30

345 45 8
                                    

Tenía muchas ganas de saber como sería su primera cita, a que lugares iría con esa persona y si lo pasarían súper bien pero si alguien del futuro le dice que esa persona la dejaría plantada pues no hubiera aceptado con tanto entusiasmo.

Momo se encontraba en un bar,
hoy no tenía ganas de tomar bebidas pesadas además de que al día siguiente tenía clases y no quería faltar más de lo que había hecho, era eso o tener sus notas en 0, sino es por los exámenes en donde saca buenas notas estaría a nada de reprobar el mes.
No sabe como llegó a esta situación pero lo que si sabía era que no le gustaba para nada y ya estaba harta. Primero porque la chica que la invitó no dio indicios de aparecer en toda la noche segundo, un grupo de chicos no dejaba de mirarla y eso la tenía bastante incómoda y tercero que ya era tarde y no tenía transporte.

Cansada ya llamó al chico para pagar, tomó sus cosas y salió del bar. Mientras caminaba sintió la presencia de varias personas más detrás de ella por lo que estaba muy al tanto de cualquier paso en falso. Daba gracias a Dios de que sabía denfederse y tenía la fuerza necesaria para enfrentarse a más de cinco personas sino la agarran desprevenida.

Mientras caminaba tranquilamente
vio varios chats de los cuales el
que más le interesó ver fue el Jackson el cual decía que necesitaba la moto, la japonesa a esta altura de juego no recordaba para eso, fue recordando donde ella había dejado y lo siguiente fue peor aún, se maldijo y suspiró con enojo.

–¿Qué se supone que haré ahora?– Pensó la menor, por lo que leyó tenía que entregársela mañana urgentemente ya que tenía un viaje y lo haría en moto, la cosa es que ese no era el problema, el verdadero asunto era que tenía
que ir a casa de Nayeon ya que
allí estaba desde hace una semana.

No sabía que hacer exactamente, no quería saber nada de ella y el olvidarla se le estaba haciendo fácil pero otra vez tenía que estar frente a ella y no tenía nada de ganas.
Desde que la vio con el profesor
de matemáticas la odia así sin más, cad avez que el recuerdo de la imagen de ellos dos juntos tan cerca le llega de la nada le dan unas ganas de golpear a quien
sea y no le gusta esa sensación.

–¿Necesitas ayuda? –Escuchó detrás suyo, Momo se asustó un poco no por la orensecia del chico del cual ya sabía que estaba detrás de ella sino porque le habló muy cerca.

–No. –Contestó sin más. Vio como
el chico miraba a sus otros amigos que estaban a su lado.

–Tienes un lindo cuerpo ¿Nadie te lo ha dicho? Espero ser el primer hombre en obtener estas hermosas vistas–Dijo mientras reía con los demás.

La japonesa los miró cortante, odiaba a estos hombres que hacían sentir a las mujeres como basura con sus comentarios tan obscenos pero para mala suerte de ellos se toparon con la perosms equivocada esta vez.
La chica se giró y siguió su camino sin perder de vista cada movimiento del grupo qie la seguía detrás.

Vio de reojo como cada uno se iba poniendo a los lados de ella para acorrarla.

–Oye sabes que no puedes huir de nosotros–

–Si sigues caminando te dolerán las piernas y no querrás eso–

–Si lo que buscabas esta noche era algo de acción debiste hablarnos, nosotros cuatro somos increíbles y estoy muy seguro que estarías contenta–

En ese momento la pelinegra se detuvo cosa que hizo que los chicos bien hicieran lo mismo.

–Ya les dije que no quiero nada–Otra vez contestó cortante cosa que no hizo ningún efecto en el grupo.

–Chica ruda, me gustan así que se hagan la difícil par luego estar gritando como perras en celo por más–Se acercó a Momo y posó su mano en el hombro de la chica con cierta brusquedad.

𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 "𝐍𝐚𝐦𝐨" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora