So It Goes | pt 4 | (primer versión - borrador)

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Rachel.

Descanso con la espalda pegada a la pared, estoy agotada por culpa de cierta persona, el calor me mareo y quiero vomitar. El instructor me mandó aquí con una botella de agua y me dijo que si en cinco minutos no me sentía mejor, me fuera a la enfermería o a descansar, y la verdad, no tengo ganas de algún sermón por parte de un médico.

Suspiro, no, ni de chiste se me va a pasar, le hago una seña al instructor y me retiro de las canchas de entrenamiento. Avanzo a mi torre, poniéndome la botella de agua en la frente, está helada, y estoy segura que para el dolor de cabeza no va a servir en nada, pero hace mucho calor y quiero refrescarme.

Es raro que haga calor aquí, pero cuando lo hace, es horrible, siento que sudo mucho y me da asco sentirme así, además, eso significa estar pegajosa, o al menos, así me siento.

Es por eso que entró en la ducha seguido de entrar al baño. Abro la llave de agua fría y me meto debajo de el agua, refrescando mi cuerpo como necesitaba. Me apoyo contra la pared cuando se me mueve el piso, joder...

Unas manos me sujetan por la cintura, pegandome a su pecho, reconozco los tatuajes en sus manos, respiró hondo, el agua nos cae a ambos mientras me besa el cuello, sus manos se deslizan hacia mis senos, desata mi gemido, por qué, para variar me arden un poco.

Me doy la vuelta y el no pierde tiempo en besarme, lo hace con posesividad, mordiendome como si me fuera a ir.

—¿Por qué no estás en el entrenamiento? —murmura, elevandome para enredar las piernas en sus caderas.

—El instructor me dijo que me viniera a descansar por qué no me siento muy bien —juego los mechones de su cabello—, casi me desmayo en la circuito de obstáculos.

Frunce el ceño.

—¿Desayunaste?

—Te dije que nada me apetecia...

—Y yo te dije que aún así buscarás algo, aunque sea ligero. No puedes someterte a un entrenamiento así sin desayunar, Rachel —riñe.

—Pero es que no quería nada...

Suelta un bufido.

—Ahorita vamos a ir a buscarte algo para desayunar.

Suspiro, no hay derecho a replicar, por qué me vuelve a besar, al menos es responsable al cerrar la llave del agua.

Baja sus besos a mi cuello, mordiendo mi piel, dejando marcas que le dije que no dejará por qué me regañan, pero ni modo... Ya están hechas.

Sus labios van a mis senos, muerde mi pezón antes de chupar con fuerza, desata más gemidos que por más que intento ahogar, no puedo.

Su mano baja a mi sexo, me masturba, lo hago regresar a mis labios, por qué lo necesito, chupo su labio inferior, mordiendolo también... Entra en mi de una embestida, lo que me hace soltar un gemido alto, que se ahoga en sus labios.

Comienza a embestir contra mi pelvis, generando sonidos obsenos, bajo los labios a su cuello, mordiendo también, dejo marcas en su cuello y pecho, mis uñas arañan su espalda y sus bíceps, sus jadeos roncos en mi oído me ponen en cuenta regresiva, sus nena mientras me embiste me derriten, siento que me vuelvo polvo cuando mi orgasmo llega, el suyo tarda tres embestidas, se entierra en mi interior, descargandose.

Apoya la frente en mi hombro, dejando un beso ahí, se separa para darme un beso más, diez minutos después me hace apoyarme sobre mis pies para salir de mi.

—¿No tienes nada que hacer ya? —murmuro cuando comienza a ducharme.

—No. Salvó hacer que te metas algo al estómago.

One Shots ChrischelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora