EL ÚLTIMO HUMANO DEL IMPERIO

CAPÍTULO 149

CAPÍTULO 149

SU MAJESTAD SE ENAMORA DE UNA PEQUEÑA ESPOSA HUMANA

He Xile se despertó a la mañana siguiente y vio a Su Majestad sentado al lado de la cama, hojeando el libro que no había terminado de leer anoche. Y también pasó de abrazar a Su Majestad a acostarse solo, con los brazos y los hombros casi cayéndose de la cama y las piernas estiradas al costado de Su Majestad en una postura audaz.

He Xile bostezó y se inclinó para abrazar a Wen Jiyu.

Hubo un estallido de calidez contra la piel al lado, lo que hizo que He Xile recordara involuntariamente su sueño de anoche...

Obviamente ayer fue el primer día que los dos estuvieron durmiendo juntos como pareja, lo cual fue muy memorable, pero He Xile en realidad soñó que se sentía muy incómodo mientras dormía, así que simplemente pateó a Su Majestad y abrazó al gran pulpo que no sabe por qué apareció en la cama. El tentáculo durmió muy profundamente, e incluso otro tentáculo se apretó durante el proceso, y los dos tentáculos casi llegaron a meterse entre sus brazos.

Al final, no pudo hacer nada, así que He Xile simplemente lo abrazó.

¿Qué clase de sueño extraño había sido ese?

¡Maldita sea, debe ser porque Su Majestad se siente incómodo abrazándolo!

He Xile no se tomaba los sueños en serio; después de todo, la mayoría de los contenidos de estos eran extraños. Se inclinó, besó la barbilla de Su Majestad y dijo — Buenos días.

Wen Jiyu devolvió el beso.

Ninguno de los dos se había lavado, por lo que el beso fue muy superficial, pero igualmente satisfactorio.

Resulta que así es como se siente enamorarse.

He Xile sintió que mientras Su Majestad estuviera a su lado, podía sentir las dulces emociones todo el tiempo, y sus ojos no podían evitar seguir a Su Majestad, y también esperaba con ansias tener intimidad con él.

No es de extrañar que los profesores no permitieran el noviazgo en la escuela, ya que esto definitivamente afectaría el aprendizaje.

Afortunadamente, ahora está en Hexina y puede hacerlo libremente.

He Xile felizmente se levantó y fue a lavarse.

No mucho después, Wen Jiyu estaba a su lado y se cepillaron los dientes juntos. He Xile tenía un pequeño taburete de altura apropiada debajo de sus pies, por lo que al mirarse en el espejo, era solo un poco más bajo que Wen Jiyu. Al estar de esa manera, lucían mucho más armoniosos.

He Xile miró en secreto a Su Majestad por el espejo.

El largo cabello plateado de Su Majestad estaba recogido suavemente hacia atrás, y el poco que salía bombacho de ambos lados colgaba cubriendo la mayoría de las líneas negras de su rostro.

Sus ojos rojos estaban teñidos de pereza y su postura era relativamente informal.

He Xile descubrió que Wen Jiyu estaba relajado siempre que no fuera una ocasión formal, pero aun así, su apariencia todavía estaba llena de atractivo, al menos para él.

He Xile quería volver a besar a Wen Jiyu.

Se entretuvo lavándose la cara, observando secretamente a Su Majestad en el espejo, y cuando Su Majestad terminó de enjuagarse la boca, se dio la vuelta inmediatamente y con entusiasmo se colgó del alto.