Im Nayeon a sus 31 años es una mujer soltera, es maestra de Ciencias en una de los colegios más prestigiosos del país. Es una mujer dominante, imponente y hermosa, es la mujer perfecta de todo hombre lo malo es que no le gusta ni les da la atención...
Eran poco más de las 10 y Jeongyeon se encontraba en una biblioteca, había estado todo el día allí, al enterarse de que el colegio era parte de la liga de competición deportiva se vio obligada a tomar nuevos horarios los cuales no interfirieran con los anteriores.
Tuvo también que ver entre todos los alumnos quienes eran los que iban a ser elegidos, entre cambios de notas y más cosas no supo en qué momento se quedó dormida.
Como en la biblioteca no había casi gente no vieron que aún faltaban personas por irse y casi cierran con ella dentro sino fuera por una chica que la vio y avisó a tiempo pues sería otra cosa.
Jeongyeon preguntó por la joven pero los trabajadores dijeron que jamás la habían visto allí por lo que no podían decirle con exactitud quien era además de que se fue sin que nadie la viera y si lo hicieron no lo recuerdan.
La peli azul no se sentía bien pues quería agradecerle por el buen gesto pero no se pudo. Ya una vez recogida sus cosas se dispuso a salir del edificio, se despidió de las personas que trabajan ahí estos respondieron igual y deseándole volver a ver la joven. Jeongyeon siempre que tenía tiempo libre iba todos los días allí a despejar su mente y charlar con sus amigos quienes trabajan allá.
Fue hacia su auto, abrió las puertas y antes de entrar sintió algo detrás suyo, se giró pero no vio nada, no le gustaba estar horas tan tardes en la calle ya que una vez vivió un robo y sinceramente no le gustaría vivirlo.
Sin no le dio mucha importancia y subió al auto lo encendió y se fue.
Luego de unos 15 minutos manejando llegó a su destino, bajó del auto, sacó sus cosas y se disponía entrar a su casa pero justo en ese momento entré tanto ajetreo unos papeles se le cayeron los recogió y ahora entró a casa.
Al entrar dejo todo encima de la mesa, se quitó las prendas que llevaba puesta, estaba cansada, el tener la misma ropa todo el día le hacía sentirse incómoda por lo que no aguantó además de que el calor no era algo compatible con ella por lo que se sentía sudada, no soportó más y se fue a su habitación a darse una ducha.
Después de unos 40 minutos largos salió totalmente renovada, no sentía su cuerpo pesado ni sudado, ya que estaba sola en su casa no en el piso compartido no le importó salir en bata que cubría su desnudez ya que no llevaba nada abajo. Bajó a la cocina en busca de que comer, echó un vistazo a la nevera, no quería nada pesado ya que era muy tarde y tampoco tenía tanta hambre, no iba a causar se un dolo de estómago por lo que opto por un yogurt acompañado de unas fresas y un poco de frutos secos.
Después de prepararselo fue hasta la mesa donde todos los papeles estaban regados. Los echó a un lado pero se detuvo un momento al ver cierto papel, con duda lo tomó y casi escupe todo el yogurt de su boca. Se sorprendió tanto al ver lo que había en la hoja, dejó el aperitivo en un lado y toda su atención estaba en el dibujo que miraba.
–Es... Hermoso– Tocó la hija con mucha delicadeza, sus dedos se deslizaron por cada línea dibujada, el corazón se le estrujó. Hace tiempo que la joven coreana no se sentía así, no siquiera tenía planes de querer sentir después del rechazo de su amor no correspondido por parte de su mejor amiga Nayeon.
Había estado enamorada de ella desde que se conocieron prácticamente, han crecido juntas a pesar de que Jihyo es parte de ellas no era lo mismo, las mayores tenían una historia más profunda, sus secretos siempre los contaban entre ellas y las opiniones respecto a malas o buenas decisiones también lo hacían ellas dos. Pero las cosas cambiaron cuando Nayeon tuvo que irse unos meses a otra ciudad a trabajar, perdieron comunicación y por más que intentó buscarla no lo hizo hasta que ella misma regresó.
Ahí fue cuando se dio cuenta de que la Nayeon de la que se había hecho amiga y de la que se había enamorado no era la misma, su alegría había desaparecido y hasta el día de hoy no sabe porque. Estos últimos días ha estado pensando que sobrepiensa mucho las cosas y que cuida de los demás más de lo que se cuida ella misma es por eso que ha soltado un poco todo y ha comenzado a tener otra vez la atención sobre si misma.
Estos días sin que sus amigas supiera ha estado saliendo a bares ya que le gusta frecuentar más por esos lugares que por bares, con la suerte de encontrar algún que otro ligue aunque sea de una noche pero todas esas oportunidades nunca llegaron. Sentía que nadie le gustaba su forma de ser, en el colegio la tenían tachada como una bruja más que a la misma Nayeon que era el mismísimo Diablo.
De las tres a ella quien la dejaban de lado, siempre las miradas iban a sus amigas, sabía que eran hermosas y sus cuerpos eran perfectos y vestían increíblemente bien mientras que ella era más de estar sencilla, una vez se ofendió porque pensaron que era chica pobre que iba detrás de Jihyo y Nayeon.
El amor para ella no era algo tan sorprendente pero si le hacia ilusión sentir de nuevo el estar enamorada de alguien. Cada vez que va a la casa de sus padres estos la agreden con pregunta comentarios incómodos llenos de burla.
Vas a morirte sin nadie que te quiera
Eres la mala suerte en vida
Al menos di que has besado a alguien para que tu vida sea menos miserable
Nadie te quiere así como eres, debes cambiar
Y eso era lo que le molestaba, el que no fuera ella misma, quería a alguien que le gustara lo mismo que a ella o que al menos mostrara interés en compartir el esfuerzo de apoyar los mismos gustos que Jeongyeon pero nadie de ese estándar había llegado, por eos hizo su vida amorosa a un lado y tomó como prioridades otras cosas.
Pero justo en el momento en que vio el hermoso dibujo sus sentimientos salieron a flote, estaba encantada, le hacía tanta ilusión saber quien la había dibujado pero no sabía ya que estaba dormida en el momento en que dejaron el detalle.
No sabía si era alguien de su entorno o si era una persona desconocida que dibujaba por gusto. Varía sonrisas se le escaparon de la nada, miró de nuevo entre los papeles si había algo más que pudiera ayudarla a descifrar algo y efectivamente había algo más.
Jeongyeon tomó la pequeña hoja y la abrió, en ella había un pequeño texto
Veo en ti a alguien con ganas de amar, pero con miedo a fracasar.
Un corazón noble y un tanto inocente, un alma preciosa de esas que ya no hay.
Alguien con grandes inseguridades y con un dolor profundo, pero con un deseo infinito de seguir en pie.
Veo en ti a alguien que siempre busca la manera de brillar, aún cuando todo está oscuro.
Eres alguien por quien si se vale luchar.
Jeongyeon se le aguaron un poco los ojos al leer cada línea escrita con una hermosa letra. No entendía este cambio pero le gustaba, otra vez sentía como aquel día, había alguien que si la quería o eso dio a entender.
Luego de un rato de seguir leyendo repetidas veces el texto se detuvo ya que era media noche y tenía que madrugar, antes de subir a su habitación dejó el dibujo y el texto en un pequeño armario con decoraciones, lo volvió a mirar por una última vez y se fue a dormir con una sonrisa y confusiones en su cabeza.
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