Un Inexperto Al Amor

Cap 103

Luego de aquel día en que conocí y trabajé con Javiera he visto sus tacticas para seguir hablando conmigo. Desde el "gracias por el trabajo" "me gustó el trabajo" hasta el "eres bastante simpático en persona".

A pesar que prometí dejar pasar el tiempo y que este moviera mis fichas, me fue inevitable no acelerar un poco las cosas y en cosa de 2 días ya quedamos de tener una cita un día sábado 11 de julio, que resultaba ser hoy.

A pesar de lo lejos que vivía Javiera aceptó ir a un parque al cual la invité, el parque donde he llevado a todas mis citas, el parque donde he besado a casi todas las chicas de mi vida y en el que si pudiera hablar contaría cosas que ni a la almohada le he dicho... el querido parque André Jarlan.

Nos juntaríamos a las 16hrs, pero sabía muy bien que no llegaría a la hora, por eso por primera vez no me apuré mucho e hice mis cosas con calma.

Llegué a las 16:20, ella a las 16:45, creo que la proxima vez me tomaré aun mas calma para llegar al mismo tiempo.

Nos saludamos bastante timidos y caminamos hacia aquel parque que desde la estacion de metro quedaba bastante lejos. Durante todo el camino estuvimos más callados que la última vez, a veces las preguntas terminaban en una respuesta a secas y otras preguntas ni siquiera nacían, algo bastante incomodo pero se entendía, era nuetra primera cita oficial y Javiera tampoco era de hablar mucho, o eso pensaba.

Ya estaba casi concluyendo la cita y sorpresivamente todo era un fiasco. Todo el rato intenté buscar conversación pero ella no tenía ganas de hablar, tampoco me ignoraba, solo me miraba, respondía muy cortante y sonreía. Yo suelo entender y justificar siempre el acyiar de otra persona cuando este me molesta o incomoda, pero en este caso me desagradaba y no estaba dispuesto a justificarla y menos seguir ahí con ella. Le di los últimos 10 minutos para que revirtiera la situación y salieramos de esa bochornosa situacion ya que ella era la que no quería tener una cita normal.

De pronto y mientras ya estaba guardando mis cosas en mi mochila de pronto se acercó y me besó.

Esta sin duda era la cita más extraña que he tenido en mi vida y eso que he tenido bastantes citas y bastante locas también pero esta ganaba por lejos.

Luego de besarnos al fin fue ella la que comenzó a buscar tema de conversación y comenzó a entrar más en confianza hasta que de pronto me comenzó a hacer cariño en mi muslo.

De pronto su cara cambió, tenía una ardiente cara de deseo y locura, la misma cara de Valentina, como si fuese ella quien estaba en frente de mi... ¡no puede ser! Exclamé mientras comenzaba a sentir una especie de miedo, pero del bueno.