CAPITULO 47.

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03 de julio, 2015.

Han pasado siete días desde el accidente de Max y, tengo que decirlo, ha sido una semana agotadora. En parte porque he tenido que soportar a mi madre diciendo qué cosa debo hacer y qué no ya que, me encuentro en su casa. No me permitió volver al apartamento con la excusa de que aquí Max está mejor, ya que tiene varias personas al pendiente de él, aparte de que está con sus abuelos y, según ella, tanto mi padre como ella están más capacitados para esto que yo. Y bueno, no lo dudo, después de criar cuatro hijos cualquiera se volvería experto en estas situaciones.

A pesar de que se me ha hecho pesada la tarea de volver a convivir un largo tiempo con mi madre, debo admitir que me ha sido de gran ayuda. Por eso no me quejo, al menos no en voz alta.

—Buenos días Leonie. —Dirigí mi mirada a él mientras abría la despensa en busca de algo para comer.

—Hola Ray. —Respondí, llamándolo por su segundo nombre para molestarlo. Se giró a verme con seriedad y yo le saqué la lengua—. ¿Tuviste una mala noche?

—Sólo te diré que me quedé dormido a las tres de la mañana y ahora son las siete con quince minutos. Saca cuenta de cuántas horas dormí. —Espetó y se llevó un vaso lleno de jugo de naranja a los labios—. ¿Y cómo dormiste tú?

—Bien, relativamente. Me tengo que levantar cada cierto tiempo en la noche para verificar cómo está Max.

— ¿Algo así como cuando era bebé?

—Algo parecido. —Tomé un poco de mi café y le sonreí a mi hermano.

—Yo no podría estar levantándome tantas veces en la noche, y con la mala forma que tengo de dormir... Uff, hazte una idea.

—Lo sé, pero cuando me des sobrinos tendrás que hacerlo. ¿O es que dejarás a tu esposa sola con todo el trabajo?

Se me quedó mirando sin nada que decir mientras terminaba el jugo de su vaso, lo dejó en el fregadero y se volvió a mí apoyándose del borde del mesón y cruzó los brazos sobre su pecho.

—Nos dividiremos, supongo. —Comentó tranquilo.

— ¿Una noche tú y tres ella? —Cuestioné enarcando una ceja a lo que él sonrió.

—Tal vez, es una buena idea. —Le lancé una mala mirada.

—Es una broma Camyl. Además ¿por qué estamos hablando de mí? Falta mucho para que yo tenga hijos aún.

—Según tú. —Musité y tomé de mi café. Cuando bajé la taza, los fríos y grandes ojos de mi hermano me estaban mirando mal, a lo que reí—. ¿Qué?

— ¿Qué dijiste?

— ¿Yo? Nada. —Entornó los ojos hacia mí y yo agrandé mi sonrisa.

—Repite lo que dijiste. —Me amenazó señalándome con un pedazo de tostada.

—Sólo dije que no sabes cuando Dios te sorprenderá con un hijo, sea esperado o no.

—No tengo esposa, novia, o algo por el estilo. Es poco probable que sea padre por los momentos. —Enarqué una ceja y lo miré como si estuviera tratando de decirle mentalmente: "¿Es en serio? ¿EN SERIO BASTIAN?"

—Eso decía Louis Tomlinson y dentro de pocos meses tendrá a su bebé. —Comenté con tranquilidad. Bastian me miró como si tuviera siete cabezas.

— ¿Quién es Louis Tom-qué?

— ¡Eres periodista por amor a Dios! Se supone que conoces a gente del espectáculo. Ni siquiera Dave es tan despistado con eso.

Bastian elevó una ceja.

MAD LOVE. (Saga Turner Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora