Cap 8

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Actualidad.
Dos días después...

—Christopher es Christopher—me encojo de hombros, golpeando el saco de boxeo mientras Alexa levanta pesas a unos pasos—. Yo no tengo la culpa de que haya reaccionado así.

—Lo sabemos, pero Luisa te odia dos veces más—niega—. Toda esta situación entre ella y Simón es complicada.

—¿Complicada?—bufo—. No me jodas, Alexa, me llamó zorra arrastrada solo porque me vió cerca de él. Eso no es normal. ¡Ni siquiera Sabrina llegó a tales puntos!

—No te enojes con ella—pide—. Está dolida, necesita tiempo para que su ego pueda entender que Simón si fue capaz de dejarla.

—Como sea—ruedo los ojos—. Si ella no vuelve a hacer nada contra mi, podremos llevar la fiesta en paz.

—¿Hablaste con Simón?—pregunta y niego—. Han pasado dos días, Rosie. ¿Crees que está enojado contigo?

—No, creo que lo está con Chris—suspiro—. A pesar de que como profesional y como mujer no merece mi respeto, si lo hace por ser la madre de Peyton. Y Christopher... fue demasiado agresivo.

—Todos sabemos que eres su botón sensible—asiente—. Es muy loco la forma tan abrupta y agresiva en la que reacciona cuando se trata de ti.

—Si, bueno, de todas formas no estuvo bien—me encojo de hombros—. Sin embargo, amo a mi hermano más que a nada y agradezco que me proteja con tanta... ferocidad.

—Es como un lobo defendiendo a su cría—ríe y asiento

—¿Rosalie?—la voz de Gema me hace darme la vuelta, me ofrece una pequeña sonrisa mientras yo comienzo a tomar respiraciones profundas—. Hola, ¿podemos hablar un segundo?

—Claro—me quito los guantes, alejándonos un par de metros de Alexa—. Dime qué quieres, Gema, la verdad tengo un día bastante ocupado y no estoy para perder tiempo.

—Sé que Christopher valora mucho tu opinión—inicia y siento—. Y por eso te quería pedir que le aconsejes alejarse de Rachel.

—¿Rachel james?—enarco una ceja y asiente

—Sé que él ha estado tras de ella y viceversa—respira profundo—. Yo a amo a Christopher—juega con sus manos con nerviosismo—, yo quiero lo mejor para él pero... no puedo ayudarlo si él sigue con ella.

—En primer lugar, él no necesita tu ayuda, Gema—me acerco y retrocede—. No sé quién te ha hecho creer que eres lo suficientemente importante como para amenazar con tu ausencia, así que déjame decirte una cosa:

Sonrío, apartando un mechón de cabello de su hombro antes de bajar mis dedos por su brazo y tomar su mano, apretándola con tal fuerza que el miedo comienza a llenar sus ojos.

»Christopher hace de su vida lo que quiere—advierto—. Y si se quiere follar a Rachel James una y otra vez, lo hará. Ahora...—respiro profundo— espero que no te creas con la importancia que no tienes, Gema, porque aquí el único indispensable es el candidato a ministro.

»Y si intentas algo, porque las mujeres dolidas por un hombre pueden creer que son muy peligrosas—ruedo los ojos—, voy a matarte a ti y a tu amiguita, y voy a encargarme de encerrar a tu madre en la celda más recóndita y asquerosa de Rusia. ¿Comprendido?

Se encoge bajo mi mirada, bajando la cabeza y asintiendo repetidas veces, así que tomo su barbilla para que me mire, notando que tiene los ojos llenos de lágrimas.

»Y no llores, que eres una maldita soldado y debes comportarte como tal—limpio la lágrima que baja por su mejilla—. Ahora vete.

La suelto, y ella se apresura al salir del gimnasio mientras yo me doy la vuelta y vuelvo a mi posición frente al saco.

First and Only Love [Simón Miller]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora