𝑩𝒆𝒈𝒊𝒏 𝑨𝒈𝒂𝒊𝒏 ⌛| FINAL|

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Rachel.

—No.

Frunzo el ceño.

—Si.

—Que no —me mira mal—. No voy a poner esas tonterías.

—Christopher, ponte la jodida camisa.

—No me gusta —masculla entre dientes—. Y es una maldita tontería. ¿Porque rosa y azul?, azul y azul, deja de molestarme con eso.

Finjo mi mal respirar, logrando que tuerza boca, poniéndose la camisa de botones de un tono rosa pálido, casi pasa por blanco con un degradado al azul clarito. Ni siquiera se nota tanto.

Yo llevo un vestido, pero los colores son más intensos, es para que pasen desapercibidos los colores de la camisa de Christopher. Es como si mi vestido se tragara los colores de su camisa.

Mi plan tampoco es hacerlo sentir muuuuy incómodo.

—¿Ves que puedes ser un amor cuando te lo propones? —le doy un beso en la mejilla, acomodando lo mejor que puedo el vestido.

Mi vientre es un poco más pequeño de lo que recuerdo lo tenía a los cuatro meses, pero esta bien. Mis bebés están sanos y eso es lo único que importa.

Suelta algo entre dientes, mirando mi vestido.

—Esa cosa aplasta a mis hijos —se acerca.

—Nop, es cómodo —me encojo de hombros—. Ya nos podemos ir...

—Era más sencillo que me lo dijeras a mi y ya está —se queja.

—Mi amor, tienes a más de cinco personas queriendo ser sus padrinos —enarco una ceja—. Tus padres, tu abuela y tu tío, además de mi padre y mis hermanas están ansiosos por saber si son niños o niñas o niño y niña —enmarco su rostro con mis manos—. Se han portado de maravilla con nuestros hijos y están muy felices de saber que viene. ¿Les vas a quitar eso?

Su brazo se enreda alrededor de mi cintura, pegándome a él. Baja el rostro hasta que nuestras narices se rozan.

—Si —su mano comienza a bajar por mi vestido, pero la sujeto antes de que llegue al dobladillo—. Rachel...

—No, mi amor. Esos bebés tienen una familia gigante que los ama y ya planee todo, así que por favor, vámonos ya. Que millonario serás tu, pero a mí si me va a doler desperdiciar todo lo planeado.

—Te detesto —me suelta.

Enredo los brazos alrededor de su cuello, obligándolo a darme un beso.

—Eres un bellísimo marido —me suelto.

—Ajá.

Tomo mis cosas para salir de la habitación.

Christopher solo escogió el lugar. No quería que fuera en un salón ni en casa de su padre, y yo en serio necesitaba que fuera en un lugar al aire libre.

Así que creo que él rento una casa o algo así, con un jardín gigante del que me enamore en seguida. Me dijo que podíamos arreglarnos aquí para "ahorrarnos el viaje" pero lo cierto es que el hombre parecía tener ganas de follarme en la preciosa habitación.

Es literalmente una casa completamente equipada con todo. No sé si alguien la habita, pero parece que si.

Recibimos a nuestros amigos, que pasan desde un marco azul o rosa, o uno azul y rosa.

Yo estoy dando señales, pero ellos son los que la ignoran.

Las cosas azules y rosas están presentes en todas partes, pero juntas.

One Shots ChrischelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora