Cap 17

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—¿Qué es tan importante?—Simón resopla sentándose a mi lado y río cuando Chris le lanza una mirada de fastidio

—Los Irlandeses están en la ciudad—nos informa—. Tengo entendido que tendrán una reunión con Ali Mahala. Y necesitamos saber que es tan importante como para reunirse en Londres.

—¿No atrapar a Ali?—enarco una ceja—. ¿Quieres perder la oportunidad de atrapar a Ali Mahala?

—Atrapar a Ali no es algo que se planee en un día—me mira—. Tenemos que entrar en la pirámide, sabes sus planes, sus ideas... todo. Y de un momento a otro, los jodemos.

—Difiero, pero tú eres el coronel—me encojo de hombros—. Entonces, ¿qué es lo que quieres hacer?

—Lo de siempre, bailarinas—se encoge de hombros y frunzo el ceño

—¿Bailarinas? Los Halcones son más de prostitutas, ellos no son Antoni—le recuerdo—. ¿A cuantas necesitamos?

—Dos que estén dentro—suspira—. Quiero que esto sea pequeño, es solo para sacar información, no es una redada.

—Perfecto, y supongo que me querías contactar porque quieres que yo lo organice, ¿no?—enarco una ceja

Asiente.

—Perfecto, serán James y Lincorp—informo y la mandíbula de Christopher se tensa—. ¿Alguna objeción?

—Los Halcones reconocen a Rachel—me recuerda y ruedo los ojos—. No puedes meterla ahí, es la maldita boca del león.

—Entonces que sea Franco—acepto—. Y mientras tanto...—suspiro y lo miro a los ojos—. Te quiero enfocado en la campaña, Christopher. Deja de buscar más trabajo.

—Fue lo que yo dije—Patrick asiente—. Pero tu hermano tiene apuros en terminar de encerrar a los aliados de Antoni.

—Pues el principal es Ilenko Romanov—les recuerdo—. Las Nórdicas no funcionaron para él... una pena—suspiro—. Tendremos que hallar otra forma de acercarnos a él.

—Nosotros nos encargaremos—dice Simón—. Puedo trabajar en la estrategia desde casa y ustedes se encargan de la ejecución.

—Hay otro tema que tocar—mi hermano mira a Patrick y este aprieta los labios antes de sacar su celular y darle play a un audio

-Escuché que la pequeña Morgan está de vuelta-una voz masculina que no reconozco suena

-Lo está y debemos tenerla-el acento árabe me hace tensarme-. Ella es la pieza que podría destruir a los Morgan. Sin ella, todo su imperio se viene abajo. Es su talón de Aquiles.

-Entonces busquen la forma de atraparla-sentencia el otro hombre-. O de enamorarla, no me importa, pero la quiero bajo mis cadenas.

-Si, señor.

La llamada finaliza, el cuerpo de Simón está tan tenso como mi hermano y Patrick. Todos miran fijamente el celular mientras yo tomo una respiración profunda.

—¿Ese era Antoni?—pregunto y asiente—. Ya sabíamos que Antoni tiene sus ojos sobre mi desde lo de Emily. No es nuevo.

—No, pero para ellos era más difícil llegar a ti mientras no te involucrabas tanto en las misiones—Simón acaricia mi cabello y tengo que contenerme para no suspirar—. Tienes que volver a tener equipo de seguridad.

—Se supone que aquí estaría más segura—me quejo

—No está en discusión, llamamos a tus hombres y están en camino—me informa Christopher—. Todos los capitanes tienen escolta y tú no solo eres capitana, eres mi hermana, antigua líder de tres centrales e hija del actual ministro. Tienes un maldito blanco enorme sobre tu cabeza.

—Lo sé—asiento

Amo a mi hermano, ser un Morgan no es algo que me moleste. Pero odio tener personas sobre mi en cada paso, odio tener que ser seguida por camionetas y motocicletas todo el tiempo.

Sin embargo, siempre fui exigente con la seguridad de Christopher y básicamente lo obligué a aceptar a la escolta. Así que no voy a hacer un berrinche. Son cosas que hay que aceptar por nuestro bien.

—Quiero un pequeño grupo de escoltas para Marissa—condiciono—. Nadie entra a mi auto bajo ninguna circunstancia a menos que yo lo pida y no quiero a la Alta Guardia cerca.

Para nadie es un secreto que no me gusta la Alta Guardia. Son hombres sumamente insoportables a los que me gustaría patearles el trasero alguna vez. Y aunque me respetan, sé que también me subestiman por ser mujer.

Como si no hubiera pasado toda mi vida demostrando que puedo ser mejor soldado que cualquier hombre.

—Está bien por mi—Christopher asiente y fija sus ojos en Simón—. Ella es capaz de cuidarse, pero no me parece de más decir que si le pasa algo, te mato.

Simón le lanza una sonrisa desdeñosa a Christopher y pasa su brazo sobre mis hombros antes de inclinarse y besar mi sien.

—Si dejo que le pase algo, yo mismo me mataré—asegura y ruedo los ojos

—Dios, sus egos me están asfixiando—finjo que me falta aire—. ¿Quieren dejar de hablar como dos imbéciles? Parece se les olvida que puedo derrotarlos. A ambos.

—Ahora soy yo quien se está asfixiando—se queja Patrick y ruedo los ojos—. Vamos, Rosie, hablas como si no hubieras heredado el ego de tu familia.

—Oh, lo sé—me encojo de hombros—. También soy frontal, como Regina, así que me fascinaría que ustedes dos se fueran y me dejaran a solas con Simón.

El mencionado ríe y mi hermano hace una mueca de asco antes de levantarse y lanzarle una mirada de fastidio al hombre a mi lado.

—Hazlo bien esta vez, no quiero que se case con un marica bueno para nada de nuevo—le dice—. Aunque tú no estás muy lejos de esa descripción.

—Christopher—Patrick lo regaña, pero Simón solo sonríe para demostrar que sus palabras no le afectan ni un poco

—Al menos yo tengo los cojones de afrontar mis sentimientos y recuperar a mi mujer—le contesta y me levanto cuando Christopher da un par de pasos hacia nosotros

—No—le advierto y aprieta los labios—. Ustedes dos no van a pelearse. No me jodan—miro a Simón—. Deja de echarle sal a la herida—vuelvo mis ojos a Christopher—; y tú deja de provocarlo. Ambos compórtense como adultos.

—Mejor nos vamos—Patrick toma el brazo de Christopher y este se zafa del agarre adelantándose para irse—. Lo siento, Rosie.

—Está bien, yo hablo con él luego—le ofrezco una sonrisa y se acerca a darme un corto abrazo antes de ir tras Christopher

Suspiro, dejándome caer junto a Simón.

No puedo quejarme, a Christopher le gusta provocar a las personas pero se molesta cuando le hacen frente.

Y Simón es su amigo, no puede quejarse por que le digan la verdad. Y sé que las cosas entre ellos están tensas desde Luisa; solo mantienen la calma porque yo estoy entre ambos.

Ambos tienen sus razones.

—Lo siento—Simón besa mi cabeza y me atrae a su pecho pero yo niego—. Lo siento, sabes que no quiero ponerte en una mala situación.

—Lo sé—asiento—. Ahora solo... ¿quieres ir conmigo a casa? Marissa no está y no quiero incomodar a tus hermanos.

—Por supuesto, preciosa.

First and Only Love [Simón Miller]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora