𓈒ㅤׂ 🌱TARZAN ⭒ | pt.2

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Rachel.

No sé cómo pararme. Más bien, cómo sentarme.

Nunca me había subido a un avión, aunque Christopher dice que es un jet.

Su mamá no deja de verlo, y su padre está igual.

Desde lejos se les ve la alegría de ver a su hijo vivo, sano... Pero siento que sigo sobrando.

No es como que me hayan ignorado. Fueron amables al saludarme, incluso me abrazaron.

Pero sigo sintiéndome así. Es obvio por qué, creo. Sus papás están felices por verlo a él. El hijo que perdieron hace dieciocho años.

—¿Por qué me resultas familiar? —habla su padre—. Siento que te he visto antes.

Parpadeo.

—No lo sé, señor —me aclaro la garganta—. No recuerdo verlo visto a usted alguna vez.

Asiente, entrecerrando los ojos.

—Juraría que tienes los mismos ojos que la mujer de un amigo mío —sonríe—. ¿Cómo conociste a mi hijo?

Paso saliva, mirando a Christopher. La sonrisa que se le forma se convierte en mi menos favorita.

¿Que le digo?, ¿Su hijo me secuestro y me encerró en su cueva?

Ni siquiera sabe que su hijo antes era un salvaje.

—Dile —se me burla.

Entre cierro los ojos.

—Lo conocí en una excursión con mi padre en la selva —medio explico.

—¿La selva...?

—Ahora diles tu por qué estabas ahí —mascullo.

Enarca una ceja.

—Se ve que se aman mucho —susurra su madre.

—¿Por qué estabas en la selva, hijo? —su padre se lleva las manos a el mentón.

—Ahí crecí —eleva la comisura—. De hecho, deberían de agradecerle a Rachel que haya vuelto.

Ambos parpadean unas cuantas veces.

Prepárense para el aterrizaje.

Una voz interrumpe lo que sea que iban a decir. Me pellizco el puente de la nariz, definitivamente, este hombre debe aprender sobre el tacto.

Me asegura el cinturón y acomoda el asiento, soltando un bufido. Hace lo mismo y su mano se entrelaza con la mía cuando termina.

Tengo ganas de vomitar.

Siento que todos mis órganos se van hacia mi garganta... Pero me obligó a respirar hondo. No quiero vaciar mi estómago en la lujosa tapicería del jet de los papás de Christopher.

Pasados unos minutos, abren la puerta. Cómo si fuera una inútil, Christopher desabrocha el cinturón y me sujeta para ponerme de pie.

Sus padres salen frente a nosotros, por qué Christopher insiste. Me da un beso poco decente una vez sus padres desaparecen.

—Creo que les soltaste algo muy importante con muy poco tacto, amor —susurro.

Se encoge de hombros.

—Es la verdad, ¿No? —frunzo los labios—. Se iban a enterar de todas formas.

—Si... Lo iban a hacer. Pero... Acabas de confesar que no querías volver y que te criaste en la selva... No creo que para ningún padre eso sea fácil de escuchar.

One Shots ChrischelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora