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Volviendo a la rutina. Ya era lunes y con ello el retorno al estrés de un día estudiantil aburrido.

Ya iba bastante atrasado asi que con calma me alisté y salí de casa.

Me sentía bastante ansioso pero no sabía realmente el por qué. Quizás fue la conversación de ayer con Noemí y la gran cantidad de coqueteo que hubo en ella.

Al fin llegué al liceo y solo bastó abrir la puerta para escuchar mi nombre. Era la directora quien me llamaba a su oficina bastante molesta.

- Ysrael, pase a la oficina

-... (entrando a la oficina me senté en la silla)

- Disculpe... ¿le dije que se sentara?

En ese momento tenía dos opciones. Disculparme y tratar de ser amable... o ser yo y desafiar

- No, pero me quiero sentar y punto

- ¡Que niño más roto!

- Bueno señora, ¿me va a decir algo o me voy?

(Cerrando la puerta se inclinó hacia mi)

- A mi me vas a respetar ¿me escuchaste? Soy tu directora y creeme que no querras tenerme como tu enemiga, además conozco a los niños creídos como tú que cree que por tener una banda son los reyes del liceo.

- ¿Es porque no la saludé el primer día, verdad?

- Es por tu forma de ser, tu ego, pero entiendo que eres solo un chico. Por eso te hablo esto, eso no te llevará a nada.

- ¿Ah, resulta que ahora es un consejo? Que extraña forma de aconsejar jaj

- ¡Vete!

(Tomando mi mochila me puse de pie y camine para abril la puerta)

En ese momento sentí culpa y unas extrañas ganas de disculparme con ella, lo cual era muy extraño ya que mi mente en lo último que podía pensar era en eso.

- Le pido disculpa por mi actuar, no quise ignorar su saludo... nos vemos.

Salí de alli y caminé a la sala. La verdad hasta yo estaba extrañado por esas disculpas, no quería hacerlo pero simplemente salió.

Llegué a la sala sin hacer mayor ruido y me senté en mi puesto, faltaban compañeros pero no mis amigos, lo cual era bueno.

De pronto miré hacia el puesto de Aracelli (amiga de Graciela) quien estaba sentada junto a otra chica que se me hacía desconocida, tenia el pelo largi y castaño y ropa no precisamente del liceo. No podía ver mas que su espalda pero a lo largo de minutos me intrigaba saber quien era.

La profesora de quimica al fin llegó, nos pusimos todos de pie para saludar y volvimos a sentarnos. Mientras nos poníamos de pie noté que era muy alta casi de mi porte (1.73).

Eso confirmaba que Era nueva y ¡debía verla ya!

De pronto y mientras movía mi cuello de un lado al otro para ver a aquella chica nueva se me acercó Carlos.

- Estás tratando de ver a la nueva, te pillé jaj

- ¡Sabía que era nueva! No logro verla de aquí

- Ysra... es hermosa, ¡parece super modelo!

- Ya... no te creo

- Yo me enamoré de ella

- Carlos, tú te enamoras hasta de las profesoras

- ¡¡Mentira!!

- Bueno... tengo que verla entonces

Un Inexperto Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora