CAPITULO 11.

4K 204 3
                                    


—Aquí estás —Di un brinco en mí misma al sentir su mano sobre mi cintura. Giré sobre mi propio eje encontrándome a Owen detrás de mí muy sonriente.

— ¿Por qué sonríes así? Me asustaste.

—Por eso me río.

—Imbécil. ¿Dónde está Max?

—Con Lena y mi padre —Ambos miramos en la dirección donde se encontraba mi hijo riendo a carcajadas por las muecas que le estaba haciendo Lena mientras que el señor Gerard los grababa en vídeo—. De verdad que le tomó cariño rápido a Max, ¿no lo crees?

—Y no sabes cuánto eso me alegra. Aunque, me sorprende que Max se diera tan rápido con ellos, es decir, no se habían visto nunca y, normalmente Max es un tanto... arisco y desconfiado con las personas que apenas conoce, según me dijiste.

—Se parece a alguien que yo conozco. —Rodé lo ojos ante su comentario y le di un codazo leve en el estómago—. Recuerdo muy bien el primer día en el que nos conocimos, no me mataste con la mirada porque creo que eso es imposible.

— ¡Cómo olvidarlo! Me perseguiste fuera del auditorio hasta llegar casi a mi habitación.

—Eso se llama ser persistente, y míranos ahora.

Resoplé y crucé los brazos sobre mi pecho. Owen me dio una pequeña sonrisa de lado y pellizcó una de mis mejillas.

—No sabes cuánto extrañaba esos pucheros tuyos.

—Deja mi cara en paz, no es de arcilla para que me pellizques así. —Bufé manoteando su mano lejos de mi rostro.

—Eres tan adorable.

—Basta, Owen.

Me rodeó con sus brazos y pegó mi espalda contra su pecho, en un abrazo protector y cálido.

—Extrañaba muchas cosas de ti... De verdad discúlpame por todo lo malo que llegué a hacerte.

Resoplé levemente y meneé la cabeza.

—No me pidas disculpas, fue culpa de ambos. Yo exageré las cosas, y tú sólo fuiste impulsivo.

—Sí, pero eso nos costó bastante.

—Ya, Owen. Déjalo ir.

—Intento, créeme que todos los días despierto e intento no pensar en aquello. En cómo te dejé ir así de fácil. Y sin saber el estado en que te encontrabas. Fue un completo imbécil.

—Y yo una egoísta total al no decirte nada del embarazo. Pero, ya pasó. Al menos es un daño que aún podemos reparar. —Me apretó con más fuerza y yo lo que hice fue suspirar.

Realmente al principio no creía que Owen le hubiese afectado tanto nuestra ruptura en aquel momento, creí que después de esa discusión lo mejor sería darnos un espacio, pero mi mentalidad cambió cuando lo vi irse del apartamento cabreado en vez de detenerme, en vez de decirme un "vamos a hablar" y, como niña inmadura que era en ese momento mi mejor opción fue irme sin decirle una sola palabra. Y pues, aquí estamos, cuatro años y medios después intentando reconstruir todo donde lo dejamos.

Puedo decir con certeza que, así como él me extraña, yo lo extraño más, mucho más. Con cada pequeño detalle que pasa entre nosotros, una mirada, un abrazo, un roce de manos, o alguna pequeña acción de él para con Max hace que mi corazón se estruje y quiera borrar muchas cosas de nuestro pasado.

Una pequeña grieta se abrió entre nosotros el día en el que terminamos, una que se fue acrecentando con el paso de los meses y que terminó por separarnos tanto como lo están América del Sur y Europa. Se formó un increíblemente grande océano entre nosotros, lleno de decepciones, dolor, odio, tristeza y recuerdos en común. Pero, justo ahora, que me encuentro entre sus brazos, siento que ese gran océano, ahora solo es un pequeño charco. Aún quedan cosas por sanar que en menos de un mes no se remediaran, pero quizás con el tiempo lo hagan y es que la verdad es, que terminamos por una estupidez, siendo él un volcán explosivo y yo una niña inmadura pues... no se podía esperar una relación seria para ese entonces, sumándole el plus de un bebé en camino. A veces creo que las cosas pasaron así por una razón pero, no sé si esa razón es buena o mala para nosotros.

—Me hacías mucha falta, Owen —confesé y le di una pequeña sonrisa algo tímida―. No sabes cuánto te eché de menos —Ahora fui yo quién lo rodeó con los brazos, lo mejor que pude al menos puesto que es una cabeza más alto que yo, y en sus hombros y postura se nota que estuvo en clases de natación cuando era un niño/adolescente.

— ¿Decir que te amo es muy apresurado para el tiempo que llevamos saliendo? —Preguntó con curiosidad mirándome como un cachorro mira a su amo esperando a que le lance la pelota.

—Posiblemente, pero me gustó cómo sonó.

— ¿Te lo puedo volver a decir? —Puse mi dedo índice sobre sus labios y negué con la cabeza.

—No, aún no es el momento.

—Está bien, pero prométeme que no nos volveremos a dejar por algo absurdo.

— ¿Pero sí por algo malo?

—Camyl...

Reí con ganas y le di un corto beso en los labios.

—Te lo prometo.

—No quiero volver a perderte.

—Y yo espero que eso no pase.

~~~.~~~.~~~

Capítulo cortito pero tierno, ¿no lo creen? Hoy no tengo mucho que decir, así que solo les diré buenas noches y...

Kisses en esas narices.

Mis redes: Instagram: @booksbittersweet — personal @BittersweetNatty.

Twitter: @BittersweetNaty.

MAD LOVE. (Saga Turner Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora