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El viaje fue un total silencio, la tensión que había en el aire era muy fuerte. Nayeon aún no entendía nada de lo que hizo Momo hace un buen rato, aún con sus dudas no se atrevía a preguntarle si ni siquiera se había girado a mirarla en lo que llevaba manejando.

Varias veces cuando intentó poner una música o algo para relajar el ambiente se dio cuenta de que la menor la estaba mirando fijamente, por lo que se paniqueó y regresó a su posición recta y con la mirada fija.

La coreana condujo lo más rápido posible porque el ambiente no le era de lo más cómodo y eso la tenía nerviosa.

Momo estaba amando toda la situación, no sabe ni de donde sacó esa faceta que tenía pero le encantaba, poner a Nayeon era algo que no sabía que podía hacer y ahora que si lo sabe iba hacerlo cada que podía, pues es que para cualquiera Im Nayeon era mujer fuerte, dominante y con un porte regio pero no era así del todo.

Quizo seguir jugando con ella pero al ver que la mayor estaba a nada de salir corriendo de lo nerviosa que estaba mejor la dejó tranquila.

El viaje no fue ni tan largo ni tan corto, varias veces Nayeon se paró para hablar por teléfono, la japonesa no pasó por desapercibido eso. Im prefería detenerse y hablar que conducir mientras hablaba, era lo normal pero ella es alguien que solo le gusta hacer una cosa a la vez.

Momo estaba muy cansada por lo que se durmió en el asiento ahí fue cuando Nayeon pudo observarla sin problema alguno. A pesar de que no había luz en el auto y solo podía observar sus facciones bien cuando pasaban por debajo de una lámpara se dio el gusto de mirarla.

Hace rato habían llegado pero no quería despertarla porque verla dormir era uno de los hobbies favoritos de la coreana, pero tampoco quería quedarse toda la noche en el auto más cuando estaba harta de la ropa que llevaba puesta, quería lo más rápido posible ponerse algo ligero y cenar la comida que compró.

Abrió con cuidado la puerta la puerta y fue hacia donde estaba Momo, al abrir esta agarró con cuidado a Hirai pero su cuerpo era como levantar una tumba, era muy pesada por lo que se le hacia imposible tomarla. No sabía que hacer ya que era muy tarde y según ella no había nadie en casa ya que todos estarían dormidos o de día libre pero no, justo cuando pensó en dormir en el auto una puerta se abrió a lo lejos y un hombre en pijama salió.

–Deja y la ayudó –Dijo en voz baja Namjoon

Nayeon echó un grito al ver a su guardaespaldas parecerse de la nada.

–¿Qué h-haces aquí? Se supone que estabas de vacaciones –

–Sabe que no me gusta tomar muchos días de descanso, no podía dormir y justo vi por las cámaras que había llegado, iba a irme a mi habitación perro vi que no entraba por lo que vi las demás cámaras y me fije que estas en aprieto por lo que una ayuda no está de más ¿No?–.

–Eres tan diferente a los demás, cada que me digo que se tomen un descanso de varios días a los 5 segundo andan ya bien lejos pero tu prefieres trabajar–

–Ya me lo agradecerá–Justo cuando iba a tomarla Nayeon rápidamente lo detuvo indicándole que tenía que subirla a una silla pero este dijo que no, que la llevaría lo más cuidadosamente en sus brazos para que no se le hiciera dificil entrar, además la puerta de la entrada era grande pero muy incomoda para entrar con alguien en silla de ruedas además dormida.

Namjoon lo más cuidadoso posible llevó en brazos a la menor hasta el cuarto de Nayeon mientras la rubia se diría a la cocina a dejar las bolsas de comida que traía.

Mientras sacaba y ponía todo en orden en la mesa el coreano había acto de presencia.

–Listo, su cristal no se rompió–Dijo.

—Muchas gracias Nam ¿Quieres cena? –

–No gracias ya comí algo ligero, he comenzado una dieta. Mejor iré a dormir, mañana salgo a correr temprano por lo que quiero estar bien recargado, cualquier cosa que necesite no dude en llamarme–

–No te preocupes, descansa... Y de nuevo, gracias–

Ya sola en la cocina se sentó y comió su cena, tenía mucha hambre, habían sido horas sin llevarse algo a la boca. Siempre
que algo le atormentada la cabeza su estómago se cerraba y le era difícil retomar el apetito.

El día había sido muy largo y pesado, después de horas en ese momento cayó en cuenta de todo lo sucedido en el día. Tenía a Momo en su cuarto durmiendo toda accidentada, iban a durar capaz un mes con ella...

'Voy a durar con Momo un mes'

La realidad llegó como una bofetada, dejó de comer y tomó unos minutos para pensar en lo que se venía más adelante. No sabía en qué momento había ocurrido todo, daba gracias a Dios que vivía sola porque no sabría que haría si Jihyo o cualquier persona con la que no convive mucho se entera de que tiene a una alumna menor de edad viviendo con ella y peor aún de la que está enamorada.

Nayeon respiró hondo y se levantó camino a su habitación ya que estaba cansada y no había dormido lo suficiente por ende tenía pensado darse un baño y caer rendida.












Al llegar a su habitación camino directo al armario no sin antes encender la lámpara de la mesa,
los ojos le dolían por lo que no  quizo prender la luz de todo el cuarto. Sacó un pijama de dos piezas trasparente que dejaba ver un poco de piel, pero como estaría sola no le importaba enseñar, después de eso se dirigió al baño.

No duró mucho, 15 min largo, al salir de la bañera se percató de algo, no había traído la toalla. Maldijo para si misma ya que no tenía para secarse y no le gustaba ponerse la ropa con el cuerpo mojado pero el pijama por suerte era ligero por lo que no le daría problema.

Tras ponerse el pijama y verse por unos minutos al espejo, procedió a salir y justo en el momento en que abre la puerta un cuerpo choca con algo haciendo que Nayeon tropiece y pierda el equilibrio, ya estaba preparada para el golpe, el cual nunca llegó porque había caído en la cama.

La coreana estaba fuera de si,
estaba media desorientada que no se había dado cuenta de quien estaba abajo de ella totalmente fuera de si.

–Qu-e pas... – Nayeon no entendía que había ocurrido, tampoco podía mirar con claridad ya que estaba oscuro pero con la poca luz que iluminaba el lugar se fijó en lo que había debajo de ella o mejor dicho en quien estaba debajo de ella, casi muere ahí mismo–. M-momo... ¡MOMO!– Nayeon por unos segundos se le vinieron muchas cosas a la mente una de esas fue el recuerdo de que la menor estaba herida por lo que comenzó a moverse nerviosa al ver a la menor totalmente tiesa.

Por un momento pensó que el golpe hirió más de la cuenta a Momo ya que Hirai no se movía, pensó que algo malo le había pasado por lo que iba a pararse para ir corriendo a por ayuda pero sintió como una mano la tomaba por su brazo y la tiraba hacia ella, este acto tomó de sorpresa a Nayeon.

Sintió un brazo tomarla de la cintura y atraerla a ella de golpe, Nayeon sintió su cuerpo tensarse ante lo ocurrido.

Pasaron unos segundos hasta que sus ojos por fin dieron en el blanco, no era necesario encender la luz para ver de quien se trataba. Hace rato Nayeon sabía quien era pero los toques la hicieron levitar y perder la cordura por un momento.

La mirada de Momo era igual que la de una pantera, Nayeon con solo mirar sus ojos se sintió totalmente rendida ante ella.
La habitación estaba en completo silencio y el ambiente era pesado pero no incómodo, Im sentía todo su cuerpo arder, por un momento pensó que se debía al efecto de haberse bañado con agua caliente pero no, esto se sentía muy diferente.

Con ninguna de sus ex parejas había sentido lo que estaba sintiendo en este preciso momento, no entendía como es que alguien como Hirai la hacía sentirse así tan... Tan débil y sumisa.

𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 "𝐍𝐚𝐦𝐨" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora