Ayden había llegado dónde Cameron. Su padre ya estaba ahí intentando dialogar con Mark para que los dejara manejar eso a su manera. Sin embargo, y como decía el doctor, al estar en una institución pública era obligación de ellos intervenir. La policía ya venía en camino también.
—¿Qué ha pasado? —pregunta Ayden cuando se les empareja.
—Cameron intentó suicidarse, se arrojó a un auto y pidió ser traída acá —explica su padre—. ¿Pasó algo que deba saber? —cuestiona mirando a su hijo en busca de una explicación.
Ayden mira a Mark y sabe que no es un buen momento para hablar.
—¿Quién ha hablado con ella? —inquiere el hijo mayor de Gerard Emory.
—Solo la enfermera, no deja que nadie se acerque, tomó un bisturí de algún lugar y amenaza con suicidarse si no entras a verla —explica Mark de mala gana.
Ayden medita un poco si es o no prudente entrar a verla.
—Tengo que hablar con ella —dice finalmente.
—Deja que la psiquiatra hable con ella —demanda Mark, pero Ayden no le hace caso.
Pasa de largo y aunque este intenta detenerlo es imposible. Él lo evade con éxito y entra a la recámara dónde Cameron yace acostada con un bisturí quirúrgico en la mano. Cuando la ve, el rostro de ella cambia.
Parecía estar apacible y de pronto sufría.
—Estás aquí, viniste a verme, te importo —concluye ella en un hilo de pensamientos.
—¿Por qué lo hiciste? —inquiere Ayden manteniendo su distancia.
—Yo te amo... amo a nuestro hijo —musita Cameron llorando abruptamente
Ayden siente cómo se le revuelve el estómago al escuchar a Cameron llamando "nuestro" a un hijo que no es de ella. Hasta ese momento comprende la gravedad del asunto y asimila lo que sus amigos le han dicho sobre ella.
—¿Por qué lo hiciste? —pregunta él de nuevo.
—Porque tú te fuiste, me dejaste y te llevaste a nuestro hijo —zozobra afianzando su agarre en el bisturí—. Yo no puedo vivir sin ustedes.
Ayden se pregunta por Arya, lo que ella ha de estar viviendo sin ellos. ¿Se sentirá feliz de que no estén en sus vidas o estará sufriendo como Cameron?
—Si amaras a Aryehn, como dices, no intentarías suicidarte —comenta en voz tenue Ayden, acercándose más a ella.
—Yo...
—Sh, tranquila, ya estoy aquí —murmura Ayden acercándose más.
La mujer yace con el rostro empapado de llanto y está melancólica.
—Promete que no me vas a dejar, que siempre serás mi esposo —ruega con rostro lastimero.
Ayden no sabe si está cuerda o está intentando manipularlo, que es así como se siente.
—Lo siento, Cameron, yo no soy tu esposo. Lo mejor es que vuelvas dónde tus padres —declara Ayden—. Ellos podrán ayudarte.
—¡No, no me dejes! —grita hundiendo el bisturí en su muñeca, como si fuera a cortar sus venas.
Ayden acude a ella forcejeando, le quita el bisturí saliendo herido de la mano en el intento. Mark y el personal médico entrar a socorrer. Cameron parece como si fuese poseída y se retuerce en la cama. Uno de los guardias de seguridad aleja a Ayden.
Entre gritos apagados de Cameron diciendo "Cariño, no te vayas" alguien la inyecta algún sedante y poco a poco esta cae en la inconsciencia.
Ayden sale de ahí para que le curen. Mark y el personal se quedan con Cameron esperando a que lleguen sus padres para darles información. Tanto Gerard como Ayden se quedan esperando también y cuando llegan los padres de ella les cuentan la explicación.
Lo cual también ya se le había dicho al psiquiatra.
—Te dije Bob, esa niña ocupa ayuda, pero tú le consientes todas sus locuras —declara la madre de ella preocupada y en voz alta—. ¿Qué tal si le hubiera hecho algún daño a ese niño?
—Lo siendo, Gerard —se disculpa Bob con su amigo y luego mira a Ayden con pesar—. Ella me dijo que ustedes eran pareja, y que ahora que tu hijo cumpliera un año sería pública la relación.
Ayden siente que se le retuerce el estómago. Como es posible que no se diera cuenta de que ella necesitaba ayuda.
—Lamento saberlo de esa forma, pero para aclarar —explica estoico—. Ella y yo jamás hemos sido pareja. Además, recientemente me he percatado que ha saqueado mi información personal y se ha robado información importante para mí.
La madre de Cameron, está genuinamente preocupada, pero su padre está desilusionado. Ser familia de los Emory les hubiera asegurado un bien futuro y una estabilidad económica para su hija. Maldice internamente mientras es arrastrado por su esposa a la habitación de la menor de sus vástagos.
—Pobre muchacha —musita Gerard lamentándose—. Ella va a ocupar ayuda, necesitar estar para ella.
—¿Estás loco? Esa mujer es un demonio, no sabes las cosas que hizo en mi casa, cree que soy su exmarido y que mi hijo es el que perdió. Estás loco si supones por un momento que dejaré que se vuelva a acercar a Aryehn —reclama Ayden con firmeza y camina a la salida.
Mark está volviendo donde su padre y le pregunta qué pasó, este se pone al tanto con él y le explica.
—No te preocupes, padre —señala Mark en dirección donde salió su hermano—. Ayden tiene un corazón débil, seguro le ayudará y si no, yo le puedo ayudar.
Gerard, ciego por la falsa gentileza de su hijo, le cree.
Cuando llega Ayden a su departamento, habla con su abogado y pide una orden de alejamiento para Cameron. Se cerciora de que las claves hayan sido cambiadas y habla con Sebas y John sobre el tener cuidado con ella. Les da órdenes explícitas para que no se acerque.
Esa noche, Ayden duerme con su bebé en la misma cama. Lo acuna contra su pecho y llora amargamente por haberlo descuidado así. Piensa en Arya, el remordimiento le carcome la conciencia, pues todo fuera distinto si ella siguiera ahí con ellos. La extraña y por primera vez en meses, llora su ausencia y el no haber sido lo suficiente valiente para haberla convencido. Pero ya era muy tarde y el tiempo no se puede recuperar.
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El enigma del millonario
RomanceArya Harley accede a un acuerdo millonario con Ayden Emory, un magnate de Nueva York, a cambio tendrán un hijo y una relación ficticia, pero con la regla inquebrantable de no tocarlo ni enamorarse. ¿Descubrirá este enigma que rodea al millonario?