Rachel.
—Dilo —susurra en medio de jadeos—. Dilo, Rachel...
Se me agolpan las palabras en la garganta, siento un nudo del tamaño de Neptuno, su respiración se acelera con la mía y solo sé que mi boca se quiere rendir.
Pero lo primero que me flaquean son las lágrimas.
Lágrimas calientes que arden, que me incineran la piel, la cabeza... El corazón...
Sus manos van a mi rostro, apoya la frente contra la mía.
—Dilo.
No puedo... Quiero fingir. Seguir con el plan. Lo que importa es nuestro hijo. Que este bien...
—Nena...
El sollozo se me queda atascado en la garganta.
—Te odio —mis manos en sus hombros se vuelven puños—. Te odio como no te haces una maldita idea, maldito hijo de puta.
—Estamos parejos, entonces —su nariz roza la mía—. Dilo, Rachel.
—No —me tiemblan los labios y los cimientos—. Te apareces después de tres años... Tres años de sufrimiento... Sollozos.... Dolor... Agonía... Desesperación...
—¿Te crees que me la pasé en un puto campo de flores? —sisea—. ¿Te crees que saltaba la cuerda sin saber cómo estaban mi mujer y mis hijos?
Creo que mis uñas le sacan sangre.
—¿Dónde estabas? —me muerdo el labio para evitar el siguiente sollozo—. ¡¿Dónde coño estabas cuando me hicieron creer que era esposa del hijo de puta que me...?!
Mi asma está curada. No es un ataque de asma.
—Te hicieron creer eso y te gusto el papel, ¿No? —me separó, una de mis manos le logra voltear el rostro, el sonido suena en la habitación, lo que me hace arrepentirme, pero cualquier rastro de arrepentimiento se va con su siseo y el como me toma por el cuello—. Tres jodidos años bajo tierra, matando con la jodida esperanza de ver a mi mujer criando a mis hijos... Y lo primero que veo después de cuatro malditas paredes de piedra es a mi mujer criando a un niño... Más no al que tuvo conmigo.
Creo que me estoy asfixiando.
—O-Owen...
Me suelta, sujetándome por el mentón, sus ojos se mueven de mis ojos a mis labios, su agarre se vuelve algo brusco, lo siguiente para mantenerme enfocada en él. No le temo. Sé que no me lastimaría nunca de esa manera... Sin embargo... No sé que quiere, si seguro me está deseando la muerte.
—Respira bien, carajo —trago, aunque tengo la garganta seca—. Si te vas a morir va a ser por mi mano, no por un puto ataque de asma.
Me obligo a tomar bocanas de aire, logrando medio estabilizar mi respiración... Pero en cuanto lo hago, busco forma de alejarme.
Pero no me deja.
—Owen necesita una cura —lucho por soltarme—. A mi hijo se le están pudriendo los pulmones por mi culpa —se me escapa un nuevo sollozo—. Necesito arreglarlo. Ya me tenían dentro. Un poco más y...
—Ese hijo de puta nunca va a hacer una cura contigo ahí —su agarre va a la parte trasera de mi cuello, sus dedos se enredan en mi cabello y tira de él hasta lograr que vea hacia su rostro directamente—. Ni con un poco más ni con un poco menos. Nunca la va a hacer. Los Mascherano no hacen antídotos y eso deberías tenerlo muy claro. Al igual que deberías tener claro que ahí dentro, vas a terminar muerta pronto.
—Tengo unos cuantos planes —mascullo.
—Sea el plan que sea. Ese idiota es más listo de lo que crees. No hacen antídotos y mucho menos va a hacerlo contigo cerca.
ESTÁS LEYENDO
One Shots Chrischel
FanfictionPequeño apartado para subir one shots que se me ocurren de la nada o historias que ya no supe continuar. Espero les guste y lo disfruten. 🤍
