CAPITULO 01

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16 de abril, 2015:

La actualidad.

Me encontraba caminando de un lado al otro por la sala de la casa de mis padres buscando uno de los carritos de juguete de mi hijo, para que cuando lleguen mi padre o mi madre no se caigan como casi lo hizo Dave al llegar. Se supone que hoy tendremos una cena familiar y pues, los únicos que estamos en la casa somos uno de mis hermanos mayores, Dave, mi hijo Max y yo. En algún momento mis padres llegarán, según me avisó mi madre hace más de media hora. Cuando por fin encontré el carrito escuché un gritico agudo proveniente de la garganta de mi hijo, que se encontraba en la cocina con mi hermano.

— ¡Camyl! ¡Alguien está de mal humor y me está mordiendo! —chilló Dave tratando de alejar a Max de él.

Suspiré con pesadez.

— ¡Maximiliano! ¿Qué te he dicho? No muerdas a tu tío. —Dejé el pequeño auto color rojo sobre el mesón de la cocina.

—Mi juguete —pidió señalando a mi hermano y haciendo un pequeño puchero.

—Dave, dale su juguete.

—Yo no tengo nada. 

Le di una mala mirada y extendí mi mano hacia él, el castaño hizo una mueca con los labios y me entregó el oso de peluche de mi hijo.

—A veces pienso que eres un niño de su misma edad. —Espeté.

—Me gusta fastidiarlo. —Se encogió un poco de hombros y yo rodé los ojos.

—Después no te quejes cuando él te golpee.

—Tío malo ―espetó Max cruzando los brazos y haciendo puchero.

—Lo sé cariño, pero no le hagas caso.

— ¿Ah, soy un tío malo? Ya veremos quién te comprará la bici que me pediste entonces. —Espetó mi hermano quejándose.

—Tío bueno. —Dijo Max y abrazó por el cuello a Dave, haciéndonos reír a los dos.

—Muy astuto.

— ¿Qué te puedo decir? —Me encogí de hombros y le di una sonrisa orgullosa—. Como su madre.

Dave me hizo una mueca y me sacó la lengua.

Me senté junto a mi hijo y abrí la laptop que mi hermano había traído.

— ¿Puedo revisar mi correo por un momento? —Le pregunté y él asintió con la cabeza—. Gracias. —Ingresé mi contraseña en cuanto estuve en la página principal y me fui directo a mi bandeja de entrada. Bajé varios mensajes hasta que conseguí el que estaba esperando no conseguirme.

—No se da por vencido. —Susurré y suspiré cortamente abriendo el email.

— ¿Quién no se da por vencido? —Preguntó acercándose un poco a la pantalla de su laptop.

— ¿Recuerdas ese problema de la semana pasada?

Miró ligeramente hacia el techo, tratando de recordar. Luego hizo una mueca con los labios y me miró.

—Ajá.

—Bueno, sigue insistiendo.

—Oh, no. ¿Se enteró de...? —Miró disimuladamente a Max.

—Aún no.

— ¿Y por qué quiere estar en contacto contigo?

Me encogí de hombros, y luego apreté el tabique te mi nariz.

MAD LOVE. (Saga Turner Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora