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ACTUALIZACIÓN 4/4

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ACTUALIZACIÓN 4/4

Mika ya estaba duchado.

Pensó un poco sobre que ropa ponerse. Una de las sirvientas se la había dejado toda guardada en el ropero. Toda le parecía muy bonita y aún no creía que toda esa ropa era suya. Acarició algunas prendas con felicidad.

Quiso elegir la ropa más linda y quiso verse bonito.

Al finalizar, se observó en el espejo. Casi no se reconoció. No supo si era la ropa cara que lo hacia ver diferente o, de alguna forma, había algo en su rostro que lo hacía ver extraño. Aunque no era un extraño malo, más bien un extraño bueno.

Luego, tomó uno de los perfumes. Eran tantos que supuso que le podían duras años.

Quiso seleccionar uno que tenía una mezcla de vainilla y caramelo. Se aplicó en cada lado del cuello. Y pensó en que Slavik iba a llegar. Que tal vez no había llegado en la noche, pero que iba a llegar en cualquier momento. Debido a eso, salió de la habitación. Bajó las escaleras y solo caminó a la cocina al escuchar voces.

Al entrar, vio a la mamá de Slavik riendo mientras conversaba con una de las sirvientas. Estaban hablando en ruso, pero, evidentemente, podía entenderlo todo.

—Mika, hola, tesoro. Has bajado justo a tiempo. Vamos a tomar desayuno y seguimos conversando —dijo animada.

Asintió para tomar asiento.

—¿Quieres chocolate caliente? Lo he mandado a preparar. Espero que te guste.

—Nunca he tomado eso —confesó.

—¡A probarlo entonces! Te contaré que a Slavik le gusta también, además de las galletas de vainilla. Son sus favoritas —contó —. Yo antes siempre se las preparaba y era el más feliz de todos. Como veras, debido a que estoy en la silla de ruedas me es un poco más complicado, pero le sigo preparando.

No comentó nada al respecto.

Aunque si se quedó pensando en qué no sabía preparar nada. Sabía que jamás le iba a resultar complicado, pero que aprender a hacer muchas cosas de una sola vez no era tan divertido como ir aprendiendo una a una.

Recibió su taza con chocolate caliente y el aroma era más que bueno. Muchas cosas malas se le fueron olvidando.

Le dio la sensación de que todo ya estaba solucionado, mas no. Sabía que cosas estaban a la vuelta de la esquina. Cosas que no se iban a poder evitar de ninguna manera y que solo le quedaba el vivirlas y ya. Tal vez iba a tener un día más y lo valoraba. Cada minuto lo iba apreciar al máximo.

—Slavik cuando era un niño era muy gordito —escuchó como ella contaba cada cosa con demasiada emoción —. Sus mejillas eran muy apretables y sus ojitos los más dulces.

No opinó nada al respecto, solo se quedó en silencio.

—Cuando lo vestía para salir a la nieve, parecía una pelota. Conforme fue creciendo, pues también fue bajando de peso. Un día desperté y note que ya había sobrepasado mi estatura. Y los años siguieron pasando. ¿No crees que es atractivo? —preguntó con entusiasmo.

AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora