Cap 60

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—¿Ya vas a decirme dónde estamos?—Río cuando las puerta del avión se abre.

—Que impaciente. —Simón besa mi hombro, caminando detrás de mi—. ¿Recuerdas esa cita antes de tu cumpleaños hace un par de años?

—No tengo tan buena memoria como tú—me quejo.

—Bueno, estábamos de viaje en Liverpool y agregaste un lugar específico a la cima de tu lista de países por visitar—me recuerda, acariciando mi cintura.

Los recuerdos llegan a mi cabeza rápidamente y me doy la vuelta entre sus brazos para verlo, con una enorme sonrisa en su rostro.

—¿Arabia Saudita?—pregunto y su sonrisa se hace más grande. Jadeo—. Mientes. ¿Estamos en...?

—En el desierto de Rub al-Jali. —Asiente—. Bienvenida a Arabia Saudita, preciosa.

Mi corazón salta, chillo de la felicidad y Simón ríe cuando tomo su rostro entre mis manos y lo beso una y otra vez, sintiendo que la emoción recorre mi cuerpo al saber que estoy en uno de los lugares que siempre quise visitar.

Pensaba hacerlo en algún momento pero cuando me fui a Rusia todo se centró en mi trabajo y las oportunidades para ascender. No tenía tiempo para pensar en absolutamente nada y esos viajes pasaron a segundo plano.

Hasta que Simón comenzó a tachar lugares de esa lista.

—Te amo tanto—murmuro sobre sus labios—. Eres el hombre perfecto.

—Mhm, deberías llamarme así a partir de ahora—se burla y yo río—. Muy bien, señora Miller, es hora de comenzar nuestra luna de miel.

***

—Dios mío, es tan hermoso. —Miro por la ventana, sonriendo ante el lugar desértico lleno de cañones y montañas rocosas en bloques.

Enormes montañas de piedra rojizas se elevan por todos lados y es lo único que se ve además de arena y más arena.

Pero eso no le quita lo hermoso.

Después de que te acostumbras a la ciudad, a ver edificios y concreto por todos lados, ver absolutamente nada más que arena y montañas es sin duda una maravilla.

El calor es horrible, sin duda. El ambiente de la camioneta no apacigua el calor por el sol que cae directamente y con toda su fuerza sobre nosotros, pero eso no me quita la emoción de estar aquí.

—Me alegra que te guste. —Simón besa el dorso de mi mano—. Pensaba llevarte a un lugar más elegante porque quería ir a lo seguro pero entonces hablé con Valeska y... recordé que eso no es lo que hacemos.

—Simón, podrías haberme llevado al lugar más alejado del mundo y yo lo habría disfrutado porque quiero pasar tiempo contigo. —Apoyo mi barbilla en su hombro—. Sin duda llevarnos por el estatus no es lo que hacemos.

—Lo sé, preciosa. Pero la boda fue tan elegante y grande que creí que debía seguir con esa línea. —Besa mi frente—. Pero el punto es disfrutar y pasar tiempo juntos, así que decidí que este sería nuestro primer destino y veremos un poco de todo.

—¿Primer destino?—Levanto las cejas y él sonríe.

—Sorpresa.

—Dios mío, Simón. —Río, inclinándome para besar sus labios—. Todo lo que haces es especial para mi, mi amor. Gracias.

—Puedes agradecerme cuando lleguemos al hotel. —Muerde suavemente mi labio inferior—. Porque, jodido dios, no me has dejado tocarte desde anoche.

Río.

First and Only Love [Simón Miller]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora