CAPITULO 20.

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14:40hrs.

Khal se fue a eso de la una de la tarde y desde ese momento Nath y yo comenzamos con la labor de convertirme en una princesa como dijo ella.

A medida de que pasaban los minutos más nerviosa me sentía. No he asistido a una reunión de la familia de Owen desde hace años, y estar otra vez frente a todos ellos me pone los nervios de punta. Pero, así como yo le di un discurso motivacional a Nath, ella me lo regresó, instándome a que confiara en mí misma, y en mis decisiones; y eso intentaré.

Faltaban cinco minutos para que la hora en la que Owen dijo que pasaría por mí se cumpliera. Yo estaba casi lista, el vestido se amoldaba a mi figura como si fuera una segunda piel y para mi sorpresa se sentía cómodo, lo que me ponía algo dudosa eran los tacones, sé caminar con ellos pero tengo dos meses sin ponérmelos y no sé si tenga la misma habilidad para dominarlos.

Mientras que Nath terminaba de darle los toques finales a mi cabello yo me encontraba con los ojos cerrados, ella había pedido que no me mirara al espejo hasta que terminara por completo con todo, lo cual acepté no muy convencida, pero confíe en ella.

—Abre los ojos —Pidió, suspiré y le hice caso, la rubia me detalló con bastante escrutinio, verificando que todo estuviera en orden—. Creo que ya estás perfecta.

Sentí alivio al instante.

— ¿Ya puedo mirarme? —La rubia estaba a dos segundos de decir algo cuando el timbre sonó, resonando con fuerza en mis oídos y mi corazón que se había acelerado bastante.

Ya llegó —susurramos la dos al mismo tiempo.

—Voy a ir a abrirle —Me avisó antes de que yo pudiera decirle que no. Salió de la habitación y corrió por el pasillo, dejándome sola.

«Bueno, es la hora de la verdad.» Me levanté de la silla en la que duré sentada casi una hora y me di la vuelta para verme en el espejo, lo que vi me dejó asombrada.

« ¿Esa soy yo? »

Mi cabello estaba completamente diferente, tenía cuerpo; pequeñas ondulaciones que lo hacía ver más voluminoso que antes. Y mi maquillaje... ¡por Dios, mi maquillaje! Parecía una obra de arte y me alegra de que Nath no me oscureciera tanto los ojos; me había hecho los ojos ahumados haciendo que el color de los mismo resaltaran mucho más. Los labios los tenía pintados de un rosa algo suave con brillo para hacerlos lucir más grandes, no tenía tanto rubor como había sentido que me había echado. ¡Estaba irreconocible!

— ¿Cam, lista para salir?

Respiré profundo un par de veces antes de salir para encontrarme con Owen. Salí despacio por el pasillo con la mirada en mis pies, pidiéndome a mí misma autocontrol y concentración para no caerme de boca contra el piso. Suelo ser bastante torpe cuando me pongo nerviosa.

— ¡Whoa...! —Al escuchar la exclamación de Owen, de inmediato subí la mirada hacia él.

Abrí los ojos con sorpresa al verlo vestido con un traje color marrón chocolate y debajo camisa blanca con botones. Mechones de cabello caían en su frente haciéndolo lucir como un niño, pero tenía una pequeña barba de unos cuantos días, lo que lo hacía ver condenadamente sexy y mantenía esa mirada penetrante que me hace sentir transparente.

—Lo sé, está hermosa. —Alardeó Nath, orgullosa de su trabajo. Le sonreí en respuesta.

—La palabra hermosa le queda corta a esta diosa. —Comentó acercándose a paso lento. Subí la mirada hasta sus ojos mientras que él tomaba una de mis manos y me hacía dar una vuelta—. Eres perfecta, Camyl.

MAD LOVE. (Saga Turner Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora