First and Only Love [Simón Miller]

Extra II

Un año y medio después...

—Mami. Mami. Mami.

Miro sobre mi hombro, dejando la pequeña cuchara con la que alimento a Athena en el tazón cuando veo a Simón acercarse con Peyton corriendo delante de él.

—Maama. —Athena abre y cierra sus manos y yo río, inclinándome a besar su frente.

—Buenos días a ustedes dos. —Cargo a Peyton cuando llega hasta mi y beso su mejilla—. ¿A dónde fueron?

—Papi compró flores. Dáselas, papi. —Su pequeña vocecita me hace sonreír y la aprieto contra mi mientras Simón aleja sus manos de su espalda, mostrándome el bonito ramo de rosas blancas que me hace sonreír.

—Ow, gracias. —Levanto mi rostro y recibo el beso que mi esposo me da antes de ponerle mi mejilla a Peyton, que deja un beso en esta.

—Peyton también tiene el suyo. —Simón deja un pequeño ramo sobre la mesa y prácticamente me derrito cuando lo veo sacar un pequeño lirio tejido que le entrega a Athena.

Nuestra hija chilla como si hubiera visto algo maravilloso y toma la flor entre sus pequeñas manos, llevándosela de inmediato a la boca. «Para sorpresa de absolutamente nadie»

—Son completamente hermosas estas flores. —Dejo a Peyton sentada en la encimera y busco un par de jarrones para meterlas en agua—. Gracias, agàpi mou. —Le lanzo un beso.

—De nada, preciosa. —Toma a Athena en sus brazos antes de acercarse—. Digan: feliz cumpleaños, mami.

—Feliz cumpleaños, mami—dice Peyton a coro con su padre, y Athena está simplemente embelesada con su flor.

Bueno, feliz cumpleaños a mi. La verdad es que estoy tan cansada que apenas he pensado en ello, y sin duda hoy lo único que deseo es pasar tiempo con mi esposo y mis hijas.

—Gracias a ambos. —Río, besando la cabeza de Peyton cuando toma el jarrón de plástico que le entrego.

La ayudo a bajar de la encimera, viéndola caminar hacia el lavaplatos y sacar su pequeña banqueta antes de subirse y llegar a la altura adecuada del lavaplatos.

»Gracias. —Me acerco a Simón y me pongo de puntillas para besar sus labios—. Te amo.

—Feliz cumpleaños, esposa. —Me rodea la cintura con su brazo libre y besa mi frente—. Te amo. —Besa mis labios—. Te amo. —Vuelve a besarme y yo río—. Estoy muy feliz y agradecido de que estés a mi lado, ¿lo sabes?

—Lo sé. —Levanto mi mano para acariciar su mejilla, riendo cuando Athena se inclina y apoya su mejilla en mi frente—. Okey, bebé, deja que papi te termine de dar de comer. —Le lanzo un beso a Simón antes de darle mi atención a Peyton.

—¿Me ayudas por favor?—pregunta.

—Por supuesto, cariño. —Le entrego el ramo—. Mira, tira de aquí y podrás sacar el papel. —Tiro suavemente para que ella pueda ver bien y seguir mis instrucciones.

Lo hace lentamente, sujeto el papel mientras ella mete las rosas en su pequeño jarrón y la ayudo a lavarse las manos mientras Simón le hace ruiditos a Athena por cada cucharada de comida.

—¿Te gustan las flores, mami?—me pregunta y sonrío, tomando mi ramo para hacer lo mismo que ella.

Ella me llama "mami". Dios, no puedo explicar lo que sentí la primera vez que me llamó de esa forma cuando cumplió su primer año. Justo en su fiesta de cumpleaños, haciendo un berrinche cuando su madre no quiso entregársela a Simón.

Ella me llamó, agitó sus brazos en mi dirección comenzando a llorar destrozada. Eso causó mi sorpresa y la conmoción de sus tías, que acompañan a Luisa en cada visita en la que una intermediaria está presente.