One Shots Chrischel

𝑻𝒘𝒊𝒔𝒕𝒔 𝒐𝒇 𝒇𝒂𝒕𝒆.🪢❣️ | pt. 2|

Christopher.

Despierto por las leves risas a mi lado, es la risa de mi mujer. Y la de Owen.

Frunzo el ceño, volteando el rostro.

Llevan varios días conmigo y no había escuchado ni el asomo de una risa silenciosa. Ni siquiera el jodido esbozo de una sonrisa.

Pero ahora... Lo observo depositar besos en las mejillas de mi mujer, la otra se ríe, abrazándolo contra su pecho y regresando los besos en todo su rostro.

Y logra que se ría.

El mocoso mal geniado se está riendo por qué su madre le está llenando de baba la cara.

Ni quién coño entienda a la gente.

—Vamos a despertar a tu papá y a tu hermana —susurra muy bajito.

El otro se vuelve a reír, se acurruca contra su pecho, soltando un suspiro que parece más de felicidad que de resignación.

—¿Me llevas a desayunar, mami?

Lo aferra contra ella.

—Si, mi vida, te llevo a desayunar —voltea, captando mis ojos en los suyos—. ¿Y vamos a desayunar sin papá y sin tu hermana?

El mocoso asiente.

—Si.

Suelto un bufido, provocando que el mocoso me voltee a ver. Se le borra la expresión de felicidad, voltea el rostro de nuevo y lo oculta en el pecho de su madre.

—Vamos...

—¿No le quieres dar los buenos días a papá, mi cielo?

Escala sobre su cuerpo, acercándose a su oído para susurrarle algo. La expresión de mi mujer se suaviza, le da un beso en la mejilla, volteando a verme.

—Acerca la cara.

—¿Que?

—Que acerques la cara. Ya. Y no muevas a mi bebé, se ve muy... Cómoda...

Si. Por qué no la tiene sobre ella. La mocosa me está enterrando el codo en las costillas y bajo su mejilla en mi pecho hay humedad. Lo que indica que está babeando sobre mi. Literalmente.

Suelto un suspiro, moviendo el rostro hasta que está cerca de ella. En un movimiento fugaz, mi hijo se acerca, deposita un beso en mi mejilla y se aleja con la misma rapidez.

—Buenos días —susurra.

¿Traerle a su madre era lo que necesitaba para que mostrará que no me odia por completo?

—Buenos días, Owen —respondo.

Medio sonríe, acomodándose mejor sobre su madre.

—Mami... Tengo hambre...

Mi mujer asiente, incorporándose lentamente, supongo que buscando forma de no molestarlo. Le da un beso en la frente.

—Bueno... Si despierta a Mile, vamos a desayunar todos. Mientras voy con Owen a ayudarle a lavarse los dientecitos.

El mocoso se aferra a ella cuando se pone de pie. Rachel lo sigue llenando de besos mientras desaparecen en el cuarto de baño. Suelto un suspiro, tirando de un mechón de cabello de la mocosa sobre mi.

—Despierta.

No. Se mueve, llenándome de más saliva. Su codo se eleva antes de volver a clavarse en mis costillas.

—Milenka —mascullo—. Si no te levantas te voy a ir a arrojar a la nieve.

—Cállate, cabezota —masculla de regreso.