CAPÍTULO 120

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CAPÍTULO 120

NO TE ANDES CON TONTERÍAS EN LA ESCUELA


He Xile cogió el tentáculo entre sus brazos, sin saber si reír o llorar durante un rato.

Este tentáculo no sabía que había sido descubierto, por lo que todavía se arqueaba hacia los brazos de He Xile, por supuesto, He Xile no va a complacer a la otra parte.

El pequeño humano empujó al tentáculo marcando distancia, y dijo sin rodeos — Tú no eres el que vino hace rato.

El tentáculo se congeló.

¿A qué se refería?

¿El humano era capaz de distinguirlos claramente?

No, el humano acababa de hacer un gesto distinto al mirar su tentáculo, ¿será que había dejado una marca?

¿Y qué?

De todas formas, todos los tentáculos tienen el mismo aspecto: no pueden hablar y pesan igual, así que son todos iguales, ¿no?, ¿cuál es el problema?

El tentáculo estaba muy confundido.

He Xile le contó entonces su conversación anterior y de lo que había acordado antes con uno de ellos.

Parpadeó y dijo en tono conciliador — Lo siento mucho, pero no hay manera, ya se lo he prometido, no puedo faltar a mi palabra, ¿no entristecería esto al tentáculo, ah?, tú y él también se consideran.... hermanos, ¿verdad?, qué te parece esto, vamos a hacer una cita, él viene esta noche y tú vienes mañana. Revisaré su cuerpo, no debe ser el incorrecto.

El cuerpo del tentáculo estaba ligeramente más rígido que antes, y no estaba seguro de si había sido engañado por las palabras de He Xile.

Sin embargo, no había duda de que este tentáculo era igual que los dos gatitos, muy cariñoso con He Xile, así que después de que He Xile pareciera haber terminado de hablar, comenzó a arquearse en los brazos de He Xile de nuevo.

He Xile no se negó esta vez, y mientras lo abrazaba, dijo.

— No te preocupes, no te dejaré sufrir – Sacó un bolígrafo y dibujó una pequeña flor para el tentáculo. —Mira, esta es mi marca para ti, te la revisaré mañana – El tentáculo olfateó y enganchó la punta, aparentemente mirando su propia florecilla.

Los ojos de He Xile se curvaron — ¿Es bonita?

La punta asintió.

Los pétalos de la florecilla se redondearon.

Después de un rato, el tentáculo abrazó lo suficiente a He Xile, finalmente retrocedió un poco y salió de los brazos del pequeño. Antes de que la otra parte se marchara, He Xile pensó en ello y volvió a llamar al tentáculo, dibujando una pequeña estrella en otro lugar.

He Xile le advirtió: — No enseñes esto a los otros tentáculos.

El tentáculo se inclinó ligeramente hacia un lado en pose interrogativa, pero como fue algo hecho por el humano, no dijo nada más, dio un puntazo y salio de la habitación.

Viéndolo así, los tentáculos son realmente fáciles de engatusar.

He Xile se sintió raro cuando pensó en lo que acababa de pasar y envió un mensaje al gran pulpo.

He Xile: "¡Amigo! los tentáculos tienen cita conmigo, el que vendrá mañana a mi habitación es uno que tiene dibujada una pequeña flor, jeje.

Gran Pulpo: "De acuerdo".

EL ÚLTIMO HUMANO DEL IMPERIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora