Me dejo caer junto a mi hermano en el sofá de su oficina y tomo un largo trago de mi jugo de naranja mientras intento procesar lo que acabo de hacer.
Oficialmente soy la candidata a viceministra de la campaña Morgan. «Jodidamente increíble»
No es que no me guste el poder, me encanta como a cualquiera, pero ser Viceministra no era algo que estuviera en mis planes cercanos. Quería... vivir un poco de esa vida menos estresante antes de intentarlo.
Supongo que el destino hace lo que se le da la gana.
—Sé que no estás feliz—dice Christopher y suspiro
—No, no lo estoy—resoplo—. Sin embargo, yo decidí hacer esto. Por ti o por quien sea, es mi decisión y ya puse el último clavo de mi ataúd. Solo queda seguir adelante.
Evité estratégicamente las preguntas sobre la razón por la que Gema no sería Viceministra. Se especula que es que mi hermano piensa hacerla su primera dama y... estoy jodidamente frustrada porque él y Rachel se siguen viendo pero no llegan a nada.
«No te metas mucho en ello» me recuerdo. Ya me preocupo por mi propia relación, no voy a preocuparme por la suya y salir perjudicada.
—Gracias—dice de mala gana y río
—¿Qué tal si me compensas invitándome a un rico desayuno? Estoy muriendo del hambre y voy a desmayarme si no como pronto—recuesto mi cabeza en su hombro—. ¿Me llevas a comer pizza?
—¿Para desayunar?—enarca una ceja
—Si, tengo hambre, mucha—me encojo de hombros—. ¿Volvimos a los tiempos de la academia donde alguien debía tener el control de mi límite de peso? Porque juro que voy a golpear al que me diga que debo cuidar las calorías.
—Solo decía—palmea mi pierna y se levanta—. Vamos, también tengo hambre y más tarde tengo cosas que hacer.
Me quejo, levanto mis brazos en su dirección y me lanza una mirada de fastidio que siempre pone cuando hago esto. «Vamos, he estado en estos jodidos tacones desde las cinco de la mañana»
Christopher se da la vuelta y se agacha, permitiéndome subirme a su espalda mientras murmura un "te malcriaron mucho" en voz baja.
***
—Entonces si era una loca—se encoge de hombros—. Siempre supe que a Banner le hacía falta un maldito psiquiatra. Más a ella que a sus pacientes.
Río.
—No es nada nuevo—trago mi pizza—. Me siguen llamando "zorra" por estar con Simón. Como en la secundaria, ya sabes—ruedo los ojos
Que mujeres estén tras Simón no es noticia nueva. Siempre ha tenido un significativo grupo de admiradoras y... bueno, yo era odiada porque tanto él como Parker, Bratt y Patrick preferían pasar tiempo conmigo que con alguna chica cuando yo llegaba a algún lugar.
Cuando yo llegaba, ellas eran descartadas. Como si fuera una regla no tener a sus polvos cerca de mi o algo así.
Me odiaban por ello, a mi nunca me preocupó o me hizo sentir mal. Al contrario, lo que digan solo puede aumentarme el ego sea bueno o malo porque... ¿a quién diablos le importa lo que una persona sin importancia diga sobre ti?
En fin, las fans de Simón más de una vez intentaron hacerme frente de forma fallida porque a mi nunca me ha interesado pelear por un hombre. ¿Por qué? Simón me daba su atención por elección, yo no tenía que pelear con nadie por ella y no me iba a rebajar a ese nivel.
—¿Tengo que despedir a alguien?—cuestiona mi hermano
—No. Al menos no si todo se mantiene en lo personal—niego—. Si vuelve a faltarme el respeto en la central, voy a suspenderla o sancionarla. Podría agradecer a Simón el que no considere reubicarla.
—Tienes demasiado en cuenta los sentimientos de Simón—bufa—. Es a ti a quien atacan y él solo se sienta a ver como un marica que no defiende a su mujer.
—Luisa es la madre de su hija—le recuerdo—. Ha hablado con ella, pero no es que sea lo más fácil del mundo discutir con ella. Deben intentar llevar la fiesta en paz.
—Es ella la que se empecina en no hacerlo—frunce el ceño—. No es tu problema si ella es la madre de Peyton o de cristo, es ella quien te busca los problemas y no pueden culparte por defenderte, Sisie.
—Ya sé, solo... no quiero hacerlo más difícil—suspiro—. Mi defensa es simplemente mantenerme firme, Christopher. Sin importar cuanto ella intente alejarme, voy a quedarme aquí con Simón. Punto.
—¿Rosie?—la voz de Rachel nos hace levantar la cabeza y ella me ofrece una sonrisa apenada—. ¿Podemos hablar?—me pregunta y levanto las cejas
—Por supuesto—le ofrezco una pequeña sonrisa a mi hermano antes de levantarme y seguir a Rachel hasta una mesa vacía
—Yo... quería disculparme contigo—dice y frunzo el ceño sin comprender—. Por lo que Luisa hizo ayer.
Su amiga. Su amiga desea disculparse.
—No eres tú quien tiene que disculparse, Rachel—aclaro—. Es ella quien se empeña en actuar como una loca. Y espero de verdad que ese tipo de cosas no se sigan repitiendo, sería una lástima que Simón decidiera pedir la custodia de Peyton por las acciones de su madre.
Ella se tensa.
—Luisa es una buena madre—dice a la defensiva
—¿Lo es?—entrecierro los ojos—. Mira, Rachel... yo podré quejarme de mis padres, pero ellos jamás se habrían lanzado a pelear conmigo en brazos. Yo tampoco lo haría. Que ella no haya pensado en su bebé antes de intentar atacarme dice mucho sobre la clase de madre que es.
Es incomprensible. Lo lamento por ella y sus amigas, pero no voy a defender ni excusar las acciones de esa mujer.
—Ella perdió todo—intenta explicar—. Estaba pasando por un mal embarazo y de repente se entera que Simón la veía como un monstruo, luego el parto y el divorcio...
—Ella estaba tratando mal a Simón, lo que por consiguiente hizo que él quisiera alejarse—interrumpo—. Lo minimizaba y juzgaba constantemente como si no fuera su esposo sino un sirviente. Ella hizo de menos a su familia y se negó a darle el divorcio amenazando con la custodia de Peyton—río secamente—. No intentes venderme a una víctima que no existe, Rachel. Y si, ambos cometieron errores, pero Simón los asume y sigue adelante, ¿qué hay de Luisa?
Que intenten venderme a Luisa como la buena de toda esta historia es patético. No niego que la haya pasado mal, pero que intenten defender sus malos actos a Simón sin duda me saca de mis malditas casillas.
»Si Luisa necesita ayuda, que la busque, pero comienzo a hartarme de sus mierdas y tarde o temprano voy a tomar cartas en el asunto si sigue intentando agredirme—me levanto—. Ustedes me caen mejor cuando no defienden ciegamente a una mujer con ese carácter. No intenten justificarla que es de lo más bajo y mal educado.
Me alejo y vuelvo a la mesa con Christopher, que al ver mi cara no pregunta nada sino que pide que nos empaquen la pizza para llevar y me saca del lugar en un movimiento que agradezco.
Estoy cansada de Luisa y sus amigas. Lo juro.
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First and Only Love [Simón Miller]
FanfictionCasi seis años habían pasado desde la última vez que nos vimos. Desde que dejé atrás a mi primer amor. Pero ahora, de regreso en Londres, ambos nos reencontramos después de matrimonios fallidos y decepciones amorosas. Simón es insistente, y tan irre...