Ayden y Arya llegaron al hospital. La joven doctora ya le había avisado a su amigo y este los alcanzaría en el sitio. De igual manera, le avisaron a la doctora Swan que el padre de Ayden Emory ya estaba hospitalizado.
A pesar de todo el descontrol y curiosamente, nadie pensó en llamarle Mark y ponerlo al tanto. Sin embargo, cuando llegaron y preguntaron por el estado de su padre, Ayden intento comunicarse con su hermano sin éxito alguno.
—El señor Emory ya está en cirugía —informa la enfermera que está encargada en el área de urgencias.
La doctora Swan se acercó rápidamente al percatarse de su presencia y les dio detalles sobre lo ocurrido. Les explica que el señor Emory había sido agredido físicamente y también con arma de fuego. Había recibido dos disparos y necesitaba cirugía de urgencia, ya que tenía sangrado interno.
—Aún no podemos saber su estado. No tiene mucho que entró a cirugía —explica revisando el tabulador de urgencias—. Pero es importante que comprendan el riesgo que pueda tener este tipo de intervenciones, explica la doctora con total profesionalismo—. He puesto al mejor de los cirujanos a cargo de la intervención quirúrgica, y su padre, le aseguro, está recibiendo la mejor de las atenciones —razona la doctora Swan dirigiéndose a Ayden.
Mientras tanto, en la casa de Ayden Emory, Sebas está tratando de comunicarse con Marc también sin éxito alguno.
—Es sumamente extraño que Marc haya desaparecido así. Tampoco en el hospital saben nada de él —comenta con su prometida quién yace cuidando al pequeño Aryehn.
—Puede ser, o quizás solo se tomó el día libre. No podemos sacar conjeturas —señala ella lo obvio—. Lo importante es que el señor Emory se mejore. ¿No crees que deberíamos de ir al hospital? —inquiere mirando a su amado.
—No, lo mejor es quedarnos aquí, no sabemos si la loca de Cameron fue la que le disparó al señor Emory —concluye Sebas rotundamente.
Para él, el bienestar de su amada novia y el del vástago de Ayden es lo más importante
En ese momento, en el hospital, Arya sostiene la mano de Ayden todo el tiempo, no lo suelta para nada. Ambos deciden esperar juntos en la sala de urgencias. Internamente, Ayden ruega al universo que su padre se salga con la suya y que pueda salir de cirugía completamente bien. Arya, por su lado, está preocupada, no solamente por la salud de su suegro sino también por el bienestar de su hijo. Para ella, ellos ya no están seguros.
—Ayden, quizás no sea el momento —musita interrumpiendo las plegarias internas del millonario—, pero no te has preguntado cómo es que entraron atacar a tu papá y a asesinar Ana. Creo que debe haber sido alguien que los conoce, a alguien que él haya dejado entrar a esa casa —comenta con precaución Arya sin mirar al hombre a su lado.
Empieza lo mismo, le parece muy extraña la situación Y cómo es que entraron a esa casa que tiene una muy buena seguridad, lamentablemente su padre nunca quiso instalar cámaras en todo el perímetro.
—Eso mismo he pensado, pero no quiero ir a darle rienda suelta a mi cabeza con conjetura sin sentido. Prefiero que los oficiales se hagan cargo. De esta manera así nosotros podemos enfocarnos en la salud de mi papá y que esté mejor. Hay muchas cosas que están sin resolverse. Él no se puede ir Arya a él tiene que estar aquí, aún yo lo necesito —cita en millonario con una lágrima rodando por la Cuenca de su ojo.
Arya se acerca a él y lo abraza, lo sostiene contra su cuerpo. En ese momento Mark Emory hace acto de presencia. Al verlos abrazados siente que todo su ser se revuelve, él tiene mucho sintiendo una atracción por Arya. Incluso creyó que ahora que estaba separada de su hermano él podría tener al fin una oportunidad con ella, pero al verlos juntos sabe que esa oportunidad ya no se podrá dar jamás.
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El enigma del millonario
RomansaArya Harley accede a un acuerdo millonario con Ayden Emory, un magnate de Nueva York, a cambio tendrán un hijo y una relación ficticia, pero con la regla inquebrantable de no tocarlo ni enamorarse. ¿Descubrirá este enigma que rodea al millonario?