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–Nayeon ¿Estás bien? No has comido nada... —Preguntó Jeongyeon. Llevaban más de 45 minutos juntas ya que era el horario de desayuno de los alumnos.

La rubia ignoró a su amiga, estaba totalmente perdida o mejor dicho intentaba disimular que no leyeran su mente y la molestaran con tantas preguntas sobre ciertas personas.

–Oye casi se me olvida ¿Qué tal su primer día de clases chicas? —Otra vez fue Jeongyeon quien habló.

–A mi me fue bastante bien la verdad, la clase que me tocó fueron muy tranquilos y respetuosos conmigo. Tenía una idea con ellos muy diferente a la que me dieron hace unas horas, no me puedo quejar. Y tu Jeongyeon que tal —Jihyo comentó mientras tomaba un poco de café.

–Como sabrás me tocó la famosa clase del grupito ese, por parte de los demás alumnos fue bien no puedo decir que perfecta porque es como juntar a todos los vagos del mundo en un mismo lugar, a la mínima que dejas de mirarlos hacen de todo. Por otro lado el grupito ese no hace nada y yo no me iba a dejar joder tan temprano que los dejé hacer nada porque fue lo que realmente hicieron, nada—.

–Tú Nayeon... —La rubia no contestó, las dos mujeres se miraron entre si al ver a su compañera ida, Jihyo llamó por lo bajo varias veces pero seguía sin obtener respuesta por lo que tuvo que recurrir a la violencia... Jihyo le gritó el todo el oído asustandola y regresandola al mundo.

–¡Qué te pasa! —Se quejó.

–¿A mi? Mejor di que te pasa a ti, estas rara... No me digas que te fue mal en tu primera clase —.

Nayeon iba a contestarle pero el recuerdo de la pelinegra recostada en el escritorio muy cerca de ella le vino de repente a la mente lo que ocasionó que sus mejillas se tornaran de color rosa. Las chicas fruncieron el ceño al ver la cara de Im la cual estaba casi como un tomate, esos acontecimientos de antes les estaban costando factura.

–Nayeon.

Justo en ese momento se escuchó un ruido proveniente del área de abajo, varios maestros que estaban arriba se acercaron a mirar hacia abajo, las tres mujeres sin entender nada también se asomaron haber que había sido eso ruido.

Cuando miraron se sorprendieron al ver a los alumnos desayunar, no sabían como no escucharon los ruidos de aquellos si literalmente estaba todo el colegio ahí sentado desayunando. No sabían era porque estaban muy arriba o que.

– !Porque no te fijas por donde andas niñata! —Dijo el chico quien estaba muy molesto. Una joven chica peliengra iba tan deprisa que no vio a su frente y chocó con alguien causando que este se ensuciara de leche.

El uniforme que llevaba puesto se había manchado, podía verse la mancha en su camisa blanca. Esto hizo enojar mucho al chico ya que no había que entender mucho que era muy cuidadoso con la higiene.

–Lo si...ento—Dijo la joven en un leve susurro. Siempre era así, no hablaba mucho y cuando lo hacía era en un tono bajo.

El chico la miró, estaba asustada ya que estaba temblando y nunca le dio la cara para verlo, esto hizo que se enojase más.

Varios de los colegas de su grupo intentaron callarlo y olvidar el tema para que no evitara un problema con ciertas personas pero al joven poco le importó y los ignoró.

La joven se arrodilló y cogió la bandeja que se había caído antes y empezó a recoger lo poco de desayuno que le quedaba.

El chico la miró con pose triunfante era como si se estuviera arrodillando ante él. Rió para el y con su pie izquierdo comenzó a pisar la mano de la joven.

–¡Ahhh duele, para! —Dijo por lo bajo.

–¿Qué dijiste? Vamos dime que no te escucho —rio.

Todosiraban sin hacer nada, esto funcionaba así. Siempre habían alumnos los cuales eran los típicos bully que iban por ahí con sus aires de grandeza, estaban otros que no se metían en problemas sabiendo lo que podía causarle y luego estaban otros que literalmente el mismísimo demonio si te topabas en un mal momento con ellos.

𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 "𝐍𝐚𝐦𝐨" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora