Cap 39

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—Entonces—la agente de bienes raíces nos sonríe cuando bajamos del auto—. ¿Qué les parece a primera vista?

Respiro profundo, mirando la enorme mansión completamente presuntuosa que nos está presentando.

Hay estatuas y fuentes por toda la parte delantera, dos hileras de arbustos rodean el camino de entrada y el techo azul oscuro con las barandillas doradas de los balcones me hacen fruncir el ceño.

—¿Podemos remodelarla?—pregunto cuando Simón llega a mi lado y entrelaza nuestras manos.

A la agente no se le pasa por alto el gesto. Puedo ver como sus ojos se vuelven decididos y como saca su pecho en un intento... animal de llamar la atención de mi hombre.

Ella es linda. Mucho. Pero no soy insegura, sé lo que tengo y conozco al hombre a mi lado lo suficiente para saber que, ni aunque ella posara frente a él desnuda, Simón jamás le prestaría la más mínima atención. Conmigo a su lado o no.

—Por supuesto, pueden hacer el cambio que deseen—ella nos sonríe—. Tienen doce mil metros cuadrados privados para hacer lo que deseen. Como pidieron, están a las afueras de la ciudad pero lo suficientemente cerca para que el viaje no sea muy largo.

—¿Y cuál es el precio?—pregunta Simón mientras subimos las escaleras a la entrada principal.

—Este será el primer problema, necesitamos poder salir con el coche—señalo las escaleras y Simón ríe llevando mi mano a sus labios para besar el dorso.

—El precio—la agente nos mira sobre su hombro—. Son veintitrés millones de Libras. ¿Está bien para ustedes?

Uh, bueno.

—Por supuesto, nos gustaría ver a solas—Simón asiente y ella parpadea sorprendida, incluso parece decepcionada.

—Claro, llámenme si me necesitan—pasa junto a Simón rozando su hombro y yo ruedo los ojos divertida.

—Si, deberías llamarla—me burlo—. Estoy segura de que saltaría por la felicidad.

—Mhm, ¿celosa?—Simón lleva su mano libre a mi nuca, atrayéndome a su cuerpo para hacerme levantar el rostro y verlo a los ojos.

—¿Yo?—río negando—. Jamás.

—Bah—rueda los ojos—. Estás demasiado segura de lo que tienes.

—¿Si?—deslizo mis manos por su pecho, bajando hasta que una de mis manos roza su polla, sintiendo como se pone erecta bajo mi palma—. ¿Estoy demasiado segura, agápi mou?—rozo nuestros labios y él exhala ruidosamente.

—Rosie—su mano en mi cuello me atrae hacia él mientras su brazo libre rodea mi cintura—. Joder, cariño, voy a follarte aquí mismo si...

Presiono suavemente y él gime haciéndome sonreír.

—¿Quién soy?—pregunto y él respira profundo—. Dime quien soy, Simón.

—Mi mujer—gruñe y sonrío—. Y yo soy tuyo. Tu novio. Tu hombre. Tu todo.

—Mi todo, así es—dejo un casto beso en sus labios—. Soy segura de lo que tengo, ¿no debería serlo?—subo mis manos de nuevo hasta rodear su cuello con mis brazos—. Dime, Simón.

—Deberías serlo, preciosa—río cuando me levanta y me presiona contra una de las paredes—. Soy tuyo, y tú eres mía—toma mis labios en un beso y yo gimo.

Entreabro los labios, dejándole paso a su lengua en mi boca. Me acaricia, me presiona y me hace ceder ante él. La forma en la que me toma me hace gimotear, restregándome contra la dura erección que presiona mi núcleo.

First and Only Love [Simón Miller]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora