CAPITULO 22.

2.8K 109 0
                                    

Al llegar a la terraza, donde Owen suponía que estaban sus tíos, nos encontramos con Lena conversando con un chico de cabello rubio claro, físico de modelo de Calvin Klein, y unos ojos muy lindos, creo que azules grisáceos. En cuanto Owen los vio se tensó, lo sentí en la presión de su mano entre la mía. Toqué su brazo y me miró.

—Solo están conversando —susurré, sabiendo muy bien lo que le sucedía. Había visto esa mirada de odio en mis hermanos cuando conocieron a Owen por primera vez, eso es instinto de hermano mayor sobre protector.

Owen tomó una bocanada de aire y me arrastró con él hasta llegar a donde Lena conversaba con el chico rubio. Yo traté de buscar paciencia en mi interior, en menos de veinte minutos me han estado arrastrando a todas partes como si fuera un juguete de tela, y eso me está colmando la poca paciencia con la que nací.

En cuanto estuvimos en el campo de visión de Lena sus ojos se abrieron con impresión y noté la angustia reflejada en su rostro, pero antes de que Owen lo notara ella cambió su expresión a una de tranquilidad falsa y nos sonrió.

—Oh, hola Camy —Me dio un corto abrazo y luego un beso en la mejilla—. ¿Dónde está Max?

—Con la novia de Khaled, mi hermano.

—Ah, vale —La castaña miró de soslayo al rubio, quien se notaba un poco incómodo por la intensa mirada que le estaba dando Owen, quien parecía un león asechando a su presa, hasta que le pisé el pie con disimulo para que dejara de mirar al chico como si fuera un siervo indefenso, lo que le dio una ventana de oportunidad a Lena para presentarnos al muchacho—: Chicos, les presentó a Dylan Anderson, un amigo de la universidad.

La manera en la que menciono el adjetivo "amigo" no me gustó. Daba a entender que son algo más que "simple amigos". Pero, por fortuna Owen estaba tan inmerso en querer matar a Dylan que no se dio cuenta de la pequeña metida de pata que hizo Lena.

El chico de ojos azules claros nos tendió la mano a ambos y esbozó una pequeña y tímida sonrisa, Owen no tomó su mano pero yo sí lo hice y le di un pequeño beso en la mejilla, como una persona civilizada.

—Si nos disculpan un segundo. —Halé por la solapa del traje a Owen dándonos un margen de quizás tres metros en su hermana y nosotros—. Bajale dos rayitas al instinto de hermano mayor, ¿quieres?

— ¿A qué te refieres?

—A que te pareces a Bastian cuando te vio por primera vez, a eso me refiero. ¿Recuerdas cómo te sentiste?

El rizado cuadró los hombros y se enderezó, mostrándose impasible.

—Sí.

—Bien, porque creo que así estás haciendo sentir a ese muchacho. Ni siquiera lo conoces.

—No me agradas.

—Tú a mí tampoco lo hacías y ahora tenemos un hijo. —Bufé cruzando los brazos sobre mi pecho—. De verdad quiero disfrutar esta velada contigo, pero desde que llegué, hace media hora, he presenciado puro drama. Y para eso me hubiese quedado en mi apartamento viendo alguna serie sin tener que soportar estos incomodos tacones. Así que te agradezco que por favor te calmes, actúes como un hermano mayor normal —enfaticé— y sigamos con la fiesta, ¿de acuerdo? —Asintió sin decir ni una palabra—. Perfecto. —Nos volvimos a acercar a Lena y Dylan.

—Lo lamento —soltó Owen aclarando su garganta—, fui grosero. Mucho gusto, Dylan.

—El gusto es mío, Owen. —Se estrecharon las manos y noté cómo Lena suspiró con alivio, le guiñé un ojo en cuanto me miró y le gesticulé un "tranquila" con los labios.

MAD LOVE. (Saga Turner Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora