17 de mayo, 2015.
A pesar de la baja expectativa que tenía de la cena con Owen, debo admitir que fue mejor de lo que yo pensaba, después de la despedida con su familia conversamos de cosas triviales, intentado no tocar temas sensibles para ninguno de los dos. Pero sí, en parámetros normales, estuvo bastante bien. Owen se comportó como un verdadero caballero, ni siquiera se atrevió a llegar a un simple roce de labios, y eso me alegra porque está respetando lo que le dije.
—Mamiiiiiii —escuché gritar a Max desde la cocina. Levanté la cabeza como un suricato por encima del respaldar del sofá donde me encuentro sentada y lo observo correr hacia la dirección en donde me encuentro.
— ¿Qué sucede?
—Tío Khal me gito... —Lo rodeo con mis brazos sobreprotectora y miro mal a mi hermano mayor.
— ¿Por qué le gritaste?
—Porque quiere ir al parque sin calzones.
Ahora fue Max el que recibió mi mala mirada.
—No guta.
—Y a mí no me gusta que me hizo ande en pelotas por el mundo, por más que así haya nacido. —Mi pequeño niño rizado hizo un pequeño puchero, pero no era el aviso de una tormenta desatada en sus ojos, no, se trataba de un mohín para intentar zafarse del hecho de que tiene, obligatoriamente, usar bóxer.
—Pedo mamiiii...
—Cuento hasta tres y ya te fuiste a tu habitación a ponerte ropa interior.
Antes de siquiera comenzar a contar Max se fue hacia su cuarto con el rostro rojo de la rabia. Rasgo característico de mi familia.
—No quiero imaginar cuando llegue a la adolescencia. —Espeté masajeando mis sienes.
—Yo estaré ahí para grabar la pérdida paulatina del color de tu cabello convirtiéndose en canas. —En respuesta a su tan lindo comentario le lancé un cojín a la cara—. En vez de estar acabando mi paciencia como Maximiliano, ¿puedes terminar de arreglarte? Y verificar que de verdad Max se está poniendo ropa interior.
Una vez estuve otra vez sola en la sala volví a desplomarme en el sofá, retomando el hilo de pensamientos que tenía antes de que Max corriera a mí.
No sé en qué me encontraba pensando cuando accedí a que la familia de Owen viniese al partido de futbol de hoy de Maximiliano. Realmente siento que a veces el rizado y yo vamos lento, luego ¡boom! Me sale con cosas que me dejan fuera de base y que, por alguna razón, yo acepto sin replicar y sin pensar en las consecuencias, hasta después de que ya estoy montada en el caballo.
Hoy es domingo, día familiar por el lado de mi familia y, como Max tiene partido hoy, decidimos realizar un picnic, el cual le comenté a Owen en una de nuestras pequeñas charlas diarias, cosa que él tomó como una gran oportunidad para que su familia pasara tiempo con Max y por fin lo vieran; ¿por qué accedí? Porque en el momento me pareció buena idea. Pero ahora que lo pienso no lo es.
Ni mis padres, y mucho menos mis hermanos quieren ver a Owen, no si a su familia también, pero supongo que tampoco. Y, en dos días no tuve el tiempo de sentarme a hablar con ninguno para avisarles, así que... le entrego esto a Dios, porque si intento solucionarlo yo moriré en el intento.
Aunque, lo que me alivia la tarea es que el más pesado de mis hermanos no asistirá: Bastian. Y Dave tampoco por cuestiones de trabajo —¿quién trabaja un domingo?— Mi hermano, así de lunático es.
ESTÁS LEYENDO
MAD LOVE. (Saga Turner Libro I)
ChickLitDespués de cuatro años y medio de separación, Owen y Camyl se reencuentran después de varios intentos fallidos por parte del joven rizado para poder ver a su amada. ¿La intención de él? Reconquistarla a toda costa pero, luego de tantas desdichas y d...