Multiple One Shot: ¿y si hubiera sido así? pt.2

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Christopher.

Me quedo de pie en el umbral de la habitación, tome una ducha y veo que Rachel está en la misma posición dónde se quedó antes de que me fuera.

—¿Quienes son unas bolitas de carne preciosas? —les habla como boba.

Juega con sus manos y hay risas cortas por parte de ellos. Aunque Owen no se puede agitar tanto, si suelta el gorgojeo de la risa.

—Exacto, ustedes. Son los bebés más lindos de todo el mundo. Y los extrañe muchísimo —baja más el tono—. Se que no debí dejarlos, pero no podía perderlos —cierro los ojos un momento—.Así como papá se arriesgo por nosotros, también me tocó hacerlo. Pero prometo que no separarme nunca más de ustedes —abro los ojos para verla inclinarse aún más para dejar un beso en sus rostros—. Soy una tonta muchas veces, pero no estoy dispuesta a perder tiempo que puedo invertir en ustedes, así que... Con todo el dolor de mi corazón por los de allá afuera, tendrán que pelear sus propias batallas. Nosotros ya tenemos muchas encima —levanta a Owen—. Y la tuya es la principal que tenemos que vencer —lo estrecha contra ella.

Y vuelve a seguir hablándoles como boba.

Estoy seguro que ni siquiera le entienden.

Hay cierto orgullo punzando en mi pecho. Sus palabras son demasiado firmes y sinceras. Ahora solo queda que lo cumpla.

Y luego está el coraje que tengo atascado en la garganta por haberse entregado. Entiendo porque, si, pero no deja de existir la molestia. Si hice lo que hice fue para que ella corriera por mis hijos y se pusiera a salvó con ellos, no para que saliera, le entregará mis hijos a el pordiosero y regresar a entregarse ella.

Sacudo la cabeza y accedo a la habitación, está tan centrada en los dos que no se percata de mi presencia.

—... Una niña hermosa, preciosa, con esos ojazos que me matan —la besuquea—. Tienes los ojos de tu padre —la levanta junto con el segundo mellizo—. No le digan a el amargado de su padre, pero sepan que si algo me volvió loca de el, fueron esos ojos color tormenta. Me arrancaban suspiros y no dudo que vayan a seguir haciéndolo...

—¿Que tanto dices? —brinca y voltea a verme con los ojos explayados—. Dime en la cara que soy amargado.

—Eres un amargado—bufa, pero se le están coloreando las mejillas—. No dije nada, yo solo les estoy diciendo a mis bebés que son muy lindos, preciosos y perfectos...

—Yo escuché otra cosa.

—Sabrá dios que fue, en fin... Hay que ir donde Damon —hace una mueca—. Lo tengo monitoreado y es imposible que lo encuentren, pero yo dejé una amenaza y hay que mandar evidencias para que Antoni si termine haciendo la dosis.

Su moral parece querer luchar contra sus decisiones, pero frunce el ceño y se mantiene firme en sus palabras.

Suspiro.

—Tu te vas a quedar aquí. Cuidando a mis hijos, Patrick y yo nos encargamos de esa parte —asiente sin replicar—. Y ve viendo cómo vas a sacar a esos dos de mi casa.

Sabe a quien me refiero, por lo que en seguida abre la boca para refutar.

—Se lo mucho que detestas a Stefan, ¿Si?, Y si el no te cae bien, estoy segura de que no empatizas con su tía... Pero... Me siguen ayudando... No a ti, a mi. Yo no sé ni cómo calentar leche sin que se voltee y voy a necesitar mucha guía para saber qué hacer y que no con los mellizos, no tienes que verlos y puedes hacer como que no existen, Cayetana me ha asegurado que no van a estar en las zonas donde tú te vayas a encontrar... Solo serán un par de meses... Hasta que recuperemos nuestras cosas y puestos.

One Shots ChrischelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora