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Eran las 11 de la noche y Momo hace rato se había ido del bar pero no estaba en su casa. Tenía un par de tragos encima pero los suficientes para no estar borracha, aún seguía pensando en esa conversación de antes con la persona desconocida. No sabía
exactamente quien era pero esas palabras le llegaron bastante, solo una persona se le venía a la cabeza al leer la nota.

Im Nayeon, desde que llegó a su vida no puede sacarla de su mente, siempre que la mente de Momo esta en un bucle de pensamientos con muchas dudas y preguntas sin poderse contestar aparece Im y todas las respuestas llegan.

Hirai no sabía como lidiar con esto o mejor aún no quería aceptar lo que dictaba su corazón porque era más perder que ganar cuando se trataba de Im.

Aún así tomó el valor y siguió lo que sentía, lo que su corazón y mente desde hace tiempo le decían que hiciera, podía detenerse y regresar a esos bucles pero necesitaba una respuesta ya sea buena o mala.

solo una.





















"Qué me estás haciendo Hirai"

Nayeon desde el incidente con Momo no ha dejado de pensar en la japonesa y en todo lo que le dijo y como la trató, una parte de ella se lo merecía por no haberle creído y la otra parte eran dudas de lo que era la menor para ella ahora en su vida. La mayor parte de su vida fue de nunca sentirse mal por lo que diga el otro, ella siempre tenía las palabras exactas para callarlos y siempre ser ella la que ganaba pero jamás imaginó que una chica muy menor a ella tendría el control de todo sobre ella.

Cada vez que veía a la japonesa era como si su mundo se detuviera así sin más, eran tantas cosas inexplicables y eso era lo que la tenía toda enrededa. No sabía que hacer o decir ante todo el lío, además su amiga de confianza sobre esto estaba distanciada de ella desde hace días y su otra amiga no sabe nada y no quiere ser juzgada por lo que no podía expresarse con libertad, solo era comerse la cabeza día tras día.

Cuando Momo se fue regresó al centro comercial y pidió revisar las cámaras de seguridad pero no obtuvo lo que quería porque por si fuera poco no se grabó el momento. Aún así ella creyó en Momo pero lo hizo en un momento tardío.

Ver como la me ir rechazaba un regalo de ella y en otros momentos pasados no le dolió porque así como Momo dijo que no vale nada para ella la realidad es que ahora le llegó como una daga llena de veneno al corazón.

Otra vez no se sentía bien y su cabeza parecía crear tornados cada segundo por lo que se fue a su casa y no al piso donde seguro estarían sus amigas. No podía más con todo lo que sentía, necesitaba soltarlo y que le dieran palabras de apoyo y entendimiento pero no, cada día que pasaba se cerraba y lo que sea que sintiera no lo diría por miedo.

No le dio más vueltas a ese asunto o mejor dicho intentó no hacerlo decidió mejor ver la televisión cuando ella pocas veces lo hacía, como era de esperarse no duró mucho y la apagó. Fue hasta la cocina y sacó de la nevera uno de los tantos vinos que había, sacó un vaso de la estantería y fue hasta uno de los balcones y decidió beber bajo la atenta luz de la luna.

Minutos después Im escuchó el timbre sonar y frunció el ceño.
Fue hasta la puerta y dudas de
quien podría ser llegaron, miró
por la cámara para ver quien era
pero solo vio a alguien con chaqueta negra, pensó que era Jeongyeon y le abrió. No tenía
muchas ganas de verla porque siempre era discutir y no estaba
para aguantar eso pero aún así era
su mejor amiga y tarde o temprano
tenía que hablarse y resolver sus
problemas, pero hoy no era el mejor momento para eso.

Fue de nuevo al balcón donde tenía la copa de vino y su vista se posó en algo a lo lejos, era una moto, se le vino a la cabeza Jeongyeon pero recordó que su amiga no tenía Moto sino un auto por lo que se alarmó al no saber si era alguien conocido.

Dejó o vino en una mesita que había ahí mismo y giró su cuerpo pero fue detenida por la persona parada frente a ella. Nayeon estaba acorralada, el balcón era pequeño por lo que no tenía ningún lado a donde moverse pero antes de pensar en salir corriendo se quedó totalmente quieta mirando a su frente con mucho asombro.

–Momo... ¿Qué haces aquí? –Im no contaba para nada con la presencia de Hirai a estas horas de la noche.

El poco tiempo que ha estado cerca de ella le ha hecho saber como es la menor y ahora mismo podía decir que estaba ante una Hirai muy lejos de ser la que conocía. Su mirada era penetrante y oscura como la misma noche, mientras Nayeon daba pasos hacía atrás la japonesa daba los mismos hacía adelante.

– Primero que nada no sé que hago aquí, bueno si sé o tal vez no, en fin no lo aguanto más y necesitaba decírtelo porque si. Desde que llegaste a mi vida no has sido más que dolor de cabeza, uno de esos tan horribles que no te dejan pensar ni ser por un buen tiempo que te matan lentamente por dentro, esos dolores tan insoportables pero aún así no quiero que se vaya. No sé que me pasa que cuando estás cerca de mi todo mi cuerpo empieza a quemarse de a poco y es muy molesto porque pierdo todo el control de mi misma, aún así cuando estás lejos te necesito conmigo porque es peor tenerte lejos que tenerte cerca. No tengo idea de porque estoy aquí diciéndote todas estas cosas pero así lo dicta mi corazón, así es como debe de ser por más malo que sea así debe pasar.

Nayeon no dijo nada solo observaba a la menor atentamente. Estaba temblando y su postura era no era la más derecha, en uno de esos momentos pudo darse cuenta de que estaba tomada ya que las dos estaban tan cerca y el olor entró en sus fosas nasales.

Momo tenía la cabeza hecha un lío, al parecer no fue buena idea hacer las cosas tan rápido, ahora estaba sin ideas de que hacer ya que toda la valentía que se guardó las perdió una vez se puso frente a Nayeon. Los mismos nervios que le entraban cuando tenía combate o tenía que verse con su jefe, bueno, nada de eso se comparaba con esto.

Pero no decayó más bien tomó el valor necesario y lo hizo, lo que tanto su mente le gritaba todos estos días, semanas por fin lo sacó.
Ahora mismo no importaban los problemas que vendrían después,
ella solo disfrutaba del momento como una joven chica viviendo su
más anhelado sueño el cual se acaba de cumplir.

No era primera vez que lo hacía pero era el mejor y más perfecto que había tenido. En un balcón, bajo la perfecta luz de la luna acompañada de las estrellas.

Para muchos era un día cualquiera de trabajo, salida de amigos pero para Hirai Momo y Im Nayeon lo era todo, nunca olvidarían este día.

𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 "𝐍𝐚𝐦𝐨" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora