MAD LOVE. (Saga Turner Libro I)

CAPITULO 12.

19 de mayo, 2015.

Mi día comenzó con una llamada desesperada de parte de Samantha, los ataques de novia nerviosa la tomaron por unos largos minutos en la mañana, lo que provocó un ligero atraso en mi sincronizado sistema matutino pero, logré mi función como dama de honor y organizadora de eventos: calmarla.

Luego de la que la tormenta de emociones pasaran, preparé a Max para la escuela, le dejé el desayuno semi-hecho a Khaled, porque soy buena hermana, pero no perfecta y llevé a Max al preescolar justo a tiempo. Aprovechando de que hoy el supervisor nos la pelirroja que me ayudara con los preparativos de la boda de mi hermano y Sam, ya que no quiero preocupar a la rubia y no pienso organizar una boda yo sola, no quiero volverme loca. Además de que Susan es una gran ayuda y mano derecha

—Vale, ¿por dónde comenzamos? ―preguntó y yo me encogí de hombros.

—No lo sé, es la primera vez que estoy planeando una boda. Me siento más nerviosa que la novia, mi fuerte son cumpleaños, no bodas. —Pasé mis manos por mi cabello y halé de él en un gesto de desesperación—. No sé por qué Samantha me eligió a mí.

—Porque confía en ti.

—Grave error.

Susan me golpeó con fuerza el hombro y me sacudió.

—Ah no, que no se te pegue su pesimismo, por favor.

—No era necesario el golpe, Susan. —Murmuré sobando mi brazo adolorido.

—Es la única manera en la que reacciones, agradece que no te pellizqué.

—Agresiva.

—Así me amas. —Me guiñó un ojo y tomó una de las revistas de novias sobre la mesita frente a nosotras—. La ventaja de esta boda, a pesar del corto tiempo que tenemos para organizarla es que, el lugar ya está escogido y apartado. Ya tengo una agencia de festejo en la mira que hará la decoración de ensueño que quiere Samantha.

Suspiré lentamente y asentí levemente con la cabeza.

—Bien. Hagamos esto.

Comenzamos a hacer la lista de lo que necesitaremos para llevar esta boda acabo, y luego ojeamos un par revistas para seleccionar el modelo correcto y acorde que combinara perfecto con el vestido que ya Samantha eligió y la temática de la boda: playera.

Susan no paraba de hablar de la clase de papel que debían ser las invitaciones mientras que yo pasaba página por página de una revista de vestidos de novia cuando, vi uno que me llamó la atención por completo; se trataba un vestido cola de sirena de color negro, con diamantes y rubíes en el borde del escote en forma de corazón, de cintura ajustada y caída libre en los pies, y hecho de seda bordado sujeto a una diadema decorada con rubíes. Dejé escapar un largo suspiro y por un momento me imaginé en él y se me erizaron lo vellos del cuerpo.

— ¿Camyl? ¿Me estás escuchando? —Me sacudió por los hombros, haciéndome aterrizar en la realidad de nuevo.

—No, lo siento —sacudí la cabeza una vez más—. Estaba algo distraída viendo este vestido.

— ¿Negro?

— ¿Qué tiene? Es hermoso.

—No lo niego, pero si es para ti, tu madre se volverá loca.

— ¿Quién dijo que es para mí?

Susan enarcó una ceja y cruzó los brazos sobre su pecho.

— ¿Acaso lo imaginaste para Samantha? La chica más pinkie que conocemos, ¿de verdad?