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ACTUALIZACIÓN 1/3

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ACTUALIZACIÓN 1/3

Todos sabían que, luego de la calma, venía la tempestad.

Las cosas buenas no duraban para siempre y el desastre, ante ciertos momentos, era inminente. Nadie iba a poder evitarlo, sin importar quien fuera. Lo que tenía que ocurrir, ocurría y ya. Todo se limitaba a eso.

Y, tanto Slavik como Mika, lo sabían.

Mientras iban en el auto, ninguno habló.

Slavik escuchó algunas cosas que le comunicaban sus hombres sobre información que habían recolectado sobre algunos temas. Fue leyendo unos papeles para tener claro cada cosa y poder pensar en cada posibilidad. Lo crucial era siempre ir unos pasos adelantes y ser capaz de adelantar los movimientos de su contrincante en el tablero de ajedrez.

El sacrificar los peones era una estrategia que muchos seguían. La mayoría de las personas, creían que los peones eran lo más insignificantes en el ajedrez por tener el menor valor en puntos.

Otros los consideraban piezas fundamentales. Eran los primeros en moverse, en luchar, en proteger a los demás.

Para Slavik los peones valían mucho más.

Por otro lado, Mika solo iba observando por la ventana. Tenía su mente en blanco y, a pesar de que, en ocasiones, podía sentirse débil y llorar, ya todo estaba olvidado. El llorar le ayudaba. Solía llorar noches enteras y, al otro día, levantarse como si nada y sin mostrar la más mínima cantidad de debilidad o miedo ante nadie.

Su rostro estaba serio y tenía claros sus pensamientos. Luego de ir a visitar el lugar que estaba planeado, iba a hablar con Dorik primero. Quería tener todo claro y tener comprendido cada punto.

A pesar de que el albino le provocaba sentimientos nunca antes experimentados y que desconocía totalmente, eso no le iba a impedir actuar, pensar, tomar decisiones. Había tenido unos días y unos momentos para sentirse bien, pero tenía claro lo que era, lo que valía y de lo que era capaz.

El llorar era para débiles y él no lo era.

No se centró en lo que Slavik estaba hablando, no le tomó atención a nada de eso porque sus pensamientos eran otros. Aunque no pensaba tener planes sin incluirlo a él. Se daba cuenta de cómo eran las cosas. Comprendía que, si las piezas encajaban, entonces se iban a sostener por mucho tiempo.

Nunca creyó que iba a obtener aquella pieza faltante en su vida y, a pesar de que Slavik lo había hecho ver débil una vez, comprendió que eso no iba a volver a ocurrir.

Junto a Slavik se iba a ver fuerte, más fuerte de lo que era. Podría tenerlo a su lado o mejor aún, tenerlo siempre detrás de él, fiel y dispuesto a todo. Así eran los perros, con la diferencia de que el Alfa no era un perro en lo absoluto, sino que un Alfa dominante. Un Alfa con la misma dominación que podía tener él.

AMOR LETAL [OMEGAVERSE] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora