First and Only Love [Simón Miller]

Cap 59

Dos meses después...

—¡Hola! Lamento llegar tarde. —Tomo asiento junto a Simón y me inclino a dejar un beso en sus labios antes de mirar a Steven, mi organizador de bodas—. Tuve una reunión de última hora, lo siento.

Adaptarme al puesto de viceministra mientras organizo una boda es probablemente de lo más difícil que he tenido que hacer.

Pero quiero mi boda, no puedo esperar más y un puesto en la FEMF no va a arruinarme la experiencia. Puedo llevar todo este estrés sin problema.

—No pasa nada, cariño. —Mueve su mano, restándole importancia—. Para hoy solo tenemos la prueba del pastel y las de los vestidos en dos horas. —Me guiña un ojo—. Va a fascinarte.

Sé que si. La diseñadora y yo trabajamos juntas durante semana, hablando horas y horas sobre distintos diseños hasta que conseguimos el que me enamoró por completo.

—Dios, me muero de nervios. Quiero verlo. —Sonrío.

Sé que ella ha hecho un gran trabajo. Es la mejor diseñadora, su agenda es tan apretada que conseguimos una cita hasta dentro de dos años, pero un par de llamadas y una promesa de pagar el precio necesario me aseguró que ella hiciera mi vestido de bodas, los de las damas y los trajes de los padrinos y el novio.

—No hablen frente a mi de algo que tengo prohibido ver—se queja Simón, rodeando mi cintura con su brazo antes de inclinarse a besar mi sien—. También iremos a la prueba de los trajes hoy en la tarde. Tu hermano comienza a odiarme.

—Él más que nadie exigió un traje a la medida, que se vaya a la mierda. —Ruedo los ojos, pero sonrío cuando deja un casto beso en mis labios—. Tenemos público...

—Oh, podría pasar todo el día revolcándome en mi miserable soltería al verlos. —Steven ríe—. En fin, comencemos con esto que el tiempo vale oro. Sobretodo para nuestra bella novia.

Río.

***

—Él te ama mucho—murmura Aura a mi lado mirando la pantalla de mi celular.

Río, respondiendo el mensaje de Simón dónde me muestra a Patrick enfundado en su traje mientras el sastre lo ajusta.

—Lo hace, y yo también lo amo. —Me encojo de hombros antes de mirarla—. ¿Qué tal tú? Has estado callada hoy.

—El viaje hasta aquí fue largo. —Respira profundo—. Y... la verdad es que hoy me encontré con Luisa.

Ante la mención de ese nombre, la mesa cae en un silencio y Margareth acribilla a su hija con los ojos.

Yo bebo un sorbo de mi champaña y respiro profundo.

»No puedo evitar sentirme mal por ella. Durante años creyó que Simón era el amor de su vida y... al parecer le ha estado afectando ver las noticias de la boda en todos lados.

Por supuesto, todas las revistas, blogs, páginas de chismes y periódicos han estado hambrientos por noticias de la boda. Está en todos lados.

—Yo no soy responsable de cuidar su salud mental, Aura—le digo—. Lo siento mucho por ella. Sobretodo por haber perdido al gran hombre que es Simón, pero yo no tengo culpa de ello.

»Y te quiero mucho, Aura, te conozco desde que tenías quince, pero te voy a pedir que no manches mi boda con eso. —Tomo un trozo de chocolate y lo meto a mi boca.

Conversaciones con esa mujer han sido parte de la rutina en estos últimos dos meses debido a la contra demanda por la custodia de Peyton.

Pero eso se ha juntado con los nuevos puestos, los viajes de la campaña y el montón de papeleo que todos tenemos que hacer, por lo que en realidad no ha ocupado mucho lugar en mi mente.