CAPITULO 42.

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Creo que Joseph tiene razón, soy algo masoquista. El hecho de estar aquí, en un tienda de vestidos de novias, me hace sentir pésimo. Pero, como dije, no porque yo esté mal le voy a arruinar su día a los demás.

Mientras Susan hablaba con la madre de Sam y Joseph hablaba con Khaled, yo me encontraba jugando mi hijo, el cual estaba muy divertido con mi collar.

—Mami...

— ¿Sí cariño?

— ¿Cuándo veremos de nuevo a papi?

Tragué saliva y respiré profundo. Tenía que moverme con cuidado, sus ojos estaban al pendiente de cada mínimo movimiento que hiciera. No quería tratarlo con brusquedad.

—Pronto. —Traté de hacer una sonrisa pero me salió una mueca.

— ¿Sigues molesta con él?

Tomé una bocanada de aire y cerré por un momento los ojos. ¿Cómo le explicas a un niño de casi cuatro años que estás dolida y molesta con su padre sin quitarle la visión de héroe que le tiene?

Max me miraba con atención lo que me hacía poner más nerviosa. No sabía si irle con la verdad o mentirle. No sé cual es peor.

—Son cosas de adultos, cariño. —Besé su frente—. Cuando estés más grande lo entenderás. —Resopló levemente no conforme con la respuesta que le di y luego asintió con la cabeza.

—La novia está lista para salir. —Anunció una de las vendedoras de la tienda. Todos nos sentamos derechos y al minuto Samantha salió de uno de los inmensos probadores con una sonrisa tímida en el rostro. Subió a la mini tarima y dio una pequeña vuelta.

— ¿Y? ¿Qué les parece?

El vestido era blanco perla, con un cinto de ceda justo a la altura de la cintura, tenía tirantes un tanto gruesos y era corte recto. Muy formal para mí gusto.

La primera en alzar el cartel de no me gusta fue Susan, frunciendo bastante el ceño. Luego la señora Williams alzó el cartel de sí me gusta. Joseph y Khaled se unieron a Susan y yo no opiné al respecto.

— ¿Qué dices tú, Cam? —Me preguntó Sam con algo de ilusión en sus ojos. Le sonreí con los labios pegados tratando de que entendiera que si daba mi opinión acerca del vestido la haría llorar.

—Vale, eso es un no. —Dijo decepcionada. Con cuidado y ayuda de una de las trabajadoras de la tienda se bajó de la tarima y se fue a los vestidores para probarse otro vestido.

— ¿Es qué todo aquí es color perla? —Espetó Susan con los brazos cruzados—. ¡Por Dios!

—Tranquilízate Su. —Le pidió Khaled.

—No, no me voy a tranquilizar. ¡Sam se está dejando llevar por lo que le están sugiriendo las vendedoras de este lugar! Se supone que ella tiene que elegir lo que quiera usar en su día especial, ¡no otra persona! ¡Y menos ajena a la boda! —La pelirroja se levantó completamente cabreada del asiento y caminó hacia los vestidores.

— ¿A dónde vas Susan? —Pregunté.

—A hacer lo que te correspondería a ti si estuvieras en un estado de ánimo normal. —Espetó con rabia.

Okay, eso me dolió.

Fruncí los labios tratando de no molestarme pero ya era tarde. Respiré profundo y me levanté también del sofá. Tomé a Max por la mano y miré a mi hermano.

—Nos vemos en el apartamento. —Le avisé, antes de caminar frente a él para poder salir de la tienda—. Adiós Joseph, adiós señora Williams. Lamento esto, pero no me encuentro bien. —Sin darle tiempo a ninguno de los tres de decirme nada salí de la tienda, seguida por Khaled quien me detuvo tomando por el brazo.

MAD LOVE. (Saga Turner Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora