CAPITULO 28.

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04 de junio, 2015.

Después de dos días de una de las noches más emocionantes de mi vida, volví a mi rutina de siempre, solo con la diferencia a cada media hora recibo un mensaje de Owen por WhatsApp con una foto graciosa incluida, o unos simples emojis. Pasé la mayor parte del día de ayer riéndome con los mensajes que él me mandaba, haciendo que Susan me mirara mal la mayoría del tiempo. Pero yo sé que en su interior ella está feliz de que yo esté de nuevo con Owen, aunque lo tenga amenazado con cortarle el miembro si se porta mal.

—Mami, mira —Max, quien se encontraba sentado junto a mí en el sofá, jugando con sus legos me llamó. Me volví a verle y le di una gran sonrisa mirando lo que él me señalaba; un pequeño castillo de legos.

—Está hermoso —Mi pequeño sonrió feliz y aplaudió dos veces, y prosiguió con su construcción.

Desde que Owen se está involucrando en la vida de Max, éste sonríe más que antes. Lo puedo notar en sus ojos, Max es un niño feliz justo ahora.

A veces me lamento el haberle ocultado a su padre por tanto tiempo, pero trato de que esos pensamientos no me atormenten pues están en el pasado, y lo que está en el pasado no se puede traer al presente.

—Maxi. —Lo llamé pero no me miró—. Cariño —Estaba demasiado distraído con sus legos, por lo cual tuve que tomar su barbilla y hacer que me mirara. Me frunció el ceño pero luego se relajó y estiró los brazos hacia mí para que lo abrazara, y eso hice. Lo senté sobre mi regazo y le di un gran beso en la mejilla—. Te amo, cielo. —susurré sin dejar de abrazarlo.

—Te amo —Sonreí y volví a besar su mejilla.

A pesar de que Max tiene tres años dice algunas palabras con bastante fluidez, el «te amo» es una de ésas. Las aprendió desde pequeño pues toda mi familia se lo repite a cada segundo.

A veces pienso que eso, esa forma de ser reservada con los extraños lo aprendió de Khal, quien también es así. Y, como la mayor parte del tiempo Khaled es el que lo cuida..., creo que algunas mañas se le han pegado a mi bebé.

Pensando en mi hermano noté que son las siete de la noche y aún no se ha comunicado conmigo. Tratando de no preocuparme porque ni un texto de su parte tengo, marqué su número en mi celular y, luego de cuatro tonos, contestó:

— ¿Qué sucede, Cam?

— ¿Dónde estás?

—En la universidad con algunos compañeros —Fruncí el ceño ligeramente.

— ¿Vas a volver a casa o te irás con Nath?

—Iré al apartamento. No podré quedarme en casa de Nath porque la madre ya llegó de viaje y no creo que sea una buena sorpresa ver a un chico de veintitrés años en su casa, a las nueve de la noche, junto a su hija en pijamas.

Reprimí una carcajada.

— ¿No te has presentado como su novio con su madre aún?

—No, recuerda que ella viaja mucho. Demasiado diría yo.

—Hum. Vale, entonces te dejaré la comida en el microondas para que cuando vengas la calientes.

—De acuerdo. Nos vemos en dos horas.

—Está bien.

Finalicé la llamada y miré por un segundo la pantalla de mi celular, pensando si debería pasarle un mensaje a Owen para que venga a pasar un rato conmigo y ♥con Max. Tal vez ya esté en su apartamento, aunque conociéndolo dudo que esté a punto de irse a dormir.

Con una decisión ya tomada tecleé un mensaje de texto y se lo envié. Dos minutos después recibí respuesta:

Owen♥: ¿A Khal no le molestará verme ahí?

MAD LOVE. (Saga Turner Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora