CAPITULO 55.

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Luego de unos cuantos minutos más paseando por el vecindario volvimos a la casa y al parecer todo el mundo estaba más agitado que cuando me fui.

— ¿En dónde está mamá? —Le pregunté a Dave que tenía la vista clavada en su celular. En cuando escuchó mi voz mi miró directo a los ojos y frunció el ceño.

— ¿En dónde estabas metida? Mamá está histérica.

— ¿Por qué?

—Te anda buscando por todas partes. Tienen que comenzar a arreglarse.

—Pero le mandé un mensaje a Khaled diciendo que iba a salir un momento —respondí algo aturdida.

—Se lo dije, pero sigue histérica. —Respondió el pelinegro apareciendo por la puerta de la cocina—. Te sugiero que subas rápido antes de que ella comience a echar fuego por la boca y nariz.

Miré a Owen y el asintió con la cabeza y me dio una corta sonrisa. Besé sus labios y salí corriendo en dirección a las escaleras, esquivando a los trabajadores que se encontraban moviéndose de un lado al otro por la casa. Subí lo más rápido que pude los peldaños y llegué a la habitación de mis padres que había sido tomada como salón de belleza.

Respiré profundo y me asomé por la puerta.

—Hola...

— ¡Ahí estás! —Gritó madre, me tomó el brazo y me jaló hacia dentro de la habitación, sentándome de golpe en una silla que había frente al gran espejo—. ¿En dónde estabas metida? Te dije claramente que a las once en punto tenías que estar aquí para comenzar a arreglarte. ¿En dónde está Owen?

—Abajo con Khaled, Dave y Max.

— ¿Es aquí ninguno sabe seguir horarios? —Espetó muy molesta y salió de la habitación súper cabreada. Miré sin entender a Susan, Sam y Nath. Me sorprendió ver a esta última pues pensé que no llegaría.

— ¿Hace cuánto están aquí? —les pregunté.

—Desde hace cinco minutos. —Respondió Sam con tranquilidad. Rodé los ojos y suspiré.

— ¿Cómo dejaste que tu madre te dejara venir Nath? —Le pregunté al tiempo que un chico de brazos tatuados y ojos claros comenzó a maquillarme, mientras que a Susan la peinaban y a Samantha le arreglaban ya el vestido que tenía puesto.

—Ehm... —Comenzó a jugar con sus manos nerviosamente.

—No me digas que te fugaste Nathalie —la regañó Susan.

—No, no, no. La única manera de que me dejara venir era que... —respiró profundo— ella también viniera.

—Espera ¿tu madre está aquí? ¿En la casa? ¿Justo ahora?

—Sí. —Tomó aire.

— ¿En qué parte está? —Preguntó Susan.

—En la cocina hablando con Bastian, ahí la dejé ¿por qué?

—Porque si se encuentra con Khal probablemente se gritoneen ¿no lo crees? —Intervino Sam viéndose en el espejo.

—Lo sé, pero no podía hacer nada. Si le decía que no podía venir, no me hubiese dejado salir de la casa.

— ¿Mi mamá lo sabe? —Cuestioné.

—Sí, y el señor Bernard también. Los llamé de camino para avisarles.

—Uff —suspiré y cerré los ojos porque así me lo pidió el chico que se encontraba maquillándome.

Los minutos pasaron volando; ya las cinco —incluida mi madre— estábamos listas y radiantes.

MAD LOVE. (Saga Turner Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora