Rachel.
Arrullo a mi bebé, el cual está muy ocupado succionando mi pezón como si fuera la última vez que le voy a dar de comer. Un día. Tiene un día de nacido y come como si tuviera 4 meses.
Estoy en mi preciosa habitación de nuevo, subir fue una odisea por qué Christopher me quería cargar y como sería un movimiento muy arriesgado, de tardarme subiendo las escaleras en 2 minutos, pase a hacerlo en 20.
Me obligaba a tomar un descanso entre escalones.
Es muy exagerado.
—Es hora de prender está cosa, ¿Que dices, mi amor? —susurro.
Medio abre los ojos, dejándome apreciar el gris en ellos. Poco es lo que distingo.
Todo él grita: Christopher Morgan.
—Sea lo que sea, te prometo que toda mi atención va para ti —le aseguro en voz baja—. No me quiero despegar de ti, así que...
—¿Que tanto le cuchicheas a mi hijo? —un Christopher muy sexi se adentra en la habitación. Se fue a duchar y no trae más que un pantalón de chándal, aún tiene el cabello húmedo y...
Concéntrate, Rachel.
—Le estaba diciendo que es hora de prender está cosa —señalo con el mentón el teléfono que abandone hace no sé cuántos días—. Y que de todas formas, no me importa, por qué mi bebé y yo no tenemos ganas de preocuparnos por cosas de fuera.
Enarca una ceja. Ve a su hijo, mal, claro. No lo parece mucho que coma de mis tetas cuando es él quien se encarga de eso.
Se sienta frente a mi, apartando el teléfono.
—Supongo que llegó la hora de contarte —así es.
—No es como que tenga prisa de enterarme de los desastres de fuera, puedes estar seguro.
—No es un desastre —tuerce los labios—. Quienes no han dejado de reventarte el teléfono son tus padres, tus amigas y tus hermanas —eso lo supuse—. Quieren que vuelvas ya.
Miro a mi bebé.
—¿Para que...? —le acaricio la mejilla—. No tengo ganas de poner a mi bebé en un campo de minas —suelta mi pezón para soltar un tierno bostezo—. Y no me puedo mover mucho, así que no pienso moverme de aquí. Ni yo ni mi bebé.
—La cosa está en que... Ya no hay minas.
Frunzo el ceño, acomodo mi seno para que mi bebé pueda seguir comiendo agusto, esto mientras analizo sus palabras.
Ya no hay minas.
—¿Estás diciendo que...? —levanto la cabeza—. ¿Que Antoni ya no...?
—No hay mas pirámide, nena —toma la mano de su hijo, mi bebé en seguida aprieta su dedo—. No hay Antoni, no hay mafias... Al menos no las que amenazaban tu seguridad o la de mi hijo.
Parpadeo varias veces. No hay peligro.
—Me dijiste que si papá no me venía a buscar era por...
—Por un trato —asiente—. Si no jodía era por qué había un trato, mientras cazaba a la pirámide, él no te iba a buscar para no ponerte en la mira. En cuanto acabará con las amenazas, tu volverías a tu vida normal...
¿Cómo le explico a todos que no quiero volver a mi vida normal?
Es que estoy enamorada de él bebe en mis brazos. Quiero quedarme pegada a él todo el día, lo quiero tener siempre en mis brazos, llenar de besos, cuidarlo...
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One Shots Chrischel
FanfictionPequeño apartado para subir one shots que se me ocurren de la nada o historias que ya no supe continuar. Espero les guste y lo disfruten. 🤍