CAPITULO 21.

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Lo primero que noté cuando estuvimos frente a la residencia Ludwig fue que la puerta principal estaba abierta, mas la reja que separa la mansión estaba cerrada. Al salir del auto de Owen pude reconocer la canción que estaba sonando: Upgrade U de Beyoncé, no tenía idea que la señora Ludwig fuera fan de Beyoncé, o tal vez esto es obra de Gwen, o incluso de Lena.

Una ráfaga de viento me azotó alborotando mi cabello, di gracias a Dios de que mi vestido es ceñido, sino, hubiese pasado una escena como la de Marilyn Monroe. Bufé ligeramente y escuché como Owen reía, lo observé achinando los ojos y él me sonrió.

— ¿Podemos entrar ya? —Pedí. El rizado asintió con la cabeza y entrelazó los dedos de sus manos con los míos, nos encaminamos hasta la reja de seguridad, Owen marcó unos números y luego ésta se abrió ante nosotros. Atravesamos el jardín lleno de algunas cuantas personas y entramos a la casa. Una vez adentro le di un vistazo rápido a todo, había bastantes personas en todo el lugar.

Dos cosas me impresionaron: Que los Ludwig tengan tantos conocidos, y que la casa fuera más grande de lo que yo recordaba; la última vez que asistí a una reunión en casa de los padres de Owen, la casa estaba en remodelación y los presentes nos resumíamos a: Owen, Gwen, Lena, sus padres y yo. En el tiempo que llevé de relación con el rizado nunca conocía en su totalidad a su familia, cosa que hoy me tiene angustiada.

¡Camyl!

Giré sobre mis talones en busca de la persona que había pronunciado mi nombre. Divisé pocos segundos después una mano en el aire que se agitaba hacia mi dirección, bajé la vista hacia el dueño de esa mano y noté que se trataba de Gwen, quien comenzó a caminar rápido hacia Owen y yo—: Chica, estás divina. Adoro tu vestido —Exclamó y yo sonreí en respuesta. Le di un corto abrazo y luego la rubia le dio unoa su hermano y le susurró algo al oído.

—Yo adoro tus botas —Dije, llamando la atención de ambos. Gwen miró sus pies y luego me sonrió. Sus botas negras le llegaban hasta las rodillas, lo cual le daban un toque muy a lo Gwen a su atuendo; un vestido ceñido al cuerpo unos cinco centímetros más largo que el mío pero color rojo pasión, de tirantes gruesos y pequeños destellos en la parte del escote. Las botas la hacían ver como una chica mala, pero el vestido como una dama. Sólo Gwen sabe verse así.

—Cam, iré a buscar a mi madre para avisarle que ya estás aquí —susurró Owen mi oído, para luego darme un corto beso en el cuello. Se alejó de nosotros y Gwen se le quedó viendo mientras se iba. Luego me miró a mí.

— ¿Ya están juntos? —Preguntó.

―Se puede decir que sí.

—Oh, esas son buenas noticias —me dio un pequeño codazo en modo juguetón y yo sonreí—. ¿Para cuándo el próximo bebé? —La rubia soltó una carcajada ante mi expresión de espanto—. En definitiva no te gusta tocar ese tema ¿cierto

—Por lo momentos cero bebés.

Gwen me dio una pequeña sonrisa y asintió con la cabeza.

—Sigo diciendo que en menos de lo que todo el mundo espere ustedes dos darán la noticia de otro embarazo.

Y antes de que pudiera replicar, una voz masculina llamó a Gwen por encima de la música. Ambas giramos y miramos hacia atrás, encontrándonos con un grupo de tres chicos y tres chicas.

¡Idiotas! —Exclamó Gwen con alegría y, antes de que yo me opusiera me arrastró junto a ella para ir hasta donde se encontraba el grupo de chicos.

— ¿A dónde me llevas?

—A que conozcas a mis primos. —Cuando estuvimos frente a los tres chicos y tres chicas me sentí incomoda puesto que la vista de los tres hombres frente a mí me hicieron sentir pequeña, en cambio las chicas estaban atentas al parloteo de Gwen, quien soltó mi mano y se le abalanzó a los tres chicos rubios uniéndolos en un abrazo de cuatro. Luego, le dio un beso en la mejilla a cada chica, de las cuales dos eran castañas y una incluso aún más rubia que Gwen.

MAD LOVE. (Saga Turner Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora