Tesoros

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La idea le había parecido excelente a Arya, ella quería implementar un lugar en el que se proteja a los niños de bajos recursos. No, así como una casa hogar, sino más bien un sitio que funcionará como un centro comunitario y como un enlace para los servicios de protección al menor. No tenía pensado recibir madres en cuestiones de vulnerabilidad, pero la idea que le planteó su amigo le pareció muy atractiva, ahora lo único que tenía que hacer era hablar con su abogado.

Sin embargo, todavía tenía pendiente una conversación con la niñera y tutora de Aryehn.

—Olivia, me gustaría hablar contigo sobre algo importante —pide Arya amablemente.

—Dígame, ¿pasa algo? —dice la tutora.

—Verás, como bien sabes, la situación por la que estamos pasando es complicada. Queremos mantener la mayor privacidad posible, tanto por el bienestar de ustedes, como el nuestro —explica poniendo sobre la mesa primeramente las intenciones—. Por eso, te pediré que vengas solamente tres días a la semana, en un periodo de tiempo de dos horas por día.

El rostro de Olivia palidece, ya que ella es la proveedora de su familia.

Arya se da cuenta de eso y le toma la mano.

—Espera, no pienses que por ese motivo dejaré de ayudarte conforme a lo que yo había propuesto. Nuestro acuerdo sigue en pie. Si bien las horas de trabajo y los días serán reducidos. La paga, al menos por ahora, no lo será. Esta seguirá siendo la misma hasta que todo vuelva a la normalidad, y entonces puedas reintegrarte nuevamente en el horario normal.

Los ojos de Olivia brillan en un intento por retener las lágrimas.

—Muchas gracias, señorita Arya. En verdad es usted una persona muy amable, ojalá hubiera más personas, así como usted en el mundo —agradece entusiasmada la maestra—. Espero de corazón, y con el favor de Dios, que todo se solucione para usted y al señor Emory para que así puedan pasar más tiempo juntos.

—Eso es lo que más deseo, Olivia. Eso es lo que más deseo —repite intentando que sus palabras se vuelvan una realidad—. También te informo que yo ya no trabajaré, estaré trabajando en un proyecto personal, y ocuparé ese tiempo para pasarlo con mi hijo y poner en marcha lo que planeo. Por lo tanto, te voy a pedir que los días que estés aquí, los únicos lugares en los que pueden estar, es en el estudio de Aryehn o el jardín. Pero de preferencia el estudio y en el piso de la cancha, en el área de juegos.

»Evita la sala, la cocina, la planta baja, la planta de los dormitorios y el jardín a hacer lo más posible. Pero en dado caso que Aryehn esté muy insistente en salir, díganme para revisar que no haya ningún dron sobrevolando y que los guardaespaldas tengan cuidado de eso.

Olivia toma nota mental de todas las instrucciones que le está diciendo Arya. Si bien anteriormente no le había dado muchas, ahora por la situación, está tratando de tener más cuidado.

—De acuerdo señorita Harley, no se preocupe, tendré cuidado. Y de preferencia estaremos en el estudio, ya que, como solamente serán dos horas, las dedicaré a la enseñanza didáctica.

—Muchas gracias, ya sabía que podía contar contigo. Por el momento espero que las citas de tu esposo con mi colega vayan de lo mejor, ¿qué ha pasado con ellos? —inquiere Arya, pues no ha tenido la oportunidad de tomarse un tiempo para hablar con Greyson.

—Pues el doctor propone una cirugía, pero primero está haciendo unos estudios para verificar el daño en las terminales nerviosas. Todo depende de ello para realizar sí o no una cirugía —explica ella recordando todas y cada una de las conversaciones que mantiene diario con su esposo.

La vida de Olivia se ha vuelto un poco más tensa de lo normal, su vida y sus actividades giran en torno al cuidado y a las necesidades de su marido. Para ella el venir a la casa de los Emory, para cuidar y educar a su pequeño, es una distracción que le sirve para soportar su día a día.

Arya invita a que sigan caminando por el pasillo con Aryehn tomado de la mano de su madre.

—Me da gusto que le estén haciendo nuevos estudios para que tenga una buena y mejor valoración —comenta Arya con sinceridad—. En cuanto sepas algo, dime. No quiero molestar al doctor Greyson a cada rato haciéndole preguntas, pero sí me gustaría que me mantuvieras al tanto —expresa Arya su solicitud hacia Olivia.

Esta afirma asegurando que le dará las noticias que vayan surgiendo y luego se despide de ambos, para luego volver a su casa custodiada por uno de los guardaespaldas, la familia Emory.

Una vez que se quedan solos y mientras Aryehn lee un libro de cuentos en el estudio de su padre, Arya aprovecha para pasar una nota por debajo de la puerta del escondite debajo de la casa.

Ayden, que había estado pendiente de todo los ruidos, sumergido en sus pensamientos mientras escuchaba atento todo el sonido de la casa encima de él, logra oír claramente cuando su esposa e hijo entran a la habitación. Estaba atento en caso de que Arya se acercase a la puerta, y efectivamente, ella lo hizo y él leyó inmediatamente la nota que le pasó.

Cariño, haz venir a John, estoy sola con Aryehn.

Ayden aprovechó la oportunidad antes de que se hiciera público de que no estaba en casa y se atrevió a salir de su escondite, cuidando de que su pequeño no observara de donde salía.

—¡Papi! —grito el pequeño al ver a su progenitor detrás de él.

Arya también se sorprendió, pues no se percató del ruido de la puerta ni del momento en el que él salió.

Ayden se acerca rápidamente a ellos y los abraza.

—Mis tesoros. Mis más grandes tesoros son ustedes —dice estrechándolos contra sí.

Aryehn se recarga en su hombro, mientras qué Arya respira aún su perfume.

—¿Entonces estamos solos? —pregunta él dirigiéndose a su esposa.

—Sí, le di vacaciones a Sebas. El cual por cierto dice que le debes un montón de días —explica riéndose—. A Olivia la mandé a casa, solo vendrán lunes, miércoles y viernes. Y Robín está haciendo unas diligencias para mí, volverá noche, por lo que me explicó.

—Perfecto, entonces quisiera tomar un par de cosas para instalarme abajo —explica él—. ¿Podrías entretener un poco Aryehn? —sugiere sin dejar de abrazar a su esposa e hijo.

—Por supuesto, toca baño, ¿verdad hijo? —pregunta ella viendo que Aryehn se niega.

El enigma del millonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora