One Shots Chrischel

𝑩𝒆𝒈𝒊𝒏 𝑨𝒈𝒂𝒊𝒏 ⌛| pt. 4|

Christopher.

La sangre arde en mis venas. Empujó a todos. A jodidamente a todos.

¿Qué hace aquí?, ¿Desde hace cuánto están planeando esto?

Si. Les salió bien. Jodidamente bien.

Pero no quita que me ocultaron está mierda.

Y lo peor es que no deja de verse caliente.

Se ve malditamente hermosa. Lleva el cabello suelto, es tan largo que le llega a las caderas, y lleva un traje negro, de solo blazer y pantalones de vestir. No lleva nada más que eso. Los labios rojos y los ojos jodidamente azules.

Me hace ruido la expresión en sus ojos. Me preguntó que tanta mierda paso en el exilio para que sus ojos siempre brillosos, se encuentren carentes de ese mismo brillo.

Tres tiros es lo que despega nuestras miradas.

Me incorporo de golpe, buscando de dónde es que vinieron, pero la mujer se me adelanta, disparando a varios soldados en lo que parece un parpadeo para mí. Y va por Antoni. Avanzo, pero ni siquiera titubea al levantar la mano y soltar tiros contundentes contra varios soldados.

Parezco un maldito inútil sin siquiera lograr moverme por la sorpresa.

Parece decirle algo a Antoni, ahí es cuando reaccionó y me acerco a ambos.

—Coronel —murmura—. ¿Le pongo las esposas o lo hace usted?

Tuerzo los labios, rodeándola para hacer lo propio. Hago que caiga de rodillas, pero este parece divertido.

—Encontraré forma de que ambos estemos juntos de nuevo, es una promesa, principessa.

Rachel suelta una risita, elevando el mentón.

—¿Y quién será el encargado?, ¿Phillippe, Ivanna... Leonel?

Siento el como los hombros del idiota se ponen rígidos en mis manos.

—No disparé al azar, Antoni. Puede que apenas haya vuelto, pero sé todo para derrumbar tu imperio.

—No tengo ni idea de que hablas.

—Mucha conversación —corto entre dientes.

Parker se acerca, asintiendo.

—Me encargaré de su traslado.

Le entrego al idiota y me vuelvo a los soldados restantes.

—Encárguense del traslado a Iron Walls de los soldados a los que la teniente disparó.

Obedecen en seguida, ignoro a Gema y a su estúpida amiga, buscando al ministro para que explique que coño está pasando aquí, pero lo que encuentro es al hombre desangrándose con un equipo medico encima.

—Joder —susurra la mujer detrás de mi.

Impido que avance hacia el idiota. Uno de los dos me va a explicar esto.

—¿De dónde carajos saliste? —sus ojos se anclan en los míos nuevamente—. Responde.

—No tengo ni idea —eleva el mentón—. ¿Te enfocas en eso y no en que a tu padre le dispararon?

—No está muriéndose, ¿O si?

—Joder, Christopher —se queja entre dientes—. Había olvidado lo inmaduro e idiota que eras.

—¿Inmaduro e idiota? —repito, acercándola a mi—, ¿Te crees que...?

—Señorita James, debe abandonar el edificio penal —se acerca Olimpia—. Verificaremos el perímetro y tenemos que hablar con los candidatos de un...