Cap 11

2K 242 5
                                    

Simón

—¿Dónde está ella?—le pregunto a Christopher al entrar a su oficina y frunce el ceño al verme

—Creí que tenías dos meses de permiso.

—¿Dónde está Rosalie?—cuestiono—. No contesta mis mensajes ni mis llamadas y no tengo su maldita dirección.

Se recuesta en la silla, cruzándose de brazos mientras me ve como si fuera el imbécil más grande del mundo.

He estado llamando a Rosalie desde que salió de mi casa ayer.

Lo que dijo... mierda. Creo que la presioné demasiado y no suele ser bueno presionar a Rosalie en un tema que no le gusta pero... necesitaba desahogarme.

Necesitaba decirle que sigo amándola porque... joder, lo hago. Rosalie fue mi novia, fue mi amiga, mi confidente y... nunca la busqué en otra persona porque sabía que no la encontraría.

Sin embargo, si la sigo dejando evitarme, va a comenzar a llenarse la cabeza de dudas ella misma y prefiero evitar eso. Siempre he sabido que a ella le gusta cuando se es claro y yo lo fui, pero no de la forma correcta.

—Siéntate—escucho la voz del ministro y miro sobre mi hombro para verlo sentado en el sofá junto a Reece Morgan.

«Joder, esto de nuevo»

Respiro profundo antes de tomar asiento frente al padre y al tío de Rosalie, enfocándome sobretodo en el más cuerdo de los hombres Morgan. Reece.

—No, hijo, yo no te ayudaré esta vez—ríe negando—. Pero al menos alégrate de que esta vez esos dos no quieren golpearte—señala a su hermano y a su sobrino

Si, bueno, ya tuve que ser golpeado una vez por Christopher.

No es larga la historia. Rosalie y yo salimos un mes, su hermano se enteró y fue hasta mi departamento para reclamarme amenazando con golpearme si me acercaba a su hermanita.

Dije "hermano, haz lo que tengas que hacer, pero no dejaré de salir con ella. Me gusta" y me dió un jodido puñetazo que me fracturó la nariz. Pero, hey, tuve a la chica.

—Solo quiero hablar con ella—suspiro

—La dejaste ir una vez—me reprocha Alex mientras Christopher se sienta a su lado—. Te dejé estar con mi hija y luego la dejaste ir. Creo que debes asumir las consecuencias de ello.

—Primero, usted no me dejó hacer nada, ministro, ella era mayor de edad y tomó su propia decisión—aclaro—. Y segundo, ella no es de mi propiedad como para retenerla. Quiso irse, y aunque me dolía en el maldito fondo del alma, ella es dueña de sus decisiones y yo no era nadie para hacer nada.

Eso si son los Morgan. Imbéciles. Al menos los hombres, Rosie es... distinta en un sentido bastante parecido y raro. «Se parece a ellos y al mismo tiempo no lo hace»

Pero que hablen de ella como si fuera un maldito objeto es demasiado incluso para ellos.

—Eras su jodido novio—resopla Christopher—. No supiste lidiar con ella, Simón. Es mucho para ti, y lo sabes.

—¿No supe...?—me levanto, sintiendo mi sangre calentarse—. Deja de hablar de ella como si fuera un jodido animal al que hay que entrenar, es tu hermana—siseo—. Y no tienes ningún maldito derecho a decirme que no supe llevar una relación con ella porque yo la amé. ¡Jodidamente amé cada cosa a la que ella llamaba imperfección porque ella era mi centro, joder! ¡Ella es la única razón por la que entiendo su raro lado asesino!—los señalo a los tres—. ¡Es la única razón por la que creo que ustedes son más que unos imbéciles y a veces dudo que ustedes sean su familia porque ella es maravillosa y...!

—Simón—me interrumpe Reece, con una sonrisa complacida—. Relájate, lo sabemos. Al menos Christopher y yo lo hacemos—rueda los ojos

»Muchacho, Christopher solo intentaba sacarte lo que al parecer no le has dicho a ella—ríe—. Y si, ella es la creación más maravillosa que ha podido dar nuestro apellido. Por eso nos preocupamos.

