One Shots Chrischel

𝐁𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐓𝐡𝐚𝐧 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞 | 🥀

Rachel.

[...] La oscuridad me quita velocidad cuando choco contra las piedras, las ramas y los árboles. En este momento el dolor es lo de menos. Corro hasta que toco fondo y termino rodando colina abajo recibiendo múltiples golpes en el estomago. Algo se me entierra en la pierna logrando que me retuerza muerta de agonía cuando aterrizo.

Es una estaca de madera lo que me atraviesa el muslo, duele como una mierda, sin embargo me pongo de pie temiendo a los ladridos que resuenan atrás. Cojeo avanzando lo más rápido que puedo, las linternas se ven arriba y una luz de esperanza aparece cuando veo una casa a pocos metros.

Si me quedo cerca me van a llevar de vuelta.

Me detengo un momento para revisar la herida. Levanto el vestido analizando la herida, tengo que sacar la estaca e intentar contener la hemorragia Rasgo la prenda amarrándola sobre la herida, respiro hondo e intento sacar la estaca enterrada ahogándome con mi propio grito. Las lágrimas me nublan los ojos, el dolor me quema, tenso hasta el último músculo.

Respiro hondo, no me importa si me quedo sin pierna, tengo que avanzar.

♡₊˚ 🥀・₊✧

Tres jodidos meses.

Creo que mi estado es deplorable. No he logrado sacarme esa mierda del cuerpo, pero al menos ya no me tambaleó de un lado a otro.

Los efectos del HACOC todavía se arrastran por mi sistema, pero he aprendido a usarlos en mi favor. La mezcla de euforia y rabia me mantiene alerta, en el filo de la adrenalina.

Desde hace un mes he estado metiéndome en los barrios más horribles de Italia. Consiguiendo armas, municiones... Todo para lo que tengo planeado hoy.

Quise regresar a Londres, por supuesto, pero si mi propia rama no me busco fue por algo.

Me ven como traidora.

Estoy segura de ello. Era capaz de dar mi vida por mi maldita rama, pero claramente no se van a detener por un maldito soldado que parece no era fundamental.

Teniente de la Elite.

Supongo que ya hay un reemplazo para mi.

Suelto un suspiro, mordiendo por última vez mi manzana antes de desecharla en el cesto de basura.

Ato mi cabello, colocándome la gorra y el cinturón de armas. Acomodo la mochila con la bolsa y la maleta dentro de la misma. Lista.

Salgo de la casa. Si es que se le puede llamar casa a el lugar que apenas y se sostiene por si mismo. Las paredes están llenas de humedad, la pintura se cae a pedazos, al igual que el techo... y creo haber visto un ratón hace dos días.

No es que me pueda quejar. Es lo mejor que conseguí siendo una adicta sin trabajo o dinero. He tenido que hacer algunos favores para conseguir el fondo suficiente para cubrir los gastos de la casa, comida y las armas que llevo en el cinturón.

A esto me he reducido.

De teniente a delincuente, pobre y sin familia.

Es gracioso, ¿No?, las vueltas que da la vida.

Suelto un suspiro, las llaves en mi mano suenan mientras abordo la motocicleta.

Las calles angostas de Nápoles están más oscuras de lo habitual esta noche, o quizás es solo la niebla en mi mente que me impide ver con claridad.

Esto tiene que acabar hoy, y solo hay un hombre al que tengo que enfrentar para conseguirlo.

Me muevo entre las sombras, con los pasos precisos y la mirada fija en la mansión que se alza al final de la calle. Tres meses desde que escapé de aquí, dejando atrás fragmentos de mi alma y todo mi orgullo.