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—Me siento como una idiota, no sé que hacer. Es como si me congelo y mi mente se pone en blanco de la nada y eso me pone más nerviosa, de verdad que si alguien me ve dice que soy una loca—Nayeon se quejó.

—Quién diría que una chica de tan sólo 19 años ha destruido las barreras de la mismísima Im Nayeon. Quien diría que esa chica que ha estado escondida durante años y que se ha negado a demostrar cuánto amor puede dar por alguien acaba de salir, antes odiaba a Momo pero ahora la admiro, no cualquiera puede logar eso—Dijo Yoo riendo mientras comía sus snack.

—No te rías Jeongyeon, esto es más serio de lo que crees—Im no paraba de removerse el cabello, no podía con las caras de burla que hacía su mejor amiga.

—¿Sabes cuánto esperé este momento? De verdad que es algo histórico en la vida, es como ganar la lotería. Tú no lo ves pero esa niña te ha cambiado totalmente, Nayeon enamorada no era algo que tenía previsto ver—

—Yo no estoy enamorada? —Dijo Nayeon, Jeongyeon dejó de comer para mirar a Nayeon con obviedad, ni ella creía eso.

—¿No? Le regalas cuando eran desconocidas y se trataban como perras un celular, muy caro por cierto, le compras medicamentos así de la nada porque si, aceptas cuidarla de su accidente cuando habían personas que podían hacerlo, han dormido abrazadas no una sola vez, sino varías veces, te ha contado parte de su vida, y la cereza del pastel... Se han besado—

—Eso no significa...—

—Si eso no tiene nada de importante no sé que más quieres pero viéndolo y conociéndote yo diría que ustedes amigas no son, desde el primer momento que las vi supe que había algo. No te voy a negar que me puse celosa muchas veces porque me gustabas y creí tener oportunidad pero supe que no al momento de ver como las dos se miraban, algunas que otros momentos tuvimos roces, conversamos sobre ti y tengo que decirte que me rendí porque me di cuenta de que era muy difícil pelear contra ella por ti—Confesó cambiado la conversación, ahora era más seria.

—Yo... —Im no sabía que decir, se preguntó en que momento esas dos habían hablado porque según ella y todo el mundo no se soportaba absolutamente nada, ya decía Nayeon el porque su amiga se preocupó más de lo normal por la japonesa cuando tuvo el accidente.

—Esa chica te quiere Nayeon y se que tú a ella también, aún cuando se conocen de tan poco—

Nayeon no dijo nada, desvío su mirada hacía la nada. Todo lo que había dicho Jeongyeon era cierto, no sabe como en tan poco tiempo de conocer a Momo ya no puede sacarla de su vida, lo que siente por ella es tan loco y fuerte a la misma vez que no sabe que hacer.

Desde el primer día, al cruzar mirada con Momo algo dentro de ella cambió repentinamente. Sonaría estúpido pero Nayeon sintió eso como un flechazo, un amor a primera vista. Lo que jamás sintió por alguien, con Momo lo siente todo, amor, paz, estabilidad, emoción de vivir cada día más esta vida. Esa soledad que ha estado cargando 31 años Momo la ha eliminado por completo.

Siempre juró que estaría sola toda su vida, que a nadie le gustaría su forma de ser y que por eso debía cambiar para poder encajar. Por eso nunca le fue bien en sus relaciones porque la coreana era alguien que no encajaba consigo misma, pero con Momo era todo lo contrario porque se sentía como aquella chica sonriente, feliz, llena de luz y colores que alguna vez fue.

Por más que lo negara y peleara con su craozn por sentir, en el fondo sabía que si, que estaba enamorada.

Nayeon sonreía mientras pensaba en la pelinegra que no se dio cuenta de todos los llamados que hizo Jeongyeon a ella.

—Dios mio y todavia lo niega—Jeongyeon siguió comiendo

—¿Qué dijiste?—Nayeon regresó a tierra

𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora