Multiple One Shot: ¿y si hubiera sido así? pt.8

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Rachel.

Pasa una semana para que pueda mirar a todos sin rencor, la espinita de que me hayan ocultado algo así sigue en mi pecho, pero ya no puedo hacer nada.

Aún así, se lo hice pagar con toda mi semana de indiferencia. Medio falle, medio no, lo tuve toda una semana con su Dilo sin decirle nada, para que se le quite el andarme ocultando cosas. Hizo berrinche y todo, pero no le cedí. Así que estoy orgullosa de mi misma.

Reviso a Owen mientras le cambio el pañal, va mejorando, o eso dice Reece. Y yo soy feliz porque voy notando que ya no siente dolor en las noches, pues tendía a despertarse en la madrugada llorando por un dolor que yo no podía calmar.

Christopher volvió a irse, pues sigue arreglando asuntos en la central para que nosotros podamos irnos con el sin inconveniente, no quiere repetir errores del pasado y es válido después de lo que pasó por no prestar atención a un pequeñisímo detalle.

Contacte a mi hermana menor, quiero saber cómo sigue después de lo del secuestro, si hubiera sabido lo que estaba viviendo...

Después de ese pensamiento entendí porque Christopher me lo oculto, no perdono que la haya aventado a los leones y con solo una pequeña arma para defenderse, pero lo entendí. Yo hubiera ido sin dudar en su lugar.

Sacudo la cabeza para despejar mi mente. Emma llega en dos horas y estoy ansiosa por verla. Obviamente se tuvieron los cuidados necesarios, y Patrick es quien fue a recogerla, solo el sabe las coordenadas de la casa en la que estamos y también sabe evitar que lo rastreen.

—Eres un bebé precioso —le besuqueo su carita—. Y un gran guerrero, te sienta bien el nombre, mi amor.

Hay un gorgojeo y sonrió ampliamente por ello. Es como si me respondiera que es obvio. Milenka está durmiendo aún, esa pequeña gruñona no hace más que dormir y comer, quisiera ser ella para dormirme con tanta facilidad. Mientras que con Owen es distinto, pues se despierta y dura al menos dos horas despierto, me gusta porque puedo jugar con el como merece.

Lo termino de vestir con el body beige y un pantaloncito de mezclilla, se ve divino.

—Necesitamos una foto de este lindo bebé —lo siento y el se mantiene así por unos minutos.

Saco la instantánea que tengo y le lanzó un beso, lo que hace que se quede quieto mirándome con esos ojitos encantadores. Puede que a algunos les de miedo, pero ¿a mí?. A mi sus ojos me matan de amor, porque me observan con adoración y atención siempre.

Tomo la foto y la miro, si, un bebé bellísimo.

—¡Mira, mi amor!, Eres tu, demasiado lindo y adorable, tanto que me dan ganas de comerte a besos —vuelve a reírse y yo disfruto del sonido.

Hasta que hipa. Da un respingo, como si se asustara del propio sonido y sus labios se fruncen en un puchero que me mata. Suelta a llorar y lo cargo, ocultando su rostro en mi cuello mientras voy llamando a Reece. El me da algunas indicaciones y cuando está libre del molesto sonido para el, deja de llorar.

—¿Ves que no era nada, mi amor? —le hablo y el me mira con reproche—, ya, ya —dejo un beso en su mejilla. Su hermana despierta en ese momento y es sorprendente que no se ponga a llorar.

—Al parecer amaneció de buen humor, ¿Verdad que sí, muñequita? —la levanta. Ella lo mira con los ojos entornados—, ¿Cuál te gusta más?, ¿Milenka o Muñequita? —le balbucea no se que, pero el sonríe ampliamente—, yo lo sabía, mi muñequita es perfecto para una niña tan preciosa como tú, que si, parece una muñeca real.

—Ni siquiera sabes que dijo —murmuro, termino de humectarle la carita a mi bebé y comienzo a peinar su cabello como se lo acomoda su padre.

Se relaja en mi regazo mientras yo paso el cepillo por la cabellera oscura que es rebelde de por sí.

One Shots ChrischelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora