Christopher.
Una suave caricia es lo que me despierta. La mano se apoya en mi pecho cuando se detiene, el frío material en su mano y el reconocimiento de quién está sobre mi cuerpo me hace reaccionar.
—¿Despierta tan temprano, nena? —susurro.
Asiente, pegándose más contra mi.
—La verdad no pude descansar muy bien —su cabeza se eleva, permitiéndome observar su rostro cansado—. El asunto de Gema no me dejó dormir.
Suelto un bufido.
Lo que hizo no fue más que un enorme favor para todos. Su existencia empezaba a cansar.
Y mejor que lo haya hecho ahora, luego se iba a querer tomar más retribuciones con lo que no le tocaba.
—Yo lo soluciono —la rodeo mejor—. ¿Que no te dejo dormir?, si se mató sola.
Parpadea.
—Pues si, pero...
—Lo único que vamos a hacer es dar los vídeos de las cámaras. No le estábamos apuntando cuando ella decidió lanzarse.
Ojalá lo hubiéramos hecho. Habría más satisfacción.
—Preocúpate por ponerte algo sexy para celebrar tu cumpleaños —parpadea—, que estarás un buen rato conmigo y después irás con tus amigos.
—¿Mi cumpleaños? —asiento.
Se separa de golpe, yendo por el teléfono. Este, cómo estaba apagado, al ser encendido, comienza a vibrar como si el mundo se estuviera cayendo.
Aún así, ella solo ve la fecha.
—¡Es mi cumpleaños! —se le borra toda máscara de cansancio.
La atraigo hacia mí de nuevo, pero no me permite besarla.
—Te amo con mi vida, pero tú ahora prometida dice que primero hay que lavarnos la boca —me da un beso en la mejilla, haciéndome fruncir el ceño.
Ruedo los ojos, accediendo.
Mis brazos la rodean en el trayecto al baño. En un jodido parpadeo. En eso se hizo mi prometida, nos libramos de Gema y espero del pordiosero también.
Escondernos ya no va a tener cabida en esta relación. Si tengo que hacer una jodida rueda de prensa para que todos sepan que se va a casar conmigo, no me importa. Lo voy a hacer.
Se detiene frente a él lavabo, su mirada enfoca sus manos en el agarre que mantengo a su al rededor. El anillo luce jodidamente bien en su mano.
—Es precioso —me da un beso en el mentón, elevando la mano para observarlo mejor—. No sé cómo de la nada ahora soy tu prometida, pero me gusta serlo —sonríe y me eleva el ego ser yo la razón de esa sonrisa.
Creo que nunca le he visto una más perfecta que esa.
Toma los cepillos dentales, dándome uno y también toma el dentrifico. Ambos cepillamos nuestros dientes, siendo ella la primera en terminar. Se aparta para llenar la tina, agregando algunas esencias.
La observo desde el espejo dejar caer mi camisa y meterse a la misma.
—Tu tina sin duda es lo mejor de aquí —se acomoda, soltando un suspiro de placer.
Me enjuagó la boca, avanzando a ella.
—Creí que era tenerme desnudo para ti —sonríe nuevamente, sacudiendo la cabeza.
—¿Quieres entrar? —enarco una ceja—. Te invito.
—Es mi tina, nena.
Sacude la cabeza, adoptando una postura poco propia de ella.

ESTÁS LEYENDO
One Shots Chrischel
Hayran KurguPequeño apartado para subir one shots que se me ocurren de la nada o historias que ya no supe continuar. Espero les guste y lo disfruten. 🤍