Respiro profundo, lanzándole una mirada mordaz a Christopher antes de sentarme de nuevo.

—A mi hija solo le importan dos grupos de personas—dice Alex y asiento sabiendo su respuesta. «Los que no pueden defenderse y los que ama»—. Desgraciadamente, tú estás dentro de uno de esos grupos, y le importas más de lo que a cualquiera de nosotros les gustaría.

»Ella tiene un corazón de acero, acepta muchos golpes y de alguna forma tú atravesaste ese acero—suspira—. No soy fan de nada que sea una debilidad para mi apellido, pero en este caso... tampoco lo soy de la infelicidad de mi familia. Y si mi hija no es feliz, nadie lo será.

—Lo sé.

He visto de primera mano el trato de los hombres Morgan hacia Rosalie. Ella es quien mantiene a esa familia unida, sin ella... todo se viene abajo.

La aman, la protegen con uñas y dientes sin importarle que ella misma pueda defenderse como la soldado de mayor nivel que es.

Elijah, Regina, Alex, Reece, Thomas y Christopher... no hay persona con el apellido Morgan en este mundo que no vea a Rosalie como lo que es... una mujer fuerte, aguerrida; pero también la primera niña, la princesita de la familia a la que siempre van a proteger y adorar.

Va más allá de ellos, y eso lo supe cuando el insensible e imbécil Thomas Morgan, un hombre al que no le importa nadie, amenazó con cortarme las bolas si le hacía daño a su sobrina.

No hay persona en este mundo que conozca a Rosalie y no sienta admiración y una feroz protección hacia ella. Sin importar cuanto pueda protegerse, siempre tendrá personas que lo hagan para ella.

Si ella está bien y feliz, todos lo estamos. Es así. Ella es el centro del mundo y de la atención sin siquiera intentarlo.

—Eres padre—me recuerda Alex y no puedo evitar sonreír ante la mención de la pequeñita que me espera en casa—, ¿no harías lo que fuera por tu niña?

Hasta matar.

Y también por Rosalie.

—Soy padre, pero eso no quita que tengo derecho a seguir con mi vida—frunzo el ceño—. Que quiera hacerlo no significa que mi hija no sea mi prioridad.

—Es error de Alex que Rosalie crea que eso es así—Reece le lanza una mirada de muerte a su hermano que aprieta los labios—. Has tratado con su carácter antes, Simón, y estoy seguro de que no necesitas que te digamos lo que debes hacer.

—¿Entonces esto es para qué?—cuestiono

—Ah—ríe, recostándose contra el sofá—. Nada, solo llegaste en un momento bastante... oportuno. No te buscábamos a ti.

—Que gracioso, como sea—bufo, pero en realidad sería algo que yo haría por Peyton una y mil veces—. Entonces, ¿dónde está ella?

—Ha cambiado—me aclara Christopher y asiento. «Con un carajo que lo sé»—. Ella puede aclarar sus pensamientos sola, pero sabes que ella necesita que hablen.

Asiento.

—Está en ese mirador suyo—informa Alex y sonrío—. No acepto un segundo error, Miller. Arruínalo de nuevo, y no vivirás para contarlo.

—Agradable conversación, señor—asiento, ignorando la amenaza por mi propio bien antes de salir de la oficina

Rosalie no necesita que hablen por ella, pero nunca dejaré de entender que ellos lo hacen porque la aman.

Los Morgan son desinteresados, pero para ellos la familia importa mucho. Y rosalie es la pieza más grande de esa familia.

Tiene un carácter que es una mezcla de Alex, Christopher y Reece. Es una mujer de carácter difícil y fuerte de vez en cuando, pero cuando baja sus barreras es solo Rosie, con un corazón de oro y una protección feroz hacia los que ama.

Es mi mujer. La quise para mi antes y la tuve, y ahora no será distinto.

First and Only Love [Simón Miller]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora