One Shots Chrischel

Alterando un poco la historia | Pt.1 |

Christopher.

(18 años)

—No seas payasa y súbete ya.

Se cruza de brazos, sin dejar de avanzar.

—Jodida mierda contigo, James. Súbete.

—Largo. Déjame en paz.

—Lo haría, ganas no me faltan —bufo—. Sube.

—¿Ya viste cómo me dejaste mi vestido?

Ruedo los ojos.

—¿Sabes que no tienes que caminar al lado de charcos de agua?

Me voltea a ver, enseñándome el dedo de enmedio.

—Vete a la...

—Te estás muriendo de frío, deja el orgullo y súbete.

—No.

Freno el auto, pero ella no detiene su andar. Bajo, azotando la puerta, si noto que se tensa, pero a la mierda. Maldita mocosa, nada le gusta.

Me le acerco y sin contemplaciones, me la echó al hombro. Suelta un grito, empezando a patalear.

—Ya parala. Tu mal... Tu padre me exigió que te llevará a tu maldito departamento, cállate y deja de pelear.

Ujum. Sirve para que se calme.

—¿Cómo que mi pa...?

—Tu bendita amiga le mando una foto tuya. Muy feliz no está.

—¿Mi amiga? —permite que la meta al auto.

Me adentro en mi lugar, sacando mi teléfono para enseñarle la conversación.

—Te hubiera dejado botada si no fuera porque le debo un favor —mascullo entre dientes.

—Que amable —regresa de igual forma, regresándome el teléfono.

Se cruza de brazos, cerrando la boca y quedándose quieta.

El camino es silencioso, se queda dormida, de hecho. El problema llega apenas estaciono.

Un "No" muy tembloroso y en voz baja escapa de entre sus labios, provocando que frunza el ceño. ¿Que mierda?

Llegan más palabras: "Aléjate", "No me inyectes". Cosas sin sentido, pero ella parece estar viendo su pesadilla en carne propia, pero no logro despertarla.

Lo logro después de quizá, dos minutos.

Y apenas lo hago, se lanza sobre mi empezando a sollozar.

La abrazo contra mi pecho, sin saber que más hacer.

💍💙🔗

Actualidad.

—Es absurdo posponer las cosas sabiendo como vamos a terminar.

Sus ojos resplandecen con furia.

—No. Estoy con Bratt y tú con su hermana, lo que es absurdo es que quieras retomar algo que no existió —sisea, encendiendo la hoguera en mi pecho.

—Sabes de más que...

—No quiero escucharte. Te fuiste y yo también tome mi lado, vete con tu mujer y déjame en paz.

Suelto una risa entre dientes.

—Vamos a aclarar unas cuentas cosas, teniente.

—No hay nada que...

—Sabrina y yo nunca estuvimos juntos —enredo los brazos alrededor de su cintura, acercando su rostro al mío—. Y ya te dije que de ninguna puta manera vas a ir a esa misión. Me importa una mierda. Hagas berrinche o no, te vayas a acusar con quieras. Está denegada tu solicitud.