba teniendo mi "propio estilo". En la última junta con mis antiguos amigos donde también estaba diego de pronto uno de ellos exaltó mi apariencia e incluso afirmó que era más guapo que Diego y este estaba quedando en el pasado. Esa fue la única vez que vi esa cara de envidia y rabia en Diego... y ahí se produjo el quiebre de nuestra amistad y el sentimiento sincero.

Al fin habíamos llegado a aquel lugar. Al bajar Diego se cubrió el pelo con el abrigo que tenía en los brazos. Yo intenté ponerme las manos en el pelo ya que no tenía nada para cubrirme pero ya era tarde, mi pelo ya estaba empapado.

Debía avisarle a Noemí cuando llegara pero primero debería ir al baño e intentar hacer algo con mi pelo.

Mientras estaba mirándome al espejo mientras me peinaba los que estaban allí en el baño con terno y por ende evangélicos también me miraban bastante raro. Me miraban como con desprecio, me miraban mal y me hacían sentir muy incomodo.

Esto estaba muy mal, no por que me hicieran sentir mal a mi sino porque se supone que lo que caracteriza a los evangélicos es la cordialidad y la amabilidad y aquí eso no se cumplía, ¿Qué hubiera pasado si yo fuera realmente nuevo? Quizás no iría más a la iglesia por aquel momento incomodo y es que hay gente muy sensible pero afortunadamente yo no era así así que a pesar de estar incomodo seguí haciendo lo mío ya que debía ver a Noemí.

Un Inexperto Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora