CAPÍTULO 111

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CAPÍTULO 111

AHORA SOMOS FAMILIA


-Por supuesto que no - Con una expresión tranquila en el rostro, Wen Jiyu se negó directamente sin mostrar ninguna expresión.

La mujer miró a Wen Jiyu con ojos cargados de mayor curiosidad.

Todo el tiempo Su Majestad estaba atendiendo diferentes situaciones, ¿Cómo podía esta persona resolver tantas cosas y aparte cuidar al chico?, ¿cuán precioso es este ser humano ahora que ni siquiera le permitía darle un abrazo?

-Qué extraño - La mujer pensó en su corazón, mientras sus ojos se posaban en el humano.

La otra parte se paró frente a Wen Jiyu, luciendo muy baja. Su tamaño era realmente pequeño, con rasgos delicados y sus hermosos ojos ligeramente redondeados, la miraban con curiosidad y sorpresa.

La mujer arqueó las cejas y estaba a punto de presentarse cuando Wen Jiyu frunció el ceño con impaciencia.

-Tsk.

Hizo un pequeño sonido.

La mujer lo notó, pero no tenía miedo en absoluto. Ella solo se encogió de hombros, se dio la vuelta y dijo.

- Está bien, si no me das un abrazo, entonces yo no te daré uno... Si quieres que te diga algo, es realmente extraño. Incluso si eres su guardián, no tienes que protegerlo tan fuertemente, ¿verdad? Es como si fuera tu pequeño amante. Pareciera que tienes miedo de que me lo coma. ¿Luzco tan aterradora, acaso?

Todo el cuerpo de He Xile se congeló

¿¡Pequeño, pequeño amante?!

¡AAAAAAAAaaaah!

Su rostro se puso rojo de repente y contuvo la respiración inconscientemente. En cuanto a lo que dijo la mujer frente a él a continuación, He Xile no pudo recordar una palabra. Inconscientemente levantó la cabeza y miró a Wen Jiyu que estaba de pie detrás de él.

Wen Jiyu dijo a la ligera - No te fijes en ella. Siempre habla sin pensar.

He Xile parpadeó - Está bien.

Wen Jiyu bajó los ojos y condujo a He Xile al interior. Dentro, encontraron un asiento junto a la ventana y se sentaron.

Wen Jiyu recordó la escena anterior en su mente.

Esos ministros obviamente discutieron hace mucho tiempo su estado civil y se unieron para molestarlo, de lo contrario no estarían tan bien coordinados. De hecho, según su edad, los ministros no estarían tan ansiosos por nada, pero él estaba en una situación especial, ya sea apoyándolo a él o a sus enemigos, todos sentían que desaparecería en algún momento.

- ... ¿Reina?

Por alguna razón, los ojos de Wen Jiyu pasaron de la hierba verde a He Xile frente a él.

El pequeño humano estaba mirando por la ventana.

Siguiendo su vista, pudo ver a dos cachorros rodando y jugando en la hierba no muy lejos, los cachorros se abrazaron y lamieron durante un rato, y luego se consideraron objetivos de caza abalanzándose uno sobre el otro.

Wen Jiyu volvió su visión a la mesa, levantó la mano, sirvió té para los dos y preguntó casualmente - ¿Te gustan mucho los cachorros?

La mirada de He Xile seguía mirando no muy lejos y murmuró - ¿A quién no le gustan los cachorros de Hexina? ¡La mayoría de ellos son lindos animalitos que parecen peluches!, ¡pequeños y tiernos!, ¡bien educados!

EL ÚLTIMO HUMANO DEL IMPERIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora