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3 horas después...

Momo seguía descansando mientras Nayeon la cuidaba, jamás se apartó de su lado el único momento que la dejó fue cuando el Doctor y varias enfermeras que la atendían revisaron que todo estuviera bien.

Nayeon estaba cansada, no había dormido bien ya que siempre que cerraba los ojos se despertaba de golpe, su cerebro no podía olvidar ese momento en donde cayó de golpe hacia abajo. Verla herida y toda vendada no era algo para lo que estaba preparada, Im no quería moverse de su lado para nada ni para asearse.

Taehyung se había ya hace más de una hora por lo que estaban solas en ese cuarto, solo se escuchaba el sonido de la máquina.
Nayeon quien estaba sentada aún lado de ella la miraba con mucha tristeza, jamás le había pasado con sus ex parejas pero lagrimas salían de sus ojos. A pesar de que el Doctor les dijo que estaba bien y que el accidente no era tan grave no pudo sentirse mal, para Nayeon Momo era todo, en tan poco tiempo se metió en su corazón y cambió por completo todo dentro de ella.

La coreana acarició con la yemas de sus dedos el suave rostro de la japonesa el cual estaba un poco rasguñado por las heridas al caer.

En ese momento un chico entró sin hace mucho ruido, Nayeon no se dio cuenta hasta que el la tocó cosa que hizo que se asustara un poco.

–Lleva mucho tiempo aquí dentro y no ha comido nada, le hemos traído una cena para que este bien—El enfermero dejó la bandeja en una esquina de la mesita y revisó a Momo.

–Gracias– Nayeon agradeció el detalle, realmente se sentía muy exhausta en general pero no quería dejar a Momo sola ni siquiera por un segundo.

–Es usted muy hermosa y creo que si la chica despierta no querrá verla toda decaída–Bromeó

–Seguro– Dijo mirando a Momo

–Bueno, antes de irme le quería decir que si va a pasar la noche aquí el sofá es cómodo y si le da a un botón se abre, y hay algunas sábanas cómodas y la luz puede bajarla con este control a su gusto–

–Oh gracias

Nayeon sabía que este hospital al que había traído Taehyung a Momo era privado pero no sabía que tanto. Desde que dio paso adentro y vio todo supo que iba a estar bien atendida, era de clase alta pero nunca había conocido un hospital donde te llevaran la comida cosa que agradecía bastante porque no tenía ganas de dejar sola a Momo.

A pesar de no haber comido nada en el día salvo un café que no daba para nada, su estómago no respondía a los alimentos que ingeria, era como si estuviera llevando aire a su cuerpo no tenía ni las fuerzas para levantar una simple cuchara, aún así hizo todo para al menos comer lo suficiente y no desmayarse.

Luego de un rato de haber terminado, Nayeon puso lo más cómodo posible el mueble como había dicho el chico y se recostó un rato, la cabeza le dolía por lo que le era difícil conciliar el sueño, cada vez que cerraba los ojos esa imagen volvía una y otra vez a su mente.
Aún con la pesadez del cansancio, sueño y miedo pudo dormirse.















Nayeon... Nay...

Su voz... Esa hermosa voz de ella...

Nayeon se movía inquieta de un lado a otro en el mueble, no sabe en que momento pasó de no soñar nada a otra vez estar sumergida en esa escena. Por momentos sentía como si Momo la llama y siente su tacto pero no puede abrir los ojos, está metida en una parálisis del sueño y es muy horrible.

Luego de batallar por casi 15 minutos muy largos, se despierta bruscamente, su respiración es incómoda. Nayeon se lleva una mano al pecho para luego tapar su cara y sentir como sus ojos se humedecen, en medio de ese momento escucha la voz de Momo y piensa que no ha salido del sueño por lo que no se gira, aún piensa que la menor sigue dormida por lo que no se da cuenta hasta que la japonesa lleva su mano izquierda hacia donde ella y toca con sus dedos los de Nayeon lo que provoca un mini efecto que asusta a la coreana.

Nayeon se gira rápidamente y por fin la ve...

–Momo, amor ¿Estás bien? ¿Te duele el cuerpo? – Nayeon estaba muy nerviosa que no pensaba con claridad—Me asusté muy feo, pensé que algo muy malo te había pasado con ese accidente–No pudo aguantar y varía lagrimas cayeron por sus mejillas.

Momo aún estaba cansada, no tenía sus ojos bien abiertos y el cuerpo le pesaba además todo estaba oscuro solo una luz de la mesita estaba presente, pero esto no fue impedimento para darse cuenta de la mirada de Nayeon, intentó mover su otro brazo pero no pudo, le dolía.

–No te muevas—Dijo con la voz temblorosa Nayeon.

Im se alejó un momento para encender la luz y así tener mejor vista. Al haberlo regresó donde Momo y conectaron miradas, Nayeon soportaba verla así por lo que volvió a llorar, intentó varias veces no hacerlo pero no podía realmente sufrió por ella.

–No llores—Momo habló, la mayor apartó la miraba y se secó las lágrimas y procedió a volver a observarla.

–Me asusté, cuando te vi caer no sé, yo... Luego vi como sangre por tu cuerpo y y-yo.... Momo, me asustaste—

–Estoy bien, estoy aquí... Todo e-stá bien...—Momo limpió las lágrimas de Nayeon al acariciar su rostro, mientras que la mayor la miraba.

–Cada vez que cierro los ojos veo esa escena una y otra vez, el no poder haber hecho nada para impedir que cayeras, todo fue tan rápido yo debí haber hecho algo más pero n-no pude... Y-yo lo siento Momo... —

–Estás aquí conmigo, aún cuando estaba inconsciente sentí tu toque, jamás te fuiste de mi lado, te sentía cada momento, la primera persona que sentí fuiste tu Nay, no te sientas mal ya pasó ahora estas aquí conmigo y eso esuy importante—

–De verdad que me asusté, esto jamás me había pasado... Sentirme así con alguien, yo sentí algo muy feo—

Momo sintió la voz de Nayeon quebrarse y sus manos temblar, no le gustaba verla así porque ella también sufría, Nayeon en verdad que estaba muy mal, sus ojos estaban apagados la luz que siempre veía en ellos no estaban y eso no le gustaba.

Recuerdos vinieron a Momo en donde ella se veía mal herida y sin ningún apoyo, nadie que se preocupara por ella al llegar a su casa toda mal, sentir ese sentimiento de preocupación era como si nadie la viera, como si su vida no valiera nada pero ahora al ver a Nayeon así le pegó bastante fuerte porque ni sus padres ni hermanos se mostraron tan débiles y frágiles por ella.

Momo comenzó a llorar en silencio esto le pegó un poco.

–Nayeon...Nay —La mayor levantó su cara y la miró con dudas —Gracias

–Por...

–Gracias por preocuparte por mi, gracias por estar conmigo y no dejarme sola—Ahora era Momo quien comenzó a llorar, lo que hizo Nayeon se levantara del sofá y fuera acostarse con ella, primero apagó la luz luego despacio se subió en la camilla y se hizo a un lado.

Momo como pudo se escondió en su lugar favorito... El cuello de Nayeon no aguantó más y se rompió a llorar, La coreana la abrazó y dejó que esta sacara todas sus emociones en lágrimas, no le gustaba cuando Momo lloraba porque se daba cuenta que mucho dolor, vacío y sufrimiento de su vid pasada se hacían presentes

–Jamás te dejaré sola, no importa lo que pase, a partir de ahora me tienes, seré tu persona, si quieres llorar yo seré tu pañuelo, te sientes sola yo seré tu compañía, ahora seremos tú y yo— Momo no dudó y la abrazó sin importarle los dolores que sentía en todo su cuerpo.

𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora