𝑩𝒆𝒈𝒊𝒏 𝑨𝒈𝒂𝒊𝒏 ⌛| pt. 5|

1.8K 204 7
                                        

Rachel.

—Prefiero no estar presente —me encojo de hombros.

—Esta bien. Igual, no es bonito el público mientras le cortas las manos a alguien.

Me mira mal, provocando mi risa.

—Esta ahí dentro —señala con el mentón la puerta de metal—. Voy a dejar a mi guardia en la puerta... Para evitar problemas, me iré a interrogar por última vez a los otros Mascherano. Tienes exactamente tres horas, ¿Bien?

—Ajá. Gracias, Alex.

Asiente ligeramente, dándome las llaves para abrir la puerta. Lo hago y una vez que la pesada puerta se abre, le devuelvo las llaves.

Antoni está inconsciente y esposado en una silla eléctrica. Le doy una última sonrisa a Alex antes de que la puerta se cierre de nuevo. Escucho como vuelve a cerrar con llave, ahí es cuando tomo el balde con agua y hielos y se lo arrojo encima.

Despierta de golpe y desorientado.

—Rachel... —susurra—, ¿Cómo estás, amore?

—Creo que mucho mejor que tu —sonrío—, ¿Crees que tú veneno ya te terminó de joder por dentro?

Eleva la cabeza, clavándome los ojos encima.

—Lo dudo mucho...

—¿Entonces que te lo suministren una semana más?, creo que un mes ya es mucho —me siento frente a él, a una distancia prudente—. Casi el doble que lo que me lo suministraste a mi, ¿Eh? —su pecho se eleva, parece que le cuesta respirar.

—Una más —susurra—, harás que te recuerde retorciéndote de placer para mí...

—Era asco, Antoni, con o sin droga, sigues siendo muy poco consciente de que nunca sentí nada más que asco hacia ti.

Eppure ti avevo sotto di me.

«Y, sin embargo, te tenía debajo de mí.»

—Si eso te hace sentir más hombre —me encojo de hombros—. ¿Sigues esperando a que alguien te venga a sacar de aquí?

Tararea algo que no entiendo. Me pongo de pie, acercándome a los elementos que pusieron a mi disposición. Difícil, parece que le muestras juguetes nuevos a un niño.

Optó por tomar el soplete y la varilla de metal. El fuego vuelve naranja el metal, haciéndome sonreír un poco. Vuelvo a él, observándolo con atención.

Lleva un mes completo sufriendo, como todos sabíamos, no obtendriamos nada de su parte, sin embargo, iba a morir lentamente. La droga lo está matando, dejo de resistirse a que le colocará las inyecciones con HACOC, pero bueno... Aún no pierde sensibilidad en la piel.

Sujeto bien la varilla, teniendo cuidado de no quemarme, recorro desde su rodilla a su entrepierna.

—¿Crees que está porquería le puede dar placer a una mujer, Antoni? —presiono la varilla, haciéndolo soltar un jadeo de dolor—. Dudo que sea así, de otra forma a quienes querías las hubieras tenido por voluntad de ellas.

—R-Ra...

—No digas mi nombre —presiono con más fuerza. La tela de su ropa se empieza a derretir por el calor en el metal—. Sabes, ahora entiendo un poco del por qué me tenías drogada. Disfruto de verte jodido gracias a mis manos.

Subo la varilla, clavandola en su pecho. Está vez es un grito de dolor. Sonrío, bajando la misma.

È ancora un dono vedere il tuo volto prima di morirejadea con esfuerzo.

«Sigue siendo un regalo ver tu cara antes de morir»

¿Yo estoy dando regalos?

—¿En qué momento dije que mi rostro sería el último que verías antes de morir? —tomo la navaja de la mesa—. ¿En serio creíste que te permitiría eso?, ¿A ti?

Medio abre los ojos.

—No confundas las cosas, amore —susurro—. La encargada de tu tortura soy yo, pero no seré quien te ponga el último tiro entre las cejas. Sabiendo el placer que te causaría viendo mi rostro antes de que dejes de robar aire... Ni siquiera tu eres tan idiota.

Entierro la navaja en su abdomen, la saca y la siguiente vez es en sus costillas.

—A está altura es que tu asquerosa, preciada prima y amante me enterró su navaja —sonrío—. Pronto haré que de la misma herida brote su propia sangre, pero mientras... Con alguien tengo que desquitarme.

El veneno en la cuchilla lo hace retorcerse, empezando a agonizar. Empieza a llamar a personas que no conozco y sinceramente, tampoco tengo unas enormes ganas de saber el porque las llama.

Adesso mi dirai come prendere il controllo dell'impero che mi appartiene? —me inclino a su oído.

«¿Ahora me dirás cómo tomar el control del imperio que me pertenece?»

Perdido como está y con la lengua pesada, habla. Consigo lo que quería mientras se retuerce de dolor.

—Su turno, coronel —elevo la voz.

Es cuestión de dos minutos antes de tenerlo a mi lado. Intento ignorar lo bueno que se ve con la ropa negra. Los ojos de Antoni se abren, clavando la mirada en su cara.

Me aparto, colocándome detrás de la silla. Christopher hace un ligero asentimiento, así que conecto la silla al tomacorriente. Tomo el mandó y subo la potencia, viendo desde mi puesto el como grita, llora y jadea. Súplica.

Christopher empieza desde sus tobillos a disparar, cuento mentalmente once balas.

Once días secuestrada.

Paso saliva, desviando la mirada a él. Un charco de sangre se hace a sus pies y es todo lo que necesito para respirar con tranquilidad. Al menos de momento.

Hay peso en mi pecho aún. Cómo la relación aún fracturada que hay entre Christopher y yo... Y mis hijos. Joder, ojalá los tuviera conmigo.

—Bueno... Está hecho, me voy.

Me sujeta por el brazo, impidiendo mi avance.

—Vamos a hablar de unas cuantas cosas, Rachel.

ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ♡ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ

ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ♡ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
One Shots ChrischelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